miércoles, 19 de mayo de 2010

COLECCIÓN DE ARTE DEL MUSEO NACIONAL


De Colección
Por. Victor Hugo

El Museo de Arte Moderno de Bucaramanga, MAMB, el Centro Colombo Americano y el Museo Nacional de Colombia, inauguraran en mayo dos exposiciones que itineran por el país.

Estos eventos expositivos son parte de una selección curatorial que se realizó a partir de la Colección del Museo Nacional. La primera lleva el nombre de: “Arte Joven-Arte Gráfico: Pioneros de la Gráfica en Colombia” que se inaugurara este 20 de mayo a las 7:00 de la noche, en las instalaciones del Centro Colombo Americano de Bucaramanga.

Además, tendremos la oportunidad de ver la “Colección Abierta -Pintura y Escultura” en las Salas del Museo de Arte Moderno, a partir del viernes 21 de mayo, con una visita guiada que realizará Catalina Plazas, desde las 10:00 de la mañana.

Imagen: Suministrada por el MAMB. http://museodeartemodernodebucaramanga.blogspot.com

lunes, 17 de mayo de 2010

PON UNA FOTO EN LA CALLE 2010, EN SAN CRISTÓBAL


Por los estudios superiores de fotografía en Venezuela
Por. José Ángel Mora Robles, Fotógrafo Tachirense

Una exposición fotográfica colectiva internacional que tendrá lugar en aquellas ciudades cuyas personas que deseen participar así lo decidan, se llevará a cabo en San Cristóbal el próximo martes 18 de mayo. La actividad cultural, es una exhibición fotográfica que será realizada por todas aquellas personas que, de forma anónima o no, individual o colectivamente, quieran exponer sus fotos en las calles de diferentes ciudades del mundo.

La forma de actuación es sencilla. Únicamente es necesario por lo menos una fotografía (de cualquier tamaño, tipo de papel, formato y temática) que deberá engancharse, de modo adecuado y respetuosamente con el mobiliario urbano (el objetivo es la reivindicación del arte, la Fotografía y los fotógrafos), en un espacio urbano/rural, fuera de cualquier habitáculo. En San Cristóbal habrá, entre otros, un punto de exhibición en el cruce de la Avenida 19 de Abril y la Avenida Principal de Barrio Sucre.

Este acto de carácter internacional propone acercar el arte a la sociedad a la vez de reducir aquellas trabas que la institucionalización artística somete a todo creador (llámese artista o no) para exponer su obra, reivindicar la posición que le corresponde a la Fotografía dentro del mundo considerado artístico, a la vez de su labor informativa y social.

Debido a la situación precaria de la formación académica superior de la Fotografía, al aislamiento que las obras de arte se ven sometidas, a las trabas que debe afrontar el artista a la hora de exponer, desde la cátedra de Fotografía los estudiantes de la mención de Artes Gráficas de la Escuela Técnica Robinsoniana Juan Antonio Román Valecillos asumen este reto sin fronteras y plantean esta actividad, Pon Una Foto En La Calle, que pretende denunciar la falta de estudios superiores de fotografía en Venezuela, el aislamiento al que está sometida la obra de arte en general y la fotografía en particular dentro de espacios institucionalizados, que de manera pública o privada, generan una distancia física y mental entre el arte y la sociedad, aíslan lo considerado como arte y lo manifiestan como algo para admirar únicamente dentro de unos lugares habilitados para tal fin, que a la vez inculcan la concepción equivocada de arte como mero elemento de admiración decorativa

Pon Una Foto En La Calle significa una nueva manera de entender y abordar la formación y la gestión cultural, para abrir un camino necesario en la evolución de la cultura, y para el acceso de las personas a las artes visuales, tanto en su faceta de estricto observador, como en la de integrante directo. La invitación está hecha para toda la colectividad tachirense a protagonizar el 18 de mayo este acto que ha logrado multiplicar a lo largo y ancho de nuestro planeta la oferta participativa para el conjunto de la ciudadanía, los artistas y los fotógrafos.

Para mayor información: http://ponunafotoenlacalle.blogspot.com/
Blog de los estudiantes de Fotografía de la Mención Artes Gráficas en la Escuela Técnica Robinsoniana J. A. Román Valecillos: http://fotojarval.wordpress.com/

sábado, 15 de mayo de 2010

BARRANCABERMEJA: A LA IZQUIERDA, EL PATRIMONIO






Jamás, menos tu olvido
Por. Victor Hugo

“Se me acabó la fuerza de mi mano izquierda”, cantaba José Alfredo Jiménez, lamento sincero que desentejó una época que se nos quedó en la retina sedienta y, que quizás, alimenta la pasión de estos días urgentes, de los que crecimos sin las respuestas, pero con la lucha a cuestas de una ciudad que se construyó en medio de la protesta de los años 70´s.

Barrancabermeja, una ciudad que no se dejaba intimidar por el miedo, pero que aun llora incesantemente a sus hijos asesinados, entre tanto, sus calles eran militarizada, laceradas y torturadas; sin embargo, hoy se destecha simbólicamente como la guerra sucia que devastó las ruinas de su horizonte, el mismo que se desmanteló en la mesa de negociaciones de las conveniencias del poder y las coyunturas políticas.

Quizás sea por eso, que su patrimonio cultural, su memoria, donde aún grita nuestra última consigna, la del desalojo ideológico que transpira ahogado en este firmamento donde nos acompaña las tristezas y los cementerios donde enterramos los restos de lo que fuimos.

Ahora que lo pienso

A los siete años estaba la llave del agua que surtía a la ciudad y que colgaba de una malla que dividía a los demás de los privilegiados obreros de Empresa Colombiana de Petróleos y la subdirectiva sindical del Complejo Industrial de Barrancabermeja.

La Unión Sindical Obrera, USO, era un gueto para nosotros, los excluidos; además, el lugar para saltar la malla detrás de un mango biche y de huir de su celador que nos perseguía para golpearnos, cuando nos pillaban adentro; detrás de esa reja traslucida, se vivía de otra forma y afuera estábamos los que no teníamos nada que ver con Ecopetrol ni estudiábamos en sus Concentraciones.

De tal forma, que a nosotros nos tocaba hacer todos los días la fila por un caneco de agua con el intentábamos sobrevivír en medio de la miseria que iba tomando por asalto a la ciudad y que se empezaba a extender en el nororiente y en los barrios del sur; por esa época, nunca había agua potable que bajara por el grifo, mientras seguíamos siendo estigmatizados en Bucaramanga, la que vivía de las regalías petroleras, y que nunca nos consideró ciudadanos de santandereanos; no obstante, los dirigentes liberales “de izquierda” del puerto abrían en la capital del departamento su primer directorio, con lo que iniciaron su ofensiva para apoderarse políticamente de Santander.

Mientras que en el radio periódico del hoy Gobernador del Departamento, Horacio Serpa, “Barrancabermeja en Marcha”, se rechazaba cualquier manifestación ciudadana y paro cívico por el agua, determinación que se tomaba en la Coordinadora Popular, y es que para el dueño del Frente de Izquierda Liberal Autentico, Fila, la alcaldía era su centro de poder; al tiempo que, en las calles la fuerza del alcalde militar Manuel Jose Bonett Locarno me hacía correr de la mano de mi padre para no dejarme alcanzar por sus bombas, que ensordecían el puerto, pero que jamás alcanzó a intimidarnos, porque se peleaba era en nuestras calles.

Aunque, siempre los lunes eran de escuela en la Central Integrada, la de todos, la del guarapillo de piña a la salida de las 5:30 p.m., cuando había siempre la mejor luz que dibujada la sombra de la ciudad sobre el puerto, donde hervíamos entre la Avenida del Ferrocarril, las canchas que improvisábamos en la calle o en el Parque Infantil, donde jugábamos en medio de sus ángeles y de esos grandes objetos escultóricos de metal, que un día también desaparecieron; aunque, también se hacían presentes sus caños, la ciénaga y, por supuesto, el gran río.

Sin embargo, había tiempo para las películas de 16 mm en blanco y negro del Santo y Blue Demon, que nos costaban 20 centavos la entrada. Más tarde vendría el cine de verdad y los documentales sobre la revolución cubana, su música y su filmografía, pero también había que ver algo de la antigua y poderosa Unión de Repúblicas Socialistas Soviétivas, URSS, donde muchos se fueron a estudiar o pasaron por la Universidad Patricio Lumumba.

Por eso días, siempre escalaba la paredilla para colarme con mi hermano Julio Mario a la escuela, aunque mi casa quedara a la vuelta de la Central Integrada, todos los días llegaba tarde, eso sí con la complicidad de mi madre. Ese tiempo de ayer era como hoy: sobrevivir o soportar el escarmiento, ese castigo consistía en cargar dos ladrillos en cada mano y arrodillado en la arena caliente expuesta al sol, con el que derretía la ciudad al medio día.

Así aprendí, en medio del dolor, que la intrepidez y la osadía, eran la burla contra la injusticia del poder, como incuestionable postura de valentía frente al temor que puede producir el espectro del Estado y sus asesinos a sueldo, los mismos que hoy nos tienen sumidos en esta realidad: -Maestro antes de golpearme contendré mi ira para arrancar el tiempo de este dolor que jamás entenderá que es libertario.

Más tarde, después de haber sido expulsado por el padre Arturo Garzón del Seminario San Pedro Claver, cuando éramos aún adolescentes, nos tocó reconocer la ausencia de Martin “Cachucha” García, de José Manuel, Ricardo, Victor Hugo, de Orlando e Ismael Jaimes, y de muchos otros con los que deambulé por las calles cercanas al río; pero también, la invisibilidad de los que nunca partimos ni contamos las anécdotas sino que seguimos aquí clavados con la sospecha de ser de aquí, los que no simulamos con laboratorios traídos desde Europa; aunque algunos estén empeñados en hacernos olvidar, destruyendo parte de esto sueños que aún hoy tenemos, como el cineclub del “Monky” Moncada y su última novela engavetada.

Ahora, sentado bajo “Mi Ángel Mutilado”… recuerdo a Pedro, porque el día en que decidió entrar al paraíso dejó las llaves en la puerta, aunque me temo que, también olvido lo anodino de los demás; al tiempo, que Rafael se detiene a escudriñar el lienzo en su propio pasado, yo me detengo en la esquina de siempre con las flores camufladas en mis bolsillos, porque ahora no hay nada aquí, sólo las viejas canciones que nos acompañaban de madrugada. No importa yo rezaré este último salmo, por cada cruz yerta y las últimas paredes destruidas que eran mías y de nuestros sueños prestados, como de tu mano Gladys.

Y es que este asesino silencio nos detiene, mientras siguen arrojando nuestros cuerpos al río para mantenerse en el poder, para que alucine con las encuestas de televisión y la risa prestada… Ese mortífero gesto que me recuerda que soy de aquí… El sin agua, ni rio, ni catecismo, ni seminario, ni este auditorio donde un día me senté. Al contrario, sigo siendo este partidario de las sin fronteras que se niega a tener el vigía del norte y se mantiene con la voz en la calle, como siempre ha sido, a pesar de las pesadillas que me embuten los medios de información.

No importa, porque hoy Penelope estará en la estación, ésta tarde que no marchita en nuestra mirada con su aroma de libertad, la misma que nos perseguía desde nuestra niñez en bicicleta, la que nos despedazó en medio de la tormenta, pero que nunca me dejó sólo, sin mi cámara, desde donde me atrevo a escribir este epitafio por anticipado y dejarte estas fotografías, que nos recuerdan otros tiempos, cuando no éramos felices ni indocumentados.

Fotos: Hugsh, 2010. Jamás, menos tu olvido.

martes, 11 de mayo de 2010

EXPOSICIÓN DE ANA MARÍA GARCÍA



"Banderas Oro"
Por. Victor Hugo

Banderas Oro es una serie fotográfica construida con base en la cultura material aborigen colombiana y otros elementos territoriales”, señala la Maestra Ana María García Moreno.

La exposición se inaugura este jueves 13 de mayo en el Club Atheneum, del World Trade Center, Calle 100 No. 8a-49 Torre B, de Bogotá, a partir de las 7:00 de la noche.

Ana María García Moreno, es una artista que nació en Medellín, pero vivió desde sus primeros meses y toda su juventud en Barrancabermeja y se gradúo como Maestra en Artes Plásticas de la Universidad Nacional, en el 2001.

Sentí la gran necesidad de revisar a fondo el porqué de estos colores, creando las Banderas Oro, que me han permitido redescubrir y mostrar patrimonio, memoria e historia, generando así un espacio simbólico para ser poblado por elementos culturales vivos, enfatiza sobre su obra Ana María García M.

Foto: Hugsh, 2010©. Imágenes de la Exposición suministradas por la Maestra Ana María García Moreno.

EN CÚCUTA


Socialización de la Convocatoria de TV Infantil
Por. Victor Hugo

El Proyecto de Televisión Infantil de la Dirección de Comunicaciones del Ministerio de Cultura invita a participar en la socialización de la Convocatoria de Estímulos para el Fomento a la Producción de Televisión Infantil, que se llevará a cabo en la ciudad de Cúcuta este miércoles 12 de mayo de 2010, de 2:00 a 4:00 p.m. en la Biblioteca Julio Pérez Ferrero, Pabellón 3.

Informes en Cúcuta: Teléfonos: 5722814 – 5716649 y al correo: npolo@mincultura.gov.co. Natalia Polo López, Coordinadora Estímulos Comunicaciones. Dirección de Comunicaciones-Programa Nacional de Estímulos, Ministerio de Cultura, Calle 11 No. 5-16, Bogotá D.C. Tel: 3506546/47 Ext: 139

sábado, 1 de mayo de 2010

LA DE SIEMPRE: BOGOTÁ






Como mis des-hechos… Menos Aura
Por. Victor Hugo

Lleno de tus manos y de los alientos que nos impone el olvido, entre las calles que fueron nuestras a finales de los 80´, así recuerdo y aún vivo a Bogotá.

La misma que hoy camina afanosamente en medio del enjambre humano y la burocracia centralista que habitaba entre la simulación amable y las consignas que nunca resucitaran los sueños; mientras, Lazaro deambula en los rincones que acaso nos permite la incertidumbre de esta vida y los obituarios de las esquinas; al mismo tiempo, que sus paredes nos siguen escupiendo los restos de nuestra propia demencia de país enfermo.

Te recuerdo Bogotá, la de los umbrales que alucinan; pero, también la de Ángela, Aura, Tasha, Adineth, Diana, Maritza, Jorge, los maestros Gabriel Pabón, Carlos Caicedo y Boris Bustamante, ¿la de todos...?, y de los que no partieron, esos que se quedaron en la orilla bermeja del río Yuma, los que nunca pude volver a ver cuando regrese a casa.

Por esos días, todos los caminos conducían a la Candelaria de regreso de la Universidad Central, en medio de una ficción que se debatía como pan nuestro de ningún día; no obstante, caí la pretendida fabula de la verdad como aguacero de octubre donde se anego la conciencia del color gris del firmamento, este mismo que se avecina en cualquier mes del año.

Aunque, siempre había un después, nunca un mañana todos teníamos que resistir ante la apretujada fila de la Luis Ángel Arango: la de sus viejos ficheros manoseados por la historia, sus mesas de caoba triste y sus sillas en vilo; no obstante, las noches de los viernes eran de Shakespeare, Giovanna después de las seis y el cine club al anochecer; mientras el desayuno a veces esperaba a donde Don Genaro, para recibir el desprecio de un almuerzo lejano y un vaso de agua antes de dormir.

Esa misma Bogotá nos sobornaba con la grandeza de ser la dueña de una nación que "pasó directamente de la esclavitud al servilismo", como diría Octavio Paz, tal vez eso mismo le pasó a Rosa Ángela, mientras me detenía a observar como la ciudad sumergía a su cuerpo en medio de su mundo adyacente y abyecto, atrapado en la mecánica háptica de una historia donde aún algunos “Lloran a Llorente”, aunque sea por arribismo o la tenebrosa convicción neoconservadora.

Bogotá, la misma de la séptima los domingo a las 5:00 de la tarde con los bolsillos vacios; la cronicada por todos y su angustiosa espera tras un poco de fama; la poseída por el frenesí creativo de los artistas, el rock en español y la sumatoria de las “bohemia”, esa que nunca apareció porque se marchó de madrugada detrás de la palabra húmeda que siempre la convido a un Paris que tampoco existió, mientras vendía su último número del chance pasando el puente de la 68, donde un día... jamás regrese.

Por eso, mis fotografías son un cúmulo de recuerdos, donde confluyen las líneas que relatan otro tiempo como si fuera… aura o la partida de un día después; las que arquitectan las viejas calles donde vivimos en La Candelaria; las que no siguen la religiosa lógica del Merchandising, de sus vitrinas ni la linealidad de los discursos con bibliografía.

Fotografía: ©Hugsh, 2010. Serie: Mis recuerdos sin Aura