martes, 23 de abril de 2024

EN BARRANCABERMEJA, EL DESCUENTO DEL 22% A LOS ESTÍMULOS CULTURALES, PODRÍA SER ILEGAL, SEÑALAN LOS ARTISTAS


Con un supuesto descuento del 22%, la Corporación Centro Cultural del Oriente, entidad contratada para tercerizar las actividades de las “Fiestas del Sol”, gravó los estímulos entregados a los 35 miembros de la Asociación de Fotógrafos de Barrancabermeja (AFB), al finalizar una exposición organizada por la Alcaldía Distrital, en la que solo podían participar los asociados de la AFB. 

Esta muestra visual se llevó a cabo durante ocho (8) horas en las instalaciones del céntrico Parque Infantil del puerto petrolero, como parte de las actividades programadas en las "Fiestas" adelantadas por la alcaldía con motivo de los 102 años de creación del ente territorial, que se celebran este 26 de abril. 

No obstante, de acuerdo a la normatividad legal vigente “cuando se otorgan estímulos por actividades artísticas y culturales a entidades sin ánimo de lucro es necesario verificar si pertenecen al régimen tributario especial, de ser así y si el pago o abono se relaciona con las actividades meritorias del objeto social no se practicará retefuente a título de renta”. 

Por otro lado, si se tratará del gravamen por retención en la fuente, según la tabla vigente del 2024, para “servicios en general de personas naturales no declarantes de renta, como lo establece DUR 1625 de 2016, artículos 1.2.4.4.14. y 1.2.4.4.1., artículos 392, 868-1 numeral 77 del E.T.” y cuya base es del $188.260, tendría que ser del 6%. 

A pesar de lo anterior, según los participantes, los gravámenes aplicados a los socios de la AFB fueron del 22%, bajo el argumento de un supuesto "Convenio" que no fue presentado por la coordinadora del evento para demostrar la legalidad de la deducción, pero que inmediatamente y sin mediar palabra alguna se les descontó a los fotógrafos barranqueños. De esta manera, se afectó su reconocimiento, que dicho sea de paso, no alcanzó ni siquiera el salario mínimo legal vigente. De está manera, se afectó su reconocimiento, que dicho sea de paso, no alcanzó ni siquiera el salario mínimo legal vigente. 

Inmediatamente, surge la pregunta: ¿por qué las entidades que gestionan actividades culturales no denuncian ni dicen nada al respecto? La lacónica respuesta me la dio uno de los participantes: "Si no recibimos lo que nos dan, se roban los recursos o los destinan a otras actividades, eso lo vienen haciendo desde hace tiempo; siempre prometen una cosa y al final entregan lo que ellos deciden y en algunos casos el recorte es alrededor de la mitad del valor del estímulo pactado"; este fue el tajante argumento y con él se expresa la imposibilidad y el miedo de los actores del escenario cultural de Barrancabermeja.

El hecho revela el triunfo de la mentalidad narcoparamilitar paisa sobre una población que apenas sobrevive en una de las ciudades más violentas del país y con la más alta tasa de asesinatos por sicariato de los últimos 20 años; no obstante, el alcalde Jonathan Stivel Vásquez Gómez, llegó al poder con 71,183 votos y el respaldo de una coalición de la derecha colombiana, de la que presuntamente hace parte hasta el Clan Gnecco de Valledupar (Cielo Gnecco, Luis Alberto Monsalvo y toda su familia), quienes se dice en los mentideros políticos y como se murmura, aparentemente invirtieron en su campaña, como también ocurrió con el anterior burgomaestre Alfonso Eljach Manrique.

Hoy, a pesar del declive social representado en los altos índices de pobreza, la creciente inseguridad, el generalizado desempleo, la ruptura de su tejido social y el alto endeudamiento fiscal en que dejó a la ciudad la anterior administración avalada por el Movimiento Alternativo Indígena y Social, MAIS, en manos de Eljach Manrique, la actual administración Distrital montó una fiesta que le costó a los barranqueños más de $5.000 millones, con el fin de promover el turismo; sin embargo, olvidó que Barrancabermeja es parte de la actualidad del país solo por los más de 40 homicidios ocurridos durante este 2024 y que ellos mismos mantienen cerrado el puerto y el acceso al río, con lo que metafóricamente le decretaron la censura hasta el sol.

¿Y de la curaduría qué?

Una muestra expositiva es el resultado de un proceso que produce diferentes piezas u objetos para mostrar y donde la curaduría juega un papel vital. Pero, para algunos de los genios locales de Barrancabermeja, la intención es mostrar por mostrar y se olvidan del público. En este punto hay que volver a insistir en los cuatro escenarios para el desarrollo de las artes plásticas y visuales: investigación, creación/producción, circulación y formación de públicos. 

Entonces respondamos a la pregunta: ¿por qué es necesario contemplar la curaduría a la hora de pensar en un evento expositivo? En primer lugar, hay que entender qué es el ejercicio de lo curatorial. 

Según la RAE, es "el que tiene cuidado de algo" o "persona encargada de la conservación y supervisión de bienes artísticos o culturales, especialmente para su eventual exhibición". Aparte del llano concepto, digamos que la curaduría es más que ordenar, situar y mostrar objetos de arte, es también un sistema de mediación social para estimular la interpretación de lo que se muestra.

En este sentido, se apoya o busca diferentes herramientas para ir más allá de la catalogación histórica, de las condiciones sociales del acto de creación y la contextualización de la obra de arte. Aunque esta información nos ayuda en su exploración, por sí solas no contribuyen a la aproximación del público. 

Entonces, respondamos a la pregunta: ¿por qué es necesario contemplar la curaduría a la hora de pensar en un evento expositivo? En primer lugar, hay que entender qué es el ejercicio de la curaduría. 

Según la RAE, es "el que tiene cuidado de algo" o "persona encargada de la conservación y supervisión de bienes artísticos o culturales, especialmente para su eventual exhibición". Aparte del llano concepto, digamos que la curaduría es más que ordenar, situar y mostrar objetos de arte, es también un sistema de mediación social para estimular la interpretación de lo que se muestra. A parte del llano concepto, digamos que la curaduría es más que ordenar, situar y mostrar objetos de arte, es también un sistema de mediación social para estimular la interpretación de lo que se muestra. 

En este sentido, se apoya o busca diferentes herramientas para ir más allá de la catalogación histórica, de las condiciones sociales del acto de creación y la contextualización de la obra de arte. Aunque esta información nos ayuda en su exploración, por sí sola no contribuye a la aproximación del público. 

En este punto, hay que tener en cuenta o prever que los anteriores parámetros de contextualización histórica pueden estar fuera de las posibilidades interpretativas de un espectador que no tiene por qué saber o conocer sobre la historia del arte. Sin embargo, sí está interesado en aproximarse a una obra, podría llamarle la atención participar en una exposición o está interesado en conocer el valor de una obra o adquirirla. No solo para decorar, sino porque se identifica con ella o quiere expresar algo a partir de lo que cuelga en una pared o las piezas dispuestas en sus espacios cotidianos.

De tal manera que, desde lo contemporáneo, podría decirse también que la curaduría crea otros parámetros, ya sean emocionales o performativos, con el propósito de posibilitar al público la oportunidad de estar o permitirse disfrutar la obra desde su muy particular punto de vista. Además, busca abrir otras ventanas ante las diferentes interpretaciones o provocaciones que enfrenta el público cuando se acerca a una propuesta plástica o visual.

De otra parte, en una ciudad que vive bajo el miedo inoculado por las expresiones de la ultraderecha y donde su ciudadanía adoptó una postura sigilosa, porque la sociedad barranqueña no hace mucho era abierta a la posibilidad del diálogo, pero en la actualidad prefiere guardar silencio y se sienta a ver Teleantioquia. Así como le sucede a la sociedad, igual podría presentarse en un evento expositivo; por eso la curaduría se abre a la mediación para acercar a la gente al arte.

En este sentido, durante el evento de la AFB encontramos caballetes de pintura que servían de soporte a fotografías impresas en papel para interiores y algunas imágenes expuestas al sol; esto produce un alto deterioro cuando la impresión no está pensada para exteriores, lo cual refleja la falta de cuidado por parte de los organizadores de la muestra. Además, el diseño precario de la exposición consistía en formar con las imágenes el número 102. 

En relación a esto, las imágenes estaban dispuestas de manera que no había diálogo entre ellas las fotografías y la muestra carecía de un guión curatorial. Tampoco contaba con un dispositivo museográfico para el escaso público que tuvo la oportunidad de observarla, ya que no fue pensada para atraer a nuevos espectadores ni formar público, lo cual es un objetivo fundamental en un entorno expositivo. Por esta razón, no se contempló la guíanza para los visitantes.

Todo este conjunto de desafortunadas falencias, nos lleva a señalar que la ciudad perdió otra posibilidad de estar en escena y malgastaron los recursos destinados a este evento.


¿Qué vimos?

Cuando una institución pública promueve, patrocina y propicia eventos culturales, le da cierta legitimidad a las expresiones que pone en escena y al hacerlo promueve en sus comunidades esas mismas percepciones o relatividades perceptuales, formas de ver, entender y relacionarse con el mundo, lo cual no es un hecho menor; por ejemplo, al patrocinar eventos como el reguetón o el vallenato, lo que está promoviendo y difundiendo no es solo su limitada estética musical, sino también su precaria ética.

Si analizamos lo axiológico del vallenato podemos encontrar en sus relatos musicales algunos prominentes rasgos, de eso que llaman folclor y que en algún momento lejano fue para convertirse desde finales de los años 80 en parte de la industria del entretenimiento muy cercana a la ideología narco paramilitar; en esta perspectiva, sus narraciones son unidireccionales en su concepción del mundo, con una visión patriarcal, clientelar y la suntuosa puestas en escena de la obscenidad del atrabiliario, que es refleja la transformación de la metáfora en este popular ritmo y que bien podríamos discutir ampliamente en otra oportunidad.

De tal forma que, al aproximarnos a la "Gran Exposición de Arte Visual", como aparece en la invitación, y que tenía entendido era un concurso, tenemos que partir por definir qué es arte. Para ello, les propongo la definición de Kant, quien lo señaló como la manifestación sensible de una idea. Si no quedamos con este categórico concepto, tendríamos que preguntarnos también por la teleología del acto fotográfico, el porqué o cuál es el propósito de la imagen, al mismo tiempo que nos preguntamos ¿Cuál es el punctum?, como lo indicaría Roland Barthes.

Pero también, por la resolución técnica, es decir, en los aspectos formales; hay que recordar que la fotografía es un punto de vista del mundo mediado por un artificio tecnológico: la cámara, como lo enfatiza Román Gubern Garriga-Nogués. 

Frente a todo esto, hay que señalar un hecho muy desafortunado frente a la inversión de los recursos públicos y es que produjo un bajo impacto social, porque solo a la Corporación Centro Cultural del Oriente, el operador de las “Fiestas del Sol”, se le ocurre montar una exposición por solo ocho(8) horas. 

Este es un abyecto e irrespetuoso gesto, no solo maltrata a sus participantes, los creadores barranqueños, sino a la ciudad, porque privó a muchos de nuestros ciudadanos de conocer el trabajo desarrollado por la Asociación de Fotógrafos y que revela cierta codicia frente al manejo del jugoso y muy criticado contrato, que al parecer solo favorecerá a quienes no viven ni invierten en la ciudad.

Pero para acabar de rematar, como si se tratara de todo menos de un evento expositivo, la muestra contó con un pésimo acompañante: un locutor repentista, preparado para animar las fiestas de barrio o, si acaso, cualquier evento de los que diariamente ocurren en las puertas de los escandalosos almacenes del sector comercial; además, una amplia tarima que nunca prestó ningún tipo de servicio más que albergar a un muy obtuso administrador musical que solo concibe como música el reguetón. 

Para decirlo con absoluto respeto, pero de manera puntual, solo a la Corporación Centro Cultural del Oriente y a la Secretaría de Cultura de Barrancabermeja se les ocurre un evento expositivo como una desordenada e inconexa fanfarria; además, arrítmica con la muestra y una muy destemplada secuencia de hechos, que nunca hicieron parte de la exposición, pero sí justifica su presupuesto a la hora de presentar el presupuesto de la tercerización.

Otro hecho significativo es eso de "artes visuales": la fotografía no es el acto de obturar la cámara o de "sacar fotos", sino de producir imágenes y eso va más allá del "instante decisivo" propuesto por el gran fotógrafo francés Henri Cartier-Bresson.

Ahora bien, un atardecer para un artista barranqueño debería ser objeto de una profunda investigación y reflexión, no solo la representación de la alucinante implosión de luz producida por la puesta de sol; sin embargo, el concepto se redujo ostensiblemente y se disiparon todas sus posibilidades interpretativas; esto produjo imágenes pétreas y efectistas que se negaron o no se permitieron indagar por sus significados y sentidos.

Hecho que denota cierta derrota al repensarse en el paisaje, en una ciudad llena de sentidos. "Una fotografía del atardecer no es una captura de una hermosa puesta de sol o algo así. Cuando miro una fotografía, ¿debería poder ver lo que me dice? ¿Tiene una historia? Eso es todo. A partir de ahí parte la fotografía", señaló en su momento el gran fotógrafo de Estambul, Ara Güler, y quien sostenía: "Lo esencial es el amor. Todo depende de ello [...] Nunca puede haber una persona sin amor y una fotografía sin gente".

En este caso, el valor de una propuesta visual radica en no conformarse con lo inevitable: la explosión o implosión de luz frente a ese impulso que muchos tenemos cuando diariamente nos detenemos a observar los bordes del río que inundan nuestra mirada. Es en ese momento cuando tomamos un celular y registramos lo sorprendente del lento atardecer porteño.

Entonces, ¿qué importa otra fotografía más a contraluz de las que muchos guardan en su dispositivo móvil cuando tienen la oportunidad de pasar por el puerto sobre las cinco de la tarde? ¿Dónde está su valor? ¿Acaso tener cualquier cámara réflex o una Mirrorless Digital Camera full frame garantiza que seamos artistas visuales? No, sacar fotos es muy diferente a producir imágenes; tampoco tener la mejor tecnología nos garantiza la posibilidad de ser artistas visuales.

También me pregunto por las historias que narraban esas imágenes y que nos quedaron debiendo; porque la fotografía en una sola imagen narra una o varias historias que podemos encontrar en sus diferentes capas y de eso carecían la totalidad de los trabajos expuestos y no me refiero a lo que se intentó decir sin lograr representarlo o medio se alcanzó a describir, cómo se lo escuchamos a los participantes del evento; porque hay que decirlo claramente: un fotógrafo que se vea corto a la hora de describir sus imágenes demuestra con exactitud qué fue lo que hizo: nada, porque carece de la pasión necesaria que se siente al abordar la realidad o construirla desde las artes visuales. 

De otra parte, se supone que un fotógrafo debe tener tres condiciones básicas, aparte de la inherente mirada fotográfica: manejo de la cámara, profundo estudio de la luz y un poderoso conocimiento de la composición. Sin embargo, algunas de las imágenes expuestas tenían deficiencias en la resolución técnica a la hora del acto fotográfico (por ejemplo, el manejo del flash), muchas no tenían claros los aspectos compositivos (geometrías, ritmo, tensiones o equilibrios, etc.) y otras apelan a la luz plana, en contraposición de la búsqueda de texturas o atmósferas, lo que sugiere una precaria estética, para no hablar de la armonía del color. 

Igualmente, encontramos en las imágenes sobre la fauna sin ningún tipo de relación, aquellas que las magnifican dentro de sus ecosistemas; otras, donde aparecía gente, apostaron por el "instante decisivo" sin lograrlo; en lo que respecta a la arquitectura se supone que debería mostrarse la poética de sus volúmenes y su interrelación con la ciudad, el transeúnte o el mobiliario urbano y donde se puede decir mucho, no solo mostrar edificios o parques, sino indagar por sus fricciones y contextos.

Por otro lado, también, hay que decirlo claramente, nuestra ciudad cuenta con expertos que se dedican a la fotografía social de carácter comercial y conocen muy bien su oficio y de eso sí deberíamos hacer una profunda investigación, porque en muchas de esas imágenes archivadas, se podría abordar un estudio de antropología visual de Barrancabermeja en sus diferentes momentos de su historia y eso tiene un valor que se está desaprovechando. 

En esta ciudad, donde la gente le huye a la fotografía, porque siempre ha vivido bajo la cenagosa aprensión y la desconfianza prejuiciosa, es una sociedad que sospecha de todo, y donde una de las condiciones necesarias para sobrevivir en ella es hacer silencio y pasar de incógnito, frente a quienes de manera agresiva y violenta se lanzan contra la cámara y se niegan la posibilidad de asumir otros puntos de vista, como les sucede a los funcionarios de la alcaldía distrital. 

Bajo estas circunstancias, los violentos siempre suponen que los ciudadanos con sus imágenes podrían ponerlos en evidencia y controvertir sus argumentos; por esta razón, la idea de ellos es mantener el permanente asedio y la censura, lo que ha hecho problemático y complejo hacer fotografía y se convirtió en un acto de la clandestinidad. Tristemente, la ciudad dejó de ser empática consigo misma, desechó rápidamente la otredad y adoptó el relato de la cultura “traqueta” del paisa. (Ver imagen). 

Este peligroso mototaxita intento agredirnos;
pero no ha sido el único, en un video que realizamos también apareció otro, mientras hacíamos un registró visual sobre la ciudad y street photografhy. 

No obstante, los hacedores de imágenes de la AFB tienen el reconocimiento social y han desarrollado cierta empatía con la gente, porque muchos de ellos, los hemos visto durante 40 años viviendo de su oficio en los bautizos, celebraciones y las semanas culturales de los colegios, como los conocí a muchos de ellos en el Seminario San Pedro Claver donde nos fotografiaban en algún evento.

Esta sería una ventaja a la hora de pensar en un trabajo de fotografía documental sobre la ciudad, que como todas, tiene sus sombras pero quizás no haya perdido sus esperanzas. En momentos en que Barrancabermeja se encuentra en medio de sus encrucijadas, donde no se vive "un nuevo capítulo" más de su historia, sino la continuidad del mismo pero con otros nombres y bajo el oprobio construido del negocio de la compra de votos, con la que se legitima su clase política.

Por eso, si generamos un proceso de formación sobre fotografía documental con ellos y varios laboratorios de creación, quizás la ciudad podría tener un potente trabajo para que se observe así misma y donde redescubra el aporte de la diversidad a la cultura y conformación de la ciudadanía barranqueña, frente a las hibridaciones culturales o por la presencia como las comunidades NARP (Negros, Afrodescendientes, Raizales y Palenqueros) o indígenas, ahora que está muy de moda “Sembrar la Duda”, cuando desde la institucionalidad, se pretende hacer ciertos acercamientos clínicamente estilizados a nuestra realidad para mantener las distancias sociales.

Mientras que la fotografía documental posibilitaría producir encuentros para mirarnos a nosotros mismos, eso sí sería una verdadera fiesta de la multiculturalidad para la memoria y la paz, que buscaría narrar nuevas historias o las que fueron desapercibidas. Entre otros temas que se podrían abordar y de los que nunca se han hablado, como el dolor que persiste y cómo representarlo, no en imágenes al estilo de la sensacionalista prensa nacional sino desde otras percepciones; además, sus resistencias, sus derrotas y sus miedos, pero también su humor.

De tal manera que, para finalizar, señor alcalde Jonathan Stivel Vásquez Gómez y Secretario de Cultura, Alexis Guerrero Sánchez, si se trata de promover las expresiones culturales y legitimarlas desde la institucionalidad, de apoyar a los productores culturales, y para no quedar en ridículo ante el país y el mundo, hay que conocer muy bien las implicaciones y los lenguajes de cada una de ellas, porque en el caso de las artes visuales no se trata de mostrar por mostrar, sino saber qué es lo que va a proteger o salvaguardar desde el ente territorial, con absoluto respeto y no montando exposiciones que no duran ni 24 horas; además, este esfuerzo, tanto para los gestores como en los recursos públicos, no tuvo ningún impacto ni generó procesos. Sin embargo, es muy loable apoyar a los 35 e históricos fotógrafos del sindicato de la AFB, pero en otra oportunidad le sugiero que lo haga a través de subsidios y no creando pobres espectáculos que les falta al respeto a la cultura y a los barranqueños.

Fotografías: @ArtistasZona, abril de 2024.

martes, 16 de abril de 2024

XXIV CONCURSO EXPOSICIÓN DE ARTE MANOLO VALDÉS 2024


El 14 de julio del presente año cierra la convocatoria del XXIV Concurso Exposición de Arte Manolo Valdés en la que pueden participar, con una sola obra en la modalidad de pintura o escultura, artistas de cualquier nacionalidad o lugar de residencia; este certamen cuenta con apoyo del Ayuntamiento de Altura, ubicado en la Provincia de Castellón, Comunidad Valenciana de España. 

Las propuestas en la categoría de pintura deben tener un mínimo de 100x81 centímetros y un máximo de 200 cms. en cualquiera de sus dimensiones, montadas en bastidor o soporte sólido, sin cristal u otros elementos frágiles y su peso no debe sobrepasar los 40 Kg, tanto las obras bidimensionales como las esculturas. 

Premios 

Premio Internacional Manolo Valdés de Escultura: 2.000 Euros y diploma acreditativo. 
Premio Internacional Manolo Valdés de Pintura: 2.000 Euros y diploma acreditativo. 
Premio Artista Joven Manolo Valdés Comunidad Valenciana: 500 Euros y diploma acreditativo (para artistas jóvenes nacidos o residentes en la C.V. con edades comprendidas entre 16 y 25 años). 
Premio comarcal Manolo Valdés de Artes Plásticas: 1.000 Euros y diploma (para artistas nacidos o residentes en el Alto Palancia o el Alto Mijares). 

El fallo del jurado se conocerá 20 días después de la fecha de cierre de la presente convocatoria y las obras premiadas pasarán a ser parte del Fondo de Arte dirigido a la creación del Museo Municipal Manolo Valdés del Ayuntamiento de Altura; así mismo, serán parte de la exposición que estará abierta al público del 13 al 29 de septiembre de 2023 del presente año y estarán dentro del catálogo del evento. Si está interesado realice su inscripción vía on line (Aquí). 

Consulte las bases (Aquí) 

Mayores informes: Ayuntamiento de Altura. Dirección: C/ San Vicente no 2 ALTURA 12410 Castellón, España. Tel.: 964 14 63 84. Correo electrónico: cultura@altura.es. Web: altura.es

viernes, 12 de abril de 2024

EN SEVILLA, CONCURSO INTERNACIONAL DE ESCULTURA URBANA CERÁMICA, “ARIANE”


El próximo 6 de mayo del presente año es la fecha límite para presentación de propuestas al Concurso Internacional de Escultura Urbana Cerámica, “Ariane”, en la que pueden participar creadores de cualquier nacionalidad o lugar de residencia. 

Este certamen tiene un premio de 16.000 € (Dieciséis Mil Euros), cuenta con el patrocinio de AEDAS Homes y el apoyo del Ayuntamiento de Sevilla, España; además, del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC), El Centro de Cerámica de Triana, el Estudio de Arquitectura Hombre de Piedra y la Universidad de Sevilla. 

El concurso se pretende combinar elementos contemporáneos como la temática aeroespacial con la tradición cerámica andaluza. Se trata de fomentar el uso de técnicas cerámicas de revestimiento de monumentos escultóricos para conmemorar un evento tan importante como ser capital del espacio europeo. Se busca dejar una huella en el territorio urbano que mezcle arte contemporáneo de la escultura, revestimiento cerámico tradicional y un tema tan novedoso como el espacio. 

Por tal razón, se invita a los/las participantes a presentar obras originales, innovadoras que reflejen un lenguaje artístico personal y que capten la esencia del concurso mezclando tradición e innovación. Se pretende que el resultado sea un monumento escultural revestido de materiales cerámicos y cuya temática nos remita al espacio. La pieza se instalará en la esquina de las calles Francisco Montesinos y Descubrimiento, donde quedará instalado en los próximos años el nuevo centro de la Comisión Europea que albergará la sede permanente del Centro Común de Investigación. 

Las propuestas podrán no tendrá delimitada el tipo de representación artística; por lo que se admiten todo tipo de estilos (realismo, abstracción, figuración, etc.) y se diseñará teniendo en cuenta su ubicación en una zona urbana (esquina de las calles Francisco Montesinos y Descubrimiento). En este sentido, cada pieza debe tener una dimensión mínima de un metro y medio (1,5 metros y medio) y máxima de dos metros y medio (2, 5 metros) en cualquiera de sus tres dimensiones. 

El/la artista presentará un proyecto de diseño y el premio se otorgará a la mejor propuesta, que debe estar finalizada y entregada el día 10 de septiembre de 2024. Los interesados en participar deben presentar una memoria descriptiva (documento en .pdf de máximo 6MB) en el que se describa formalmente la obra y sus materiales, así como su significado y su vinculación conceptual con la temática requerida. También, se requiere la memoria técnica (Un Archivo .pdf de máximo 3 MB) que incluya todos los requerimientos y necesidades técnicas y de medios para la ejecución de la obra y su posterior instalación en la vía pública; el envió de las propuestas escultóricas debe ser on line(Aquí)

Consulte las bases completas (Aquí). 

Mayores informes: AEDAS Homes (No. De Identificación Fiscal o NIT CIF A-87586483): Dirección: Paseo de la Castellana, 130. Planta 5. 28046 Madrid. Tel.: +34 900 26 40 96. Correo electrónico: DPO@aedashomes.com. Web: aedashomes.

martes, 9 de abril de 2024

HANNAH VILLIGER SOBRE EL AQUÍ Y EL AHORA


Con una mirada que se detiene a observar las tensiones de su cuerpo reflejado, sin intervenirlo ni agredirlo, pero tampoco sin poetizarlo, simplemente en una actitud contemplativa de quien intenta indagarse así misma por el aquí y el ahora, la artista helvética Hannah Villiger nos cuestiona sobre qué tan consientes somos sobre nosotros mismos. 

Estas y otras imágenes, así como documentos, son parte de la retrospectiva que le rinde homenaje a una práctica artística que oscila entre la escultura y la fotografía, desde principios de los años setenta hasta mediados de los noventa del siglo pasado; evento que abrió el Centro Pompidou - Museo Nacional de Arte Moderno, con la colaboración de la Fundación Estate Hannah Villiger y bajo la curaduría de Julie Jones, estará abierta en París hasta el próximo 22 de julio del presente año. 

La artista, Licenciada en Escultura por la Escuela de Artes Aplicadas de Lucerna (Suiza) en 1974, rápidamente irrumpió en la escena internacional con sus trabajos inspirados en la tendencia del arte povera y el conceptual, donde presentó objetos sencillos e incorporó diferentes materiales orgánicos.



Por otro lado, con una cámara de réflex de 35 mm produjo distintas series de fotografías en blanco y negro, cuyo protagonistas son elementos naturales en movimiento, como plumas, pájaros y agua, entre otros; mientras que su serie del cuerpo fragmentado, trabajo que denominó “Skulptural”, lo realizó con una cámara Polaroid; instantáneas que son presentadas en gran formato. 

Cabe señalar que la obra de Hannah Villiger revela ciertas influencias de las artistas contemporáneas como Valie Export, Cindy Sherman, Martha Wilson o incluso ORLAN; sin embargo, ella deja a un lado las reivindicaciones feministas o identitarias, muy populares en esos momentos y que están muy presentes a todas las artistas. 

Por esos días, llamaba la atención la grandilocuencia de las publicitadas y destacadas creaciones de las artistas del momento, quienes se batían entre la abyección y la puesta en escena de la muerte del cuerpo como objeto; fue una prolija época donde las creadoras también apelaron a lo extremo como lo hicieron las neovanguardias de la segunda mitad del siglo XX; a la publicidad, las intervenciones sobre su propio cuerpo al estilo de la francesa Mireille Suzanne Francette Porte, más conocida como Orlan, o la argentina Nicola Constantino, con el propósito de presentar las complejidades conceptuales de una posmodernidad que hacía tránsito y era devorada por las tesis que imponía la democracia liberal burguesa a través de sus medios corporativos de información y la reafirmación de valores de la tan anhelada libertad pregonadas por el neoliberalismo, mientras se acomodaba plácidamente en el relativismo moral en su defensa, pero que se constituyó mérito indiscutible del fracaso de la “civilización” de un supuesto mundo basado en reglas promovidas por los países desarrollados del G7 y la ONU

Hecho que quedó abiertamente demostrado frente a sus pretensiones neocoloniales, el suprematismo de la excepcionalidad anglosajona y el eurocentrismo; además, de la innegable participación de estos Estados en el genocidio del pueblo palestino en Gaza.

Sin embargo, Villiger desde la simplicidad desarrolló una obra que reflexionaba sobre lo básico; ese es su incontrovertible valor, él de una artista que se atrevió a exponerse en una época en que se teatralizaba el arte, en medio de un mundo cada vez más circense.

A partir de 1986, Villiger desarrollo su actividad artística en Paris, desde donde participó en numerosas exposiciones internacionales en los años 1990, en el que se destaca la Bienal de São Paulo de 1994; así mismo, sobre su trayectoria su 2001, Kunsthalle Basel montó una retrospectiva. Por otro lado, a principios de 1980, Villiger utilizó la fotografía para producir imágenes a partir de sus esculturas y así recontextualizó a Raising of Dust (1920), de Man Ray y Marcel Duchamp. 

Finalmente, en sus fotografías sobre el cuerpo fragmentado, ella sostiene un espejo mientras realiza sus autorretratos y lo envuelve con un tejido, con esta acción reemplaza la piel y la duplica, y al revestirla adquieren cierta dimensión escultórica.


Fotografía: 

1. Hannah Villiger, Skulptural [Sculptural], 1988/89 
Epreuve C-print (à partir d’un Polaroid), monté sur aluminium, 
125 x 123 cm. 
©Foundation The Estate Of Hannah Villiger. 

2. Hannah Villiger, Skuptural [Sculptural], 1998-1989 
Épreuve chromogène (à partir d’un Polaroid) montée sur aluminium, 
125 x 123 cm Centre Pompidou
Musée National d’art Moderne Achat, 2012 
©Foundation The Estate of Hannah Villiger © Centre Pompidou,Mnam-Cci/Georges Méguerditchian/Dist. Rmn-Gp

3. Hannah Villiger, Skulptural, [Sculptural] 1988-1989
Épreuve chromogène (à partir d’un Polaroid) montée sur aluminium 
125 x 123 cm 
Centre Pompidou, Musée national d’art moderne Achat, 2012 
©Foundation The Estate of Hannah Villiger ©Centre Pompidou,Mnam-Cci/Georges Méguerditchian/Dist. Rmn-Gp

4. Hannah Villiger, Skulptural [Sculptural], 1995/96 
Epreuve C-print (à partir d’un Polaroid), montée sur aluminium, 
125 x 121 cm 
©Foundation The Estate of Hannah Villiger

5. Hannah Villiger, Skulptural [Sculptural], 1995/96 
Epreuve C-print (à partir d’un Polaroid), montée sur aluminium, 
125 x 121 cm 
©Foundation The Estate of Hannah Villiger

viernes, 5 de abril de 2024

EN BARRANCABERMEJA, PUNTO DE VISTA O SOBRE LAS IMÁGENES QUE SE NIEGAN A OBSERVAR LA REALIDAD



Por. Víctor Hugo

La primera Sala de Lectura que tuvo Barrancabermeja fue la "Ana Joaquina Bermúdez de Castellanos", nombre que nació de los Liberales que le hacían fila a quien enseñó cómo mantener la clientela y el poder, Horacio Serpa Uribe; era un homenaje para perpetuar la ideología de derecha de la primera mujer presidenta del Concejo Municipal; este sobrio espacio reemplazó a la olorosa biblioteca de la Escuela Santander. 

Quienes tuvimos la oportunidad de entrar a ella recordaremos con aprecio a la amable señora que atendía y nos alcanzaba viejos y pesados volúmenes de pasta dura; ella tenía que hacer un esfuerzo para bajar de las brillantes estanterías de madera esa pila de hojas animosas que nos hacían cola sin vacilar y nos acercaban a las primeras navegaciones por historias como las de "Dimensión Desconocida", muy diferentes a las que vivíamos diariamente, en una ciudad donde aún se podía caminar y la gente se conocía. 

A pesar de ello, hay que señalar que nuestro mundo no era tan pequeño, porque en la segunda oleada migratoria arribó el Caribe y sus historias de la mano de los obreros petroleros, así como los que bajaron de las montañas de Santander y algunos de los que decidieron no dejarse seducir por un empleo en la "Empresa", como le llamaban a Ecopetrol; pero también estaban los gringos, los chinos, los sirio-libaneses e italianos, y todos ellos nos habían asomado a la ventana desde donde exploramos el mundo sin salir de casa, con sus historias, extraños idiomas y su gastronomía, como el restaurante italiano, La Isla de Capri, lleno de acuarios, donde el mismo José Giuseppe Massa atendía. 

Esta sala era un pequeño, pero cómodo salón, para aquellos que buscaban dónde leer y abstraerse de la intemperancia de lo cotidiano; habitaba una escasa bibliografía, pero no por ello insignificante porque encontrábamos no solo los clásicos de Italo Calvino sino otras visiones como las de Arthur Coleman Danto, quien repetía la pregunta de todos, en una actitud cáusticamente crítica que hacía reverberar nuestra imaginación: ¿Qué es la filosofía? y Después del fin del Arte

Ahí, también leíamos los primeros libros sobre el arte del Renacimiento italiano y observábamos detenidamente las imágenes de las obras de los maestros europeos, así como las coloridas fotografías de lo que se suponía era la promesa de una civilización que nunca se cumplió. De ello no quedó absolutamente nada. 

Un buen día, la peligrosa clase política del puerto petrolero decidió cerrarla y parte de los libros, al parecer, se perdieron en el 2014. Este espacio estuvo clausurado por mucho tiempo, olvidado por la inquisición reunida en el Concejo Municipal y los pasillos de la alcaldía, que decidió maldecir la sala y perseguir a la imaginación, tal como en la actualidad lo hacen, porque muy posiblemente era ese lugar donde la creatividad conspiraba contra el poder. 

Después de hacer un punto del fracasado programa Vive Digital, aquel donde presuntamente Karen Abudinen se robaron 70 mil millones de pesos del internet rural a los niños colombianos con la complicidad de Iván Duque, Cambio Radical y el Clan Char; este hecho, nunca lo investigó la Procuradora Margarita Cabello, al igual que no lo hizo con los 12 billones perdidos por las EPS. 

Hoy en día, se supone que es un Centro de Desarrollo Juvenil, quizás también satanizado, porque solo hay unas cuantas sillas y una escasa mesa, ya que nada es más peligroso que la juventud, como lo demostró durante el estallido social; pero en la pared encontré un ejemplo más de lo que no es un mural, afortunadamente tapado por una pieza publicitaria del CMJ.

Por eso, decidimos aprovechar para realizar una crítica a la estrategia de normalización institucional del arte que se propone desde los espacios del poder a partir de la no mirada (1) que no dice nada, como la de Álvaro Uribe Vélez que siempre lo niega todo, y tu mirada me acaricia los dedos (2) con esos ojos pétreos que se niegan a ver la sospechosa realidad. Esa es nuestra respuesta, con la decidida participación colaborativa de la comunidad afrodescendiente de la ciudad. 

Fotografías: ©ArtistasZona, abril de 2024.

lunes, 1 de abril de 2024

EXPOSICIÓN: COSIMA VON BONIN Y LA ALEGRÍA DEL FRACASO



Por. Víctor Hugo

Sí, retrotrae la memoria con imágenes de la cultura popular y lo instalan en la sospecha que origina la ambigüedad al descontextualizarla, probablemente desafía su presente, porque inmediatamente aparece la incertidumbre ante la posibilidad de la duda por lo que realmente sucedió, así aparece el humor en las 70 obras exhibidas en la Schirn Kunsthalle Frankfurt, de la artista nacida en Kenia pero de nacionalidad alemana, Cosima Von Bonin. 

La exposición “Somos muchos”, curada por Katharina Dohm, estará abierta hasta el próximo 9 de junio en la ciudad alemana de Frankfurt y en ella su creadora no solo expande el humor para permitirnos reflexionar sobre lo preconcebido y normalizado; pero también sobre las reglas sociales que nos impuso el neoliberalismo y su ética laboral y se burla de ello con esa actitud disoluta en la gestualidad de sus piezas muy cercanas al concepto de alienación como lo propone el libro “Para leer al Pato Donald” (1972) de Ariel Dorfman y Armand Mattelart; además con sus estrategias artísticas que van desde la apropiación, la colaboración y la delegación, donde se ién es pregunta: ¿Quién es el autor? 

Por otra parte, Von Bonin nos propone un alto para cuestionar una sociedad en estado de cansancio vegetativo y agotamiento permanente, esclavizada por los horarios y la multiplicidad de trabajos necesarios que solo nos alcanzan para pagar el alquiler y los servicios públicos puntualmente so pena de enfrentar la autoridad y la ley. Esos andamios construidos para sostener el poder y destruir paulatinamente, no solo la privacidad sino la desaparecida clase media profesional, las mismas que se niega a caer definitivamente y prefiere mantener su arribismo social, poniendo de relieve su visión art nouveau de su precaria vida cotidiana. 

La alegría del fracaso 


Quién de nosotros en la cultura occidental no recuerda la enfermiza obstinación del Pato Lucas que refleja la contumacia patológica de una sociedad narcisista y onanista determinada exacerbar al triunfo de los ganadores y a deleitarse con sus sabores, así sean de los otros, desde sus cómodos sillones frente al televisor donde transcurre su noción de actualidad, del aquí y el ahora. Así indefectiblemente el capitalismo nos repiten como un mantra religiosamente intencionado y para que nunca se nos olvide su promesa de que “algún día nos tocará”, ese del “Pronto llegará / El día de mi suerte / Sé que antes de mi muerte / Seguro que mi suerte cambiará”, como dice la canción creada en colaboración entre Héctor Lavoe y Willie Colón, en 1973. 

Sin embargo, a contrapelo de ese anhelante soporífero estado del éxito conquistado y del héroe engalanado con el olivo que hacemos nuestro, está el recurrente fracaso que nos hace reír de un Pato que maximiza hasta la normalidad la mentira, la violencia, y la traición. Es ahí, en estas maniobras de las acostumbradas jugaditas [de uribista consumado] donde aparece la escalera que nos conducirá definitivamente al cielo para alcanzar la victoriosa corona sin dolor alguno ni desprendimiento; así todo es color de rosa, como parece nos impuso a la sociedad la democracia liberal y en la que Freud nuevamente parece tener la razón. 

Este personaje Lucas, que significa “el hombre que es iluminado” representado por un comic oscuro como su envoltura, donde anida su profundo y amargo egoísmo, se juega la vida sin ninguna consideración ética frente a su adversario y utiliza a los demás y a quien no todo le resulta exitoso. 

No obstante, nunca deja de ser una amenaza bélica en búsqueda de su cuarto de hora, de su viralidad, de su reconocimiento, ese que en la actualidad se nos revele como valor social supremo y con ello Cosima pone en cuestión la esencia del capitalismo y uso del marketing para materializar la única realidad concreta: somos simples esclavos, es decir, alcanzamos la ciudadanía cuando expresamos la necesidad de pertenecerle y nos convertimos en sus consumidores, como lo presenta Néstor García Canclini en su libro “Consumidores y ciudadanos: conflictos multiculturales de la globalización” (1995). 

Tal vez, por eso, en la serie “Open Your Shirt Please” (2019), está en extrema tensión, el Pato Lucas lucha contra el inefable negro que lo amenaza con expulsarlo siempre. Al contrario, en las recientes obras textiles como Kalt Modern Teuer, Emporkömmling y Social Climber (2023), el antihéroe manifiesta un nuevo sentido de confianza en sí mismo. Mientras, que en la escultura Church of Daffy (2023), finalmente triunfa y se nos presenta como un profeta con las manos en alto, casi que abriendo su devota alma a lo divino; sin embargo, su embriaguez de gloria lo tiene al borde del abismo y corre peligro de caer. En contraposición a esta escena, en Blame Shifting (2020), un grupo de Bugs Bunny están atrapados en el bote de la basura, este comentario a manera de coda parece ser una inevitable moraleja de la angustiante contemporaneidad que produce el sistema capitalista. 


La Exposición
 



En la primera sala encontramos una instalación de lo que parece un juguete tierno de pollito gigante sobre un misil; además, de esos muñecos fetiches de peluche con esposas que inalterablemente nos habla de nosotros mismos, no solo al exponer nuestra imaginación, sino al materializarla en el otro. Así mismo, aparece un grupo de cerdos rosados yacen tumbados y cansados a la espera de una suerte de la que aún no son consientes (Open Your Shirt Please de 2019)

Por otro lado, encontramos una serie de textiles sobre bastidores, que von Bonin llama “Lappen” (trapos) y que parecen una especie de vallas publicitarias al estilo de los monocromos de Blinky Palermo de finales de los años 1960 o a las pinturas de Sigmar Polke sobre telas baratas. También, la artista usa fragmentos de texto para sus piezas elaboradas a partir de retazos (patchwork), como un juego de palabras contradictorias donde aflora el humor inteligente. 

En este punto parece contradictorio referirse al humor inteligente, aunque es necesario cuando el único significado de lo que se supone chistoso es lo abyecto y la hipérbole como estridente burlar carnavalesca del otro y no al humor que nos hace pensar, como resolutivamente lo sentencia Les Luthiers: “El que piensa pierde”, así leen esta premodernidad de la que algunos se niegan a escapar y que se convirtió, es estrategia de la que la derecha Latinoamérica muy extendida por los medios corporativos de información para mantener el poder y de que nos hemos salido como sociedad. 

Fotografía: ©Schirn Kunsthalle Frankfurt 2024, Photo: Norbert Miguletz y Dan Bradica