domingo, 30 de noviembre de 2008

Cali y sus artistas urbanos


Teo: La simplicidad de la vida
Por. Victor Hugo

Cuando Cali se despierta, sus transeúntes pueden encontrar a Teodocio Ramos y su orquesta móvil cerca a la Ermita, en pleno centro de la ciudad.

Su batería está compuesta por objetos reciclados que él convierte en instrumentos musicales, que toca con el virtuosismo del conocedor profundo de su música: la salsa. Teo recuerda, que había conformado un grupo con doce músicos que diariamente, durante seis meses, interpretaban en una esquina de Cali y en la que se congregaban una gran cantidad de sus seguidores para verlos interpretar los ritmos de moda. Sin embargo, algunos comerciantes organizados los persiguieron y lograron desbaratar su orquesta.

A pesar de ello, Teo sigue en su empeño y ya logro que un reconocido artista grabara en New York un tema musical compuesto por él: “Que no se acabe la rumba”, canción que fue escrita en 1998 en Candelaria, Valle. Además, cuenta con un poemario, que entrega en fotocopias a quien considera artista. Sus poesías van desde un homenaje a Hector Lavoe y Van Gogh, hasta temas como el tiempo, el color y lo social.

Teo, escribe con la simplicidad de quien siente lejos la amargura de los días, esa misma tonalidad que tiene la paleta de una ciudad que esta prendida de su cielo y se expresa en su gente: “Mi color es tan hermoso/como un grano de café”, escribe el poeta y agrega que “Ahora para terminar les digo de donde soy: yo soy un negro africano, lo digo con mucho honor”, nos deletrea en medio del ritmo de su canción.

Fotografía: ©Hugsh, 2008, Teo

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