martes, 1 de diciembre de 2009

CASA DEL LIBRO TOTAL Y LA EXCLUSIÓN VISUAL


En la negación del ejercicio periodístico
Por. Victor Hugo

En el día de hoy tuve la desafortunada idea de entrar a la Casa del Libro Total, para observar la obra plástica de Álvaro Salamanca Angarita, un artista vital.

La intención era registrar la exposición, para realizar la difusión y promoción de esta importante exhibición y hacerle un homenaje a un perenne pintor santandereano que hace escasos años desapareció en medio de unos de sus periodos más prolíficos de su producción artística.

Sin embargo, esta labor periodística fue truncada por la negación y la exclusión que se expresó por parte de los funcionarios de la Casa del Libro Total, sólo por atreverme tomar unas fotografías -sin flash-, como hasta hoy siempre lo había hecho en esa entidad sin que nadie me acorralara por tan vil y desmedido arresto, que sólo buscaba acompañar el artículo que iba a publicar.

En ese instante, uno de los dueños de la Casa del Libro Total, me pidió que me identificara y después de haberlo hecho como periodista de Artistas Zona Oriente, procedieron ha hacer sentir su poder con el desmedido acento, que sólo se encarna en la prepotencia de los neodandy criollos, los mismos que consiguieron tener en sus manos parte de la promoción cultural de Bucaramanga; luego, de los empujones verbales que me intimidaron en el ejercicio de mi trabajo, no me quedo otra opción que abandonar sus instalaciones, por el desdén que demostraron con la prensa independiente.

Así es nuestra ciudad. ¡Que lastima! Aunque por encima de la Casa del Libro Total y su “intención”, la obra de Álvaro Salamanca Angarita, que no debería estar colgada en estas salas de exhibiciones, por encontrarse sin ningún tipo de curaduría, ni tener un soporte museológico ni museográfico que den cuenta de la magnitud de lo que se está exhibiendo; así mismo, no hay estudio previo y ni siquiera se toman el trabajo de elaborar unas verdaderas fichas técnicas. Es que no se trata de mostrar por mostrar o de tener cuadros sólo para digitalizarlos, para que pasen a manos del banco de imágenes que atesora esta institución.

Por otro lado, la obra de Salamanca se encuentra presa del espacio infierno que hierve en estas paredes, donde se maltrata su producción y al artista.

Lejos de las anteriores consideraciones, Salamanca siempre será más que el pretendido “registro y puesta en valor” de una posteridad que no se construye desde la Casa del Libro Total sino que ha construido el artista, el mismo que hoy cobra más vigencia que nunca.

Coda

Es preciso recordar las obras de Álvaro Salamanca Angarita, que se encuentra en la infranqueable Cámara de Comercio de Bucaramanga. Estas piezas se llaman “Las Dos Fridas”, hoy serán “Las Las Dos Polillas”.

Y es que estas dos obras se encuentran gravemente amenazadas por la falta de conservación y mantenimiento, que las ha deteriorado hasta alcanzar un grado de descomposición lamentablemente enceguesedor.

Así se nos presenta la contundente realidad, donde su mayor evidencia podrían ser estas obras devoradas por las polillas. De hecho, lo mismo sucede con la sociedad, porque en la actualidad tenemos una memoria devorada por la polilla y apolillada nuestra conciencia. Que desastre de ciudad, que insoslayable, inquietante, mezquina y ultrajante mirada tienen del arte esta “plutocracia ilustrada Guane”.

Foto: Entre las tinieblas de la Casa del Libro Total. Hugsh, 2009©

12 comentarios:

oscar salamanca dijo...

Lamento muchisimo este desafortunado impase producto del manejo de la imagen y de una obra que nunca pretendió el derecho a vetar su reproducción y socialización. Me consta, mi hermano el maestro Salamanca, pintor de costilla y redoble de pueblo viseral propagó en su vida la libertad de sus imágenes. Yo hace mucho yo tuve la desventurada idea de vender a una exclusiva galería gringa el derecho sobre la imagen de algunos de mi cuadros. El "contentillo" era que la obra seguía siendo mia pero no así el uso de la iamgen. Me pregunto: para qué carajo sirve una obra sin la posibilidad de la reproductibilidad promulgada por Benjamin cuando nos advirtió acerca de la inevitable puesta en escena de un mundo visible hasta el extremo de la mano de la bendita imágen. La casa del Libro Total a mi parecer debió permitir el acceso libre, espontaneo, desinteresado de personas con el afan de llevarse consigo un trozo de esa imagen tanto tiempo presa por nosotros, los albaceas también celosos de una obra sin ojos y sin sociedad a quién mirar.

Me niego a que me impidan el acceso; me niego a la frustación por no llevarme conmigo un pedazo de memoria. Las excusas surgirán como surge el polvo de una epidermis roñosa, pero la captación fotográfica no deteriorará, seguramente, la superficie texturada de un óleo maduro y con experiencia, incluso por la insensibilidad de un ocaso santandereano.
Aprecio el esfuerzo de la Casa del Libro Total hacía la visibilidad por la obra de los artistas de la región, pero ojalá que ella sea completa y generosa.
Oscar Salamanca

Anónimo dijo...

Señor Victor Hugo

Lamento que Ud. haga esta clase de manifestaciones, en muchos sentidos injuriosa sobre una institución que no ha hecho otra cosa que ayudar a la recuperación y puesta en valor del patrimonio cultural de la región. Sería bueno que fuera específico y no vaporoso con sus sindicaciones, y no hablara de "dueños" y cosas por el estilo, si no está seguro de a quién o quiénes se refiere.
Ud. solicitó a esos "dueños" que le escuchasen para presentar una queja, cuando Ud. no escucha y por tanto no existe interlocución: le recuerdo que querer siempre tener la razón y lanzar al garete manifestaciones como las que suele hacer en las reuniones varias de cultura con el simple ánimo de "polemizar" (según ud. dice), no es una actitud que se pueda resaltar en una persona que se signa como "artista" y dice representar a los "artistas".
En la Casa del Libro Total existen unas reglas en las salas de exposición, y tanto Ud. como todos los demás deben cumplirlas; como por ejemplo identificarse. Ahora bien, que yo sepa la Casa del Libro publica absolutamente todas las pinturas en su portal de internet "totalmente gratis" y de allí puede extraer la información para sus notas.
Creo que se dejó llevar por el egocentrismo y la paranoia, y convirtió una gota en un aguacero, de forma desacertada. Le ruego que mida sus actitudes y palabras en próximas oportunidades.

VictorHugo dijo...

“Sr. Anónimo”

Gracias por sus amables y gentiles observaciones.

Recuerde que la crítica es un punto de vista, el reconocimiento del otro y de su otro, que es un espacio para la discusión y, de alguna forma, muestra el grado de civilización que hemos alcanzado como sociedad. Por lo tanto, no voy a caer en el maniqueísmo de lo que algunos quieren entender como el ejercicio de la crítica. Y, afortunadamente disentimos, de tal manera que prefiero expresarme y no sostener la endemoniada hipocresía que agacha la cabeza y le hace genuflexiones al rey o a su corte.

Igualmente, sí soy artista y eso nos diferencia, pero no represento a nadie ni quiero hacerlo, sólo tengo mi propia cosmovisión del mundo y siento mis posiciones con mis opiniones desde mi singular punto de vista, que se abre a la discusión para no caer en el abismo del silencio que imponen las exclusiones, las dictaduras y esta negación del otro, como diría el maestro Zuleta. De ahí que, si no le gusta a vuestra merced discutir y proponer en el libre diálogo, lo que implica crear en la diversidad, esa es su posición, lo que me merece el más absoluto respeto. Aunque en sus palabras deja una vez ese acento inconmensurable del poder que les asiste.

Finalmente, muchas gracias por sus aportes a la discusión.

Anónimo dijo...

Si Oscar su hermano , se lamenta por lo sucedido en Casa del libro total, por què permitió él o su familia ceder los derechos para mostrar allì la obra de esa manera????? y si no està de acuerdo con lo que sucede, entonces por què no la retira inmediatamente respetando la memoria, la libertad e independencia que siempre asumió Alvaro? A què estamos jugando? al juego de ser reconocidos no importa como, incluso si se pisotea la dignidad de una obra, y el derecho de los espectadores de conocer la verdadera historia de Santander y no lo que nos dice el dueño de la CASA.

Anónimo dijo...

No entiendo como puede una persona destruir la imagen de una institución que lo único que ha hecho es defender a los artistas de la región, yo creo que este señor Victor Hugo no debe ser bienvenido en ninguna otra instrucción cultural.

Anónimo dijo...

Puede ser que me equivoque, pero este artículo mas parece la actitud prepotente de algunos periodistas que piensan que su profesión los coloca por encima de las mínimas normas que cualquier institución debe hacer cumplir, y se sienten con el derecho de derramar sus frustraciones haciendolas pasar por imparciales crónicas.

Soy visitante asiduo de la Casa del Libro Total y me niego a aceptar como general esta opinión(Que solo menciona la mitad de la verdad, no porque el autor mienta sino porque la verdad siempre tiene dos puntos de vista). Pues en mi caso solo he recibido extrema amabilidad y atenciones que no encuentro en otros sitios de reunión cultural de la ciudad.

Pero la verdad es que aún las buenas obras tienen inconformes.

Yo invito a todos los lectores a visitar la Casa del Libro Total y comprobar por si mismo este esfuerzo por la cultura, recorra sus salas, tomese una deliciosa taza de café que invita la casa, consulte algun libro en la biblioteca virtual, y reciba una reproducción litografica de una de las obras del artista en exposición, que le recordará su visita y le contará algo del artista.

Anónimo dijo...

Bueno, lo que en una visita anterior, el autor del artículo consideró un esfuerzo invaluable y un gran aporte a la cultura: http://artistaszonaoriente.blogspot.com/2008/12/casa-del-libro-total-recuperacin-de-la.html
Se convirtio en un adefecio... solo porque le pidieron cumplir con las normas.

Anónimo dijo...

Realmente este señor Víctor Hugo si es la negación del ejercicio periodístico, soy periodista y conozco muy bien lo que hace La Casa del libro Total y siempre me han tratado muy bien. Adelante ustedes si hacen una buena labor cultural.

VictorHugo dijo...

Apreciados Anónimos (Parte I)

Quiero agradecerles la amabilidad por las respetuosas opiniones que se han emitido entorno a mi texto y el reconocimiento que me dieron de un artículo que escribí sobre la Casa del Libro Total. Pero se les olvido la entrevista que le hice al Sr. Daniel Navas el 26 de junio del presente año y que titule: La gestión del patrimonio inmaterial -Link: http://artistaszonaoriente.blogspot.com/2009/06/fundacion-casa-del-libro-taotal.html-, donde se intenta acercar a la comunidad a la labor que cumple esta entidad.

Por otro lado, y a pesar de las claras diferencias que tenemos frente a los hechos, el tema fundamental que estoy poniendo sobre la mesa y a los que no se han referido tienen que ver con los aspectos curatoriales, museológicos y museográficos sobre la puesta en escena de una obra de un artistas plástico; así mismo, sobre el valor patrimonial de la misma, que da cuenta de la mirada que una sociedad tiene de sí misma, de su concepto de cultura y de memoria.

De otra parte, en un artículo que publique el 27 de diciembre del 2008 y que titule como: Apuntes críticos sobre la curaduría, cuyo link es: http://artistaszonaoriente.blogspot.com/2008/12/casa-del-libro-total-recuperacin-de-la.html, subrayé sobre lo que estaba percibiendo en las salas de exhibición de la Casa del Libro Total.

En esta ocasión, me referí a algunos aspectos, los que toque nuevamente en mis más reciente texto, y que son sobre la producción y el montaje de las obras, esa publicación del 2008, la acompañe de amplio trabajo fotográfico que realice en las salas de la Casa del Libro Total, sin que nadie me intimidará en esa oportunidad ni me pidiera ningún tipo de identificación ni perturbara la labor que me encontraba haciendo. Eso es meridianamente cierto. Como anécdota, recuerdo que estaba acompañado con uno de los críticos de arte, profesor de la Universidad de los Andes, moderador de la mejor página web de arte que hay en el país: esferapublica, y artista plástico, como lo es el maestro Jaime Iregui, quien aparece en las imágenes.

VictorHugo dijo...

(Parte II)

En esa oportunidad, partí de un texto de la curadora y crítica de arte colombiana, Carolina Ponce de León, de su libro “El Efecto Mariposa, Ensayos Críticos sobre el arte en Colombia (1985-2000)”, que propone los siguientes puntos de vista:

“La labor de un curador de arte consiste en crear las condiciones propicias para que la producción artística sea legitimada como parte de una experiencia cultural colectiva”.

“Por eso, técnicamente, el oficio de un curador consiste en organizar exposiciones. Para ello reúne una selección de obras de arte, documentos y conceptos con los cuales crea un espacio conceptual artificial determinando por un montaje físico de las obras y por ayudas pedagógicas. Tal como la producción artística misma, una exposición es una forma de comunicación paradójica. En el mejor de los casos, es un medio de intercambio mediante el cual el público experimenta a través del arte aspectos de su propia dinámica cultural. El curador en una exposición puede insertar lo incierto del hecho artístico dentro de concepciones tangibles, estableciendo analogías, referencias históricas, clasificaciones, narrativas, o, por el contrario, puede entremezclar diferentes visiones artísticas con conceptos que van más allá de la lógica, estableciendo nexos “abiertos” o lúdicos que no son conclusivos. La curaduría establece una alianza con el trabajo artístico para consolidar un espacio de reflexión”.

“En términos generales, organizar una exposición consiste también en formar un público. Esto implica vencer los prejuicios que reducen a las exposiciones a ser eventos exclusivos para públicos “conocedor” y elitista. Hay que estar pensando permanentemente en cómo fomentar relaciones más dinámicas entre el arte, las instituciones culturales y la sociedad”.

Es preciso “erradicar la percepción banal y estéril de que el arte es sólo cuestión de clase, estilo, inspiración, y genialidad. Y estos mitos no son poco ni pequeños: desde las ideas clasistas sobre qué es cultura legítima (y por lo tanto, quien la hace casi siempre tiene apellido conocido y sonoro), hasta los cánones de armonía, belleza, buena factura, y buena familia de los cuales depende generalmente que se les dé reconocimiento a los artistas"(1).

Pero, días después, el jueves 19 de febrero de 2009, publique otro texto sobre la exposición Humberto Delgado y Guillermo Antonio Prada Rodríguez -Link: http://artistaszonaoriente.blogspot.com/2009/02/exposiciones-casa-del-libro-total.html- refiriéndome a los mismos aspectos.

De tal manera, que no es un tema anodino, desde mi punto de vista. Creo que debemos aprender del libre ejercicio de la crítica, les reitero nuevamente, sin que eso merezca la negación del otro, sino tener la posibilidad de dar la cara para expresar nuestros puntos de vista, porque tanto anónimo abruma y más si son periodistas, actores sociales públicos. Y, es que nuestra ciudad no sólo habitan anónimos, otra cosa es que gran parte de la sociedad sea invisibilizada por la noción de actualidad que construyen los medios de información diariamente, de esta realidad que carcome las entrañas de la gente que recorre las calles y rincones de la meseta.

De todas maneras, les presento mis respetos por la acuciosa lectura de mis textos, que me deja profundamente satisfecho porque entre todos estamos construyendo espacios libres e independientes para debatir respetuosamente y donde tenemos la oportunidad de seguir intercambiando pareceres y construir nuevas realidades a partir de una discusión fructífera y proactiva, sin que las diferencias y los disensos sean los simples manantiales estériles de donde bebemos en la sed de nuestros silencios ni la negación que nos imponen los tiempos.

(1)PONCE DE LEON, Carolina. “El efecto mariposa. Ensayos sobre arte en Colombia 1985-2000”. Instituto Distrital de Cultura y Turismo de Bogotá, Gerencia de Artes Plásticas. Segunda Edición, noviembre de 2005. Págs. 29-31.

oscar salamanca dijo...

No puedo hablar por artista muertos, ni por memorias inasibles debido al tiempo y la distancia; tampoco puedo ajusticiar comportamientos indebidos por abusos del olvido. Estoy por fuera de las instituciones y la institucionalización del individuo a partir de la imagen y su manipulación. Por ello, considero que muchas de las discusiones aquí expuestas se manejan en abstractos de difícil continuidad ya que unos piensan en lugares y los otros en consecuencias. Respondiendo las inquietudes del señor anónimo respecto a "bajar" la obra de mi hermano, esta responsabilidad no me pertenece pues sería apenas un absurdo frenar un proceso de socialización de una obra que reclama un lugar, incluso negado por mi mismo. Quiero quejarme por ser artista, quiero decir que los artistas somos las personas más inconscientes, ya que hacemos obra sin pensar en esas construcciones y las consecuencias trascendentes que generan el los otros, en los otros vivos que les sobrevivimos. A pesar de conocer la historia después de la muerte y haber sobrevivido al artista, me atrevo a decirlo, más importante de la historia del arte en Santander, por encima de pintores tan inútiles como Oscar Rodríguez Naranjo, entre otros . Álvaro y su pintura merece no sólo una exposición en una institución sino todo un engranaje de documentación decantada, recopilación de tesis ya escritas sobre su obra y vida (consultar la base de daos de la biblioteca de la UNAB y la Universidad Antonio Nariño), catalogaciones contextualizadas y otros estudios desde diversas áreas, tal vez con algún carácter pedagógico. La Casa del Libro Total ha posibilitado la apertura de las discusiones acerca de lo que representa un artista para su región, una región que con el silencio cómplice del Banco de la República y sus pretendidos curadores de turno, han querido borrarlo por siempre en sus flameantes catálogos, si no es así observen ahora, luego de haber pasado más de 15 años, qué quedó de las selecciones para sus catalogaciones de artistas santandereanos sin la piel de mi hermano, no quedó nada, solo papel amarilleado en frías estanterías sin visitantes asiduos.
Otra manera de censurar es la indiferencia, por eso agradezco a la Casa del Libro Total la gestión, una gestión sin barreras para la observación y con el respeto necesario para esta delicada obra también total, dispensándole a ella su conservación y la protección frente a la barbarie de nosotros mismos a quienes nos duele cada centímetro cuadrado de lienzo pintado por este gran maestro con la dureza de la idea y la experiencia expresada por el sudor y la sangre.
No puedo hablar de artistas muertos pues nadie ha dicho aquí que mi hermoso hermano lo este; bajar obras no es mi función como hermano y artista, quizás sí permitirme pensar, pensar.

Anónimo dijo...

totalmente de acuerdo, entonces a hacer realidad lo que propone.
Por otra parte los curadores no hacen sino borrar del mapa al resto, para que solo se vea su propia imagen, como Narcisos enamorados de sí mismos, pronto se ahogarán.