jueves, 24 de febrero de 2011
A LA SOMBRA DEL PAISAJE
Son las cinco en el campanario
Por. Victor Hugo
Veo pasar frente a la ventana
Esas voces lejanas sus cantos atorados
ahogados como una vela sin santo
Veo navegar frente a la ventana
el paso de los estandartes y sus fábulas lejanas;
estos días amargos, de madrugadas en sus trincheras,
a la deriva, muertos al fin y al cabo muertos
A tras quedaron sedientas las oraciones,
se apagaron las velas y dejó de llover sobre la mesa.
Así que ya no hay sombras sepultadas
al caer las tardes de domingo. Sólo se escucha
cada latido consonante, una mortífera confesión
en la mirada, los niños en el parque y una canción poseída
por el afán y la ofrenda. Eso sí, cae la tarde,
entre la fe que contempla su propia barricada
su alma intoxicada y el exterminio de la razón.
Culpable o no, estoy malherido; resignado al inexorable
luto de los acontecimientos, esta fiesta
donde flota el olor de muerte perfecta y la codicia se
derrama sobre la tumba. Nada más excelso que eso,
ni siquiera la hermosa tristeza de este cementerio
que me acompañó cada luna llena sobre mi puerta.
Mientras, frente a la ventana se deshace otro día más,
lejos del espanto que siento al despertar.
Ahora el viento despierta
entre las manos tibias
Son las cinco en el campanario
en medio de la lluvia azul
que presagia este 24 de febrero
A Giovanna y Ana María
Fotos: Hugsh, 2011© Cartagena. "A solas" y "Lejos de tí".
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