viernes, 21 de agosto de 2009

ENCUENTROS TEMÁTICOS, 13 SRA, ZONA ORIENTE-CONFERENCIA


Cuerpo, arte y significación, Primera Parte
Por. José Horacio Rosales*

Quisiera empezar justamente por definir la semiótica un poco, de manera sencilla, con el fin de que se entienda el territorio desde cual yo me ubico para abordar esta temática tan compleja, en la que ustedes son expertos, por el quehacer mismo de producir arte a través del cuerpo y con la representación corporal; además, para que desaparezca, un poco, esa especie de prejuicio que existe alrededor de la semiótica, como una cosa misteriosa, incomprensible, que sólo sirve para llamar la atención de los intelectuales en las fiestas, etc.

En términos generales, la semiótica es una disciplina de carácter científico, que busca entender cómo se producen los procesos de significación; es decir, cuando alguien ve una película y determina cual es el tema y cuál es el argumento de la película, allí suceden una serie de fenómenos que se producen en la interacción entre aquel que ve la película y la manera en que está construido este relato cinematográfico.

Por otro lado, a la semiótica le interesa observar, como la persona que ve la película, construye una significación de la misma, unos elementos instructurales o una forma organizativa de la película.

De tal manera, que para un artista no va hacer difícil comprender esta idea, porque cuando concluyen su objeto artístico, generalmente organizan los elementos para que el lector vea una determinada cosa en otra, por ejemplo: cuando el poeta escribe o habla de un rinoceronte azul y utiliza la palabra azul el pretende que quien lea o vea el poema se imagine un rinoceronte azul y no de otro color.

Luego, la semiótica se interesa por buscar cuáles son esas condiciones básicas que permiten determinar la significación de los objetos. En el ejemplo que acabo de plantear hay un proceso de relación entre un objeto que enuncia algo y un sujeto que mira ese objeto; sin embargo, no podemos hablar de un proceso de análisis semiótico centrado sólo en unas de las partes, más adelante voy a profundizar este aspecto que tiene que ver con el concepto de situación semiótica.

Otro elemento importante sobre el cual abría que partir, tiene que ver con que la semiótica es compleja, engorrosa en sus modelos de análisis y tiene unos vericuetos que a veces son indomables y fastidiosos; de todas maneras, trata de hacer un trabajo centrado en el problema de la significación y del sentido, es por ello, que se ha ocupado de relatos literarios, cinematográficos y del arte.

De tal froma, que para la semiótica contemporánea, uno de los problemas fundamentales en la construcción del significado o de cualquier práctica significante, es decir, de cualquier práctica a través de la que expresamos algo, va hacer fundamentalmente el cuerpo. Por eso, el cuerpo va aparecer como un elemento fundamental de cualquier tipo de construcción científica sobre la percepción y la interpretación de toda práctica de significación y de comunicación.

Empecemos un poco por el cuerpo, que voy a abordar a partir de la siguiente premisa: el cuerpo es una presencia viva, es algo que existe que está allí, que vive, es una panoplia de nervios y de carne, que tiene una vitalidad que es propia; en consecuencia, un dinamismo muy particular.

Sabemos que el cuerpo tiene muchas definiciones según la intencionalidad de orden cultural; hablamos de un cuerpo cosificado, reedificado, el cuerpo instrumento, del cuerpo visto como el objeto científico, entonces decepcionado y el cuerpo mítico, que también puede ser decepcionado, como el caso del mito de Isis y Osiris: donde el cuerpo del dios es fraccionado y regado por el mundo; tambíen, esta el cuerpo religioso, el cuerpo prohibido, el cuerpo sacralizado, el cuerpo templo, el cuerpo puro, impuro, marginal y desecho.

Desde esta perspectiva, las consideraciones del cuerpo son infinitas, porque cada uno posee un cuerpo en el cual está la propia existencia, es decir, el cuerpo pareciera ser el vehículo y la evidencia concreta de nuestra propia existencia y el cuerpo de la particularidad, que es un espacio de memoria, sobre todo el cuerpo humano, que se configura como lugar de la memoria y escenario de designios, de presentaciones semióticas, de manifestaciones y de expresiones significantes.

Para abordar el problema del cuerpo voy a iniciar con el concepto de autopoiesis, por lo que el cuerpo vivo está sujeto a la condición de autopoiesis.

La autopoiesis, para la ciencia biológica y para la ciencia cognitivas, va a ser un proceso por el cual un sistema u organización propia es capaz de autoproducirse; es decir, tenemos una amiba que tiene un cuerpo y es un medio que puede ser hostil y, esta busca la manera de sobrevivir y de reproducirse así misma.

En el ser humano, la condición de la autopoiesis se presenta a partir de su capcidad de adaptación a muchas circunstancias, pensemos solamente en aquellos artistas que no tienen sus manos y pintan con los pies, desde esta realidad, el cuerpo se autorganiza y desarrolla una serie de estructuras y de coordenadas para poder sobrevivir, implementando recursos propios o readecuando sus recursos para poder sobrevivir y reajustarse.

Esta condición de autopoiesis, es decir, la poética del sí mismo o la capacidad de autogenerarse y de autocrearse, es un fenomeno complejo, porque nosotros siempre hemos creído que el cuerpo simplemente esta en el medio y transforma el medio para sobrevivir. Pero, en el concepto de autopoiesis aparece la idea de que el cuerpo no solamente transforma el medio para sobrevivir, sino que se transforma así mismo, en una interacción con el medio; de tal forma, que hay una relación de interdependencia y de indeterminación y no solamente un problema de un cuerpo vivo, en el caso del ser humano, que domina al mundo, porque si hablamos la relación no es denominación cuando hablamos de autopoiesis.

El cuerpo en este sentido, es una red de procesos y de operaciones que puede transformar o destruir sus componentes propios de autorealización, por ejemplo: pensemos en la reducción de la mandíbula a partir del momento en que el hombre toma la postura erecta; en ese momento, su mandíbula se transforma para producir palabras, sino para producir actos de predicción que haría un animal y, estos procesos de auto destrucción o de reconstrucción de componentes propios van a servir para restablecer una identidad de este organismo o de este cuerpo vivo diferenciandolo del entorno; pero también, en relación con este, cuando un cuerpo sobrevive al entorno, logra más o menos, tener un nivel de conciencia que restringe el entorno mismo que lo diferencia del otro.

En el cuerpo humano, particularmente nosotros, que tenemos la sensación de tener un cuerpo que se diferencia del compañero o que se diferencia de la silla en la que estamos sentados, a pesar de que tenemos ropa sobre nuestro cuerpo, sabemos el límite exacto de nuestro cuerpo con respecto a esa ropa.

Es decir, la autopoiesis es uno de los procesos que inciden en la determinación de unos de los elementos más vulnerables y más inestables en la constitución de la personalidad del sujeto que es identidad; la identidad es algo que tiene cierta consistencia, cierta permanencia en algunos aspectos, la idea de cómo es mi cuerpo, pero al mismo tiempo es una cosa inestable porque la idea de lo que yo creo que soy varia constantemente y, justamente, por mi relación con el medio: de lo que yo creo que es mi cuerpo o lo que creo que soy yo, es como puede variar en ciertos aspectos por una experiencia critica en la vida cotidiana, así sea el pelo simplemente .

Esta autopoiesis es una condición de los seres vivos para reproducirse así mismo y para la transformación del medio de supervivencia; esta relación del organismo con el entorno es muy importante, porque permite comprender que el cuerpo mantiene una relación de interdependencia en una situación de supervivencia y, la imagen detrás de mí, aparece como la idea de supervivencia, “entre colmillada”, por una sencilla razón, porque el cuerpo no puede vivir enajenado o aparte, es decir, no se puede consevir fuera de la situación en que estamos sobreviviendo o en la que se ha escrito. Esto va hacer muy importante para discutir más adelante el termino de contexto.

El cuerpo está ubicado en una situación y esta lo determina, por todo lo que hemos explicado hasta el momento.

En la imagen tenemos la pintora Seraphine Louis, no sé si ustedes conocen un poco su historia. Ella es una célebre pintora francesa, y lo quiero mencionar porque es un poco una muestra de autopoiesis.

Esta mujer fue una criada que lava ropa y realizaba labores de limpieza. Sin embargo, en algún momento, por causa del destino, llega a ser la aseadora de una academia de arte y, ella aprende observando. A pesar de ello, sigue lavando por encargo en las casa de la familias ricas para sobrevivir.

No obstante, en sus ratos libre, se va a la orilla de los ríos y recoge semillas, plantas, aceites, minerales y, ante su altar donde adora a la Santísima Trinidad, ella se coge sus materiales, produce sus propios oleos, y pinta a partir de lo que aprendió visualmente en la academia de arte.

Seraphine Louis, oculta esas obras, no se las muestra a nadie hasta que en una de las casas donde llega un crítico alemán, no recuerdo el nombre, pero fue el mismo que descubrió a Picasso, y por alguna razón del destino descubre que ella tiene unas pinturas de una calidad extraoridinaria y de una belleza particular. Posteriormente, llegó a ser descubierta y a recibir un reconocimiento muy importante, que la lleva a exponer en los Salones más importantes de París.

Ahí vemos todo un proceso de autopoiesis, a partir de la observación y de la adecuación del cuerpo para que responda a unas técnicas pictóricas. Cabe señalar, que ella tenía problemas sicológicos y es esquizofrénica, lo que finalmente la conduciría a la muerte cuando se encontraba internada en un hospital siquiátrico; pero, su obra aún se está redescubriendo por los belgas y los franceses.

Quería mencionar, sólo este detalle, para ver como cierto talento emerge en Seraphine Louis y construye autopoiesis estética, que incluso llega a sorprender. Ella decía cuando mostraba sus obras, se asustaba de lo que pintaba, que la aterraba porque no sabía exactamente de donde fluía toda esa energía transformadora de los materiales, como la tierra, que le permitía construir esas vegetaciones: flores, arboles, entre otras cosas.

De tal manera, que una situación de vida, como la de esta artista, se diferencia de la tradicional distinción de texto y contexto.

El cuerpo para la semiótica tiene una visión un poco particular, sobre todo para la semiótica actual. Ella dice: siempre hemos partido de la idea que el cuerpo tiene cinco sentidos, pero nosotros hemos logrado concluir, a partir de la ciencia cognitiva, de las investigaciones de las ciencias medicas etc., que la división cinco sentidos, es una división artificial, incluso falsa y prueba de ello se demuestra con un simple experimiento.

Este consiste en colocar una grabadora con la novena sinfonía de Beethoven y se le sube todo el volumen, pero se coloca un dispositivo para que la persona no escuche la música; sin embargo, se conecta la grabadora a un alambre y se ata al otro extremo un lápiz que se ubica entre los dientes de una persona, por la parte del borrador, y esta escucha la música.

Una de las conclusiones puntuales de este experimento es que no se escucha solamente por el tímpano sino por todo el sistema óseo; es decir, la experiencia demuestra que el oído no se limita a la oreja y a lo que tenemos aquí imaginario sino que se escucha por todo el cuerpo y, esto explica porque muchos sordos pueden bailar.

Lo mismo sucede con la palabra, cuando escuchamos una palabra tenemos una sensación corporal, hay personas que se sacuden con tan sólo la descripción de la acidez y tienen unas sensaciones que integran todo el cuerpo.

Este fenómeno, que en la literatura se llama, sinestesia, es recuperado por la semiótica para explicar que nosotros no tenemos cinco sentidos sino que tenemos un cuerpo integrado que repercute en todos los espacios y escenarios, lo que sucede en una parte del cuerpo afecta a la otra, eso es un poco el principio de la medicina holística. De ahí que, la semiótica se tomo el atrevimiento de organizar el cuerpo en tres capas de cuerpo situados en su propia existencia.

Por una parte, está el cuerpo propio como la envoltura: es un cuerpo que esta forrado en algo, que sería básicamente la piel; pero, resulta que en la piel están los órganos sensoriales, entonces, es como en una envoltura dirigida hacia el exterior del mundo, pero esa envoltura está condicionada para dirigir su atención hacia el interior del propio cuerpo; de ahí que, sentimos las vibraciones que suceden en un musculo y que están en el interior de cuerpo, pero también, podemos sentir el frio o el calor que vienen del exterior.

Esta membrana parece que fuera como un elemento que protege el mundo interior, es una membrana completa y no está dividida, por lo que no hay un límite entre el olfato y la visión.

Luego esta, el cuerpo interno, un lugar de acontecimientos interoceptivos, que suceden dentro del cuerpo; es decir, tenemos idea de eso, sentimos cuando las tripas se retuercen, en el momento en que nos falta la respiración, el diafragma se despliega y empuja las viseras hacia abajo al tomar una gran bocanada de aire.

Ese un cuerpo interno, un lugar de acontecimientos interoceptivos, por ejemplo: un acontecimiento interoceptivo es el sabor que percibimos dentro del cuerpo, en su envoltura al interior de la cavidad bucal.

Es también un campo interno invadido, por ejemplo: por el olor que penetra con la respiración que atraviesa la membrana o la envoltura del cuerpo para entrar en una dimensión más intima e interna y está el yo carne, que es una materia viva, sensible y dinámica, que es una panoplia de músculos y viseras, algunas de ellas se mueven a voluntad y otras involuntariamente y que tienen sus propias vibraciones y sonoridades.

Entonces se trata de una materia palpitante, motora-deformable con el movimiento. Esta carne es el centro del movimiento y la sensación es el lugar de la inmediatez del yo, por ejemplo: cuando se pierde el equilibrio nos recomiendan contraer los abdominales para que la musculatura sirva de soporte a la columna vertebral y esta estabilice todo el cuerpo; entonces, vemos que si hay un yo carne interno, que podemos controlar por dentro, pero a veces se escapa del control, una evidencia de ellos es que cuando dormimos ese yo carne no lo controlamos conscientemente.

En estas tres capas del cuerpo, hay una muy interna, que es una masa de carne, nervios y viseras. Ese cuerpo interno, que es la conciencia corporal que tenemos en nuestro interior y una envoltura, están relacionadas con el entorno.

Entonces, yo traigo la ilustración donde demostrar esa relación entre el yo carne, el cuerpo interno, el cuerpo envoltura y un mundo exterior envolvente. Ese mundo exterior envolvente no se entiende sino es en relación de mi experiencia corporal con ese mundo.

Y este cuerpo vivo, esta integrado y no dividido en cinco zonas, sino en tres zonas que se integran, se interdeterminan y son reciprocas, donde la una sin la otra no existen. Imagínense que tratemos de quitar la cara de una moneda, la moneda desaparece, algo así sucede con estas tres capas del cuerpo.

Por lo tanto, estas tres capas están integradas y funcionan permanentemente, pero entre ese cuerpo vivo, esa panoplia de existencia sensorial, aparecen dos fenómenos que quisiera resumir brevemente: por una parte esta la interocepción que es como el cuerpo, capaz de dirigir la propia mirada, su propia tensión hacia el interior de sí mismo y esta la exterocepción, que es la manera en que el cuerpo vierte su atencionalidad a lo que sucede a fuera de él.

* Dr. José Horacio Rosales, Director de la Maestría de Semiótica, de la Universidad Industrial de Santander, UIS, Lic. en Educación de la U. de los Andes de Mérida, con una maestría en semiótica de las interacciones culturales y doctor en Ciencias del Lenguaje, en Francia.

Esta conferencia se realizó el pasado 5 de julio de 2009, en las instalaciones del Instituto Municipal de Cultura y Turismo de Bucaramanga, IMCT, en el marco de la investigación curatorial: De aquí y del otro lado, que adelantan los maestros Germán Toloza y Eduard Velsco.

Transcripción y corrección: Victor Hugo.


Foto: Conferencia: Cuerpo, arte y significación de José Ignacio Rosales. 13 SRA, Encuentros temáticos. Hugs, 2009©

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