lunes, 17 de noviembre de 2008

Primera reflexión

De mi reflejo entre tu espejo
Por. Victor Hugo

Frontera: Borde donde se estacionan las ansiedades, mientras se espera a que el sueño deje de ser un simple insomnio del mañana posible donde cada trozo de alma se desfragmenta para alucinar con la ilusión del que intenta esperar en la mañana la anunciación del rito cotidiano de sus historia compartidas.

En momentos en que se conjugan parte de los pedazos que se recogen entre la multitud, la calle hierve de esa risa que provoca su fantasía abierta el destierro y la búsqueda ritual de las recetas que venden en las esquinas y que intentan alejarnos de las derrotas que nos provocan las imposiciones de las fronteras que nos inventan los que amasan los clavos y nos atan a la condena del sufrimiento.

Las fronteras son hechos invisibles, simples estrategias donde el Estado se regocija cuando ve desde las ventanas la marcha incesante de esclavos que avanzan apresurados para recoger las oraciones que silenciosamente declinan como su frente en medio del éxodo de la esperanza.

En medio del reflejo, su mueca virtual que esconde la realidad y nos acaricia en la mentira de las máscaras con que nos vestimos en la mañana antes de salir a batirnos ante el desafió del duelo que nos propone cada borde de la ciudad y sus fronteras.

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