domingo, 6 de junio de 2010

PASIÓN CARIBE EN EL METROPOLITANO DE BARRANQUILLA




En la final del Junior
Por. Victor Hugo

Nos detuvo hora y media la protesta que los habitantes del Municipio de Pueblo Viejo realizaban a escasos minutos de la capital del Atlántico, porque Electricaribe una vez más les había cortado el servicio de energía eléctrica.

En el Caribe colombiano no es raro encontrar a pueblos enteros protestando en la vía por los pésimos y deficientes servicios públicos. Por eso, mientras algunos de los que nos encontrábamos antes del peaje Laureno Gómez, esperando pacientemente a que reabrieran la vía, otros contábamos afanosamente los minutos de nuestro propio desespero, no era para más: peligraba la llegada al Estadio Metropolitano de Barranquilla, para ver la final entre Junior y La Equidad, el pasado 2 de junio.

Al tiempo, que mi amigo José Gregorio "El Yoyo" Mendoza, se reía y hacia el recuento de nuestra inevitable tragedia: encontrarnos en medio del trancón y a escasos minutos de la delirante Barranquilla, caía una pertinaz llovizna sobre la vía e iniciaba la noche.

Estos hechos, que no presagiaban nada bueno ni para el Junior ni para nosotros, no nos hizo desistir de intentar llegar el Estadio. Minutos más tarde, dieron paso e iniciamos el ascenso al puente para entrar a la "Puerta de Oro de Colombia" y finalmente llegar al Metropolitano, donde le costó al Junior ganar y a nosotros celebrar.

A pesar de la fiesta en Barranquilla nada cambió; al otro día, en medio de la resaca y la euforia, la ciudad seguía siendo la misma: la de un norte suntuoso y un sur de barrios encharcados en medio de su pobreza extrema, como la que se vive en cualquier parte del país, el mismo que se niega a reconocer el fracaso del Estado y su política social, como hoy lo demuestran las cifras oficiales del Dane: 12,2% de desempleo y un aumento exponencial de la informalidad.

Es decir, somos el primer país en Suramérica con más gente desocupada y en el rebusque. Además, con una nación que vive de los triunfos de los demás, con el que los medios de información alimentan esta pretendida identidad que nos enajena frente a nuestra propia realidad; aunque, siempre deberíamos tener tiempo para celebrar el triunfo de un futuro más justo para todos y no una efímera felicidad.

Fotos: Hugsh 2010© La Celebración.

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