domingo, 19 de abril de 2009
APUNTES: ARTE Y COMUNICACIÓN
Espíritu del Arte
Por. José Ignacio Cáceres serna, Creador
Cúcuta - Norte de Santander
Desde que el hombre aprendió a desplazarse de a pie, y descubrió la forma de expresarse mediante el cuerpo, gesticulando su faz, dominando el movimiento de los brazos y manos, cuando pudo coordinar el pensamiento con su fina motricidad, en la elaboración de artefactos – herramientas y demás menesteres de la primitiva relativa existencia, desarrollo una grafica grafía de las rocosas paredes de su habitad e ideo una clase de invención escrita, entre jeroglíficos mejorando la capacidad de memorización a la cual dio la significación que le evocaba y logro así trasmitirla y enseñarla. Desde ese momento para acá se han trascurrido y se han desplazado muchos planetas y estrellas por el cósmico oscuro tapiz… aclaro entonces el desarrollo de su intuitiva inteligencia, así como su continua angustia, para explicarse mediante un acto contemplativo, las propias acciones de la naturaleza de las cosas, dio rienda suelta a imaginar y elucubrar toda suerte de explicaciones a través de la lógica, la filosofía, la epistemología, luego, se toma la tarea de compilar ese saber, clasificarlo, para trascenderlo y no olvidar lo comprendido y aprehendido.
Esta poética mirada y quizás romántica del gran trozo de historia, ha venido siendo escudriñada y observada, por innumerables, sensibles y desarrollados seres con una cierta virtud que les permite, ser y sentir, de una particular manera, al todo rodeado o la creación toda, pareciera que, en su genético código, se generara de una forma con cierta aguzada percepción, y acompañada de la infatigable misma emoción y curiosidad que los primeros humanoides bípedos tuvieron, con lo anteriormente anotado. Esta referida especie de premonitorias visiones sobre los creadores, pudiera ser el producto de muchos ciclos del habitar, re-habitar, inflexionar y reflexionar, con el interrogante continuo de la humana fraternidad: de quien, hijos reales somos, de donde realmente pro-venimos, y hacia donde realmente nos dirigen, puesto que, nuestro amado espíritu se encuentra obstruido y gastado, de tanta des-información.
Las respuestas naturalmente se encuentran escritas: en las músicas celestes del gran libro abierto de la naturaleza, con su multi-lenguaje expresivo en constante construcción de la lúdica literatura universal, en la escultura su ingenio e imaginario, en la luz de la sombra del iridiscente arco de la pintura que posee como escenográfico fondo, la manifestación sempiterna del habitado cuerpo con un espíritu, por lograr llegar a conocerse así mismo, y al que habrá de educarse en constante disciplina, con un sentido, un tanto autocritico que le permita su autoconocimiento proyectado en su unánime decisión del crear-creyendo, en esa insomne y loca utopía perseguida, anhelada, por todo humano como lo es la libertaria paz para tanta atadura, impuesta, impartida, compartida.
Esto desde que el conocimiento real, le fue apropiado a unos pocos que por siglos viene sometiendo a los muchos, muchos. Así, pues con aquel conocimiento y estudio minucioso que fue transformado en la fría cientificidad, la cual, es sinónimo del sentir y clasificar para masificar, es la misma forma y manera, en que se viene tratando por milenios al colectivo humano, en clases, estratos, estatus, imposiciones e impuestos, como trabaja por ejemplo para establecer un establecimiento que gira en torno a un papel impreso denominado dinero, por el cual, en la significación que se le ha dado centra la atención del 98% de la población del amado hogar planeta.
¿No parece irónico? Laborar por 30 40 años de los mozos, productivos de nuestra existencia, para disfrutar las enfermedades contraídas en el rol de desempeño, y angustiando al alma después de jubilado, por no saber en que ocupar, el espíritu del cuerpo.
Al circulo anteriormente descrito le cierra los medios masivos de comunicación, los cuales, propiedad de los mismísimos pocos, se han encargado de diseñar técnicas complejísimamente sofisticadas, las cuales, se han ocupado sistemáticamente de promover en los últimos 20 años, a la red o interconexión mundial como la redención, para por supuesto, de una supuesta información al alcance y con la inmediatez que requiere los tiempos en la global aldea, así como crear unas enfermedades propias como el estrés, túnel metacarpiano, de circulación sanguínea así como de la columna. Esta pantalla virtual, cual contemporánea antena de la otra gran confusión Babiloniana, emplea al lenguaje, la escritura, la imagen, la música, los sentimientos, la privacidad personal y el espíritu del cuerpo en un relativo reposo, que solo se limita a digitar y mirar como la existencia de eones de seres se abstraen y lentamente se destruyen en una total dislexia de ambiguas y andróginas personalidades.
La llamada virtualidad, ha venido conduciendo, a que la verdad contundente de los hechos vistos y oídos, ahora son “supuestos” y subvierten al mal como algo bueno y viceversa, menoscabando la esencial llama de amor que arde en los ojos de la razón del corazón.
Nos encontramos situados y sitiados en unos definitorios momentos de “nuestro” tiempo, para detener esta desenfrenada ola de radiactiva comunicación, que no hace habitar sino desde fuera, y tomar un laaargo y profuuundo aliento de reflexión para re-encausar, nuestra estrella que deambula en un océano tormentoso y encausarla a uno de la serenidad, e iluminándola aún más, a nuestra estrella con una hermosa aura-faro, cobijada por la suprema corte celeste, porque, siempre a él, en los momentos de amarga hiel, como en los momentos de dulces mieles de ambrosías, hacia allá, ese lugar de donde provenimos y proveemos, el indescriptible frío, profundo vació-lleno contenedor de todas, absolutamente todas, las incertidumbres y respuestas nos dirigiremos, al finito e infinito firmamento.
Foto: Hugsh. Sobre el olvido (Antiguo Hospital de Barrancabermeja, Patrimonio Histórico y Cultural de la Ciudad), 2009.
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