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viernes, 9 de enero de 2015
EN COLOMBIA, PERIODISTA LOCALES SIN GARANTÍAS
Derechos Humanos, Impunidad y Poder, Caso Bosconia
Por. Victor Hugo
Luego de mi desplazamiento forzado, producto de las amenazas que recibí contra mi vida, por mi labor como periodista en el Municipio de Bosconia, le exijo a su Alcalde, Jorge Patiño Gómez me cancele mis honorarios como asesor de la Administración Municipal.
Ya son 18 meses perdidos, que me han dejado irreparables daños, sin que hasta el día de hoy la Administración Municipal de Bosconia responda después que fuera asesor del despacho del Alcalde, entre mayo del 2013 y junio del 2014. De mi labor es testigo muchos ciudadanos que atendí en la oficina del burgomaestre y diferentes funcionarios de las entidades territoriales como de la Gobernación del Cesar.
El contrato verbal que realice con el Alcalde de Bosconia, se llevó a cabo el 27 de abril del 2013, en el hall del Hotel Jorlin, inmueble de propiedad de Jorge Patiño Gómez. En esa oportunidad se pactó un sueldo de dos millones de pesos mensuales ($2.000.000), además, de la alimentación y el alojamiento.
Por esos días, Bosconia atravesaba por una crítica coyuntura social y de ingobernabilidad dada los ínfimos resultados obtenidos por su Administración Municipal, los escasos avances de una gestión que aún no arrojaba resultados concretos, los bajos niveles de información y contacto con las comunidades.
La Historia
Durante los primeros meses del 2013 crecía el descontento social, en medio de un ambiente caldeado por el alto nivel de controversia alrededor de los hechos que producía la Administración Municipal de Jorge Patiño Gómez; para completar este panorama, emergió un movimiento social organizado por los grupos políticos opuestos al Alcalde y que amenazaban con intensas jornadas de protesta para rechazar la limitada gestión y las promesas incumplidas, hasta ese momento.
Fue en medio de este complejo situación que Jorge Patiño Gómez me contrató, dada mi experiencia como asesor del Municipio de Ariguaní y en el manejo de las social media; labor que arrojó sus primeros resultados en el mes de septiembre, cuando el periódico La Calle de Valledupar, realizará la primera gran encuesta de opinión sobre la gestión de los alcaldes del departamento del Cesar.
En esta oportunidad, Jorge Patiño Gómez, fue elegido como el mejor alcalde del Departamento, hecho que se repitió en dos ocasiones más, mientras asesoraba a este Municipio.
Hay que recordar que Bosconia presenta una endémica debilidad institucional, después ser cooptado en los últimos 20 años por el accionar permanente de los grupos narcoparamilitares con presencia en el Cesar; estos mantuvieron el control del ente territorial, como lo conoce el país y lo confirma la historia reciente de la región, sucesos que salieron a la luz pública con las investigaciones sobre la parapolítica y de la que aún faltan muchas cosas por conocer; mientras la mayor parte de los hechos y sus protagonista seguirán impunes porque aún reina miedo.
En la actualidad, en el Caribe colombiano, como en otros rincones del país todos saben quien fue o sigue siendo quien, aunque muchos prefiere guardar silencio o mirar para otro lado, al tiempo que algunas instituciones hacen hasta lo imposible mantener la impunidad, los medios comerciales de información por esconder la verdad y las entidades religiosas por garantizar nuestra obediente sumisión.
Falta de garantías
En medio de estas realidades, muchos periodista del Caribe colombiano no reciben las garantías necesarias por parte del Estado para ejercer su labor y más aún si se encuentran en Municipios con coyunturas similares a las de Bosconia, mientras que algunos Alcaldes presionan a los medios regionales para que silencien o los despidan de sus nóminas a los corresponsales en sus municipios cuando hacen algún tipo de denuncia.
De tal manera, que mi situación se agravó, después de haber recibido amenazas contra mi vida. La primera se dio mientras cubría el paro ciudadano del pasado 10 de abril del 2013, en esa ocasión fui abordado por un grupo de personas mientras realizaba mi trabajo de reportería; la segunda ocasión ocurrió el 2 de mayo del mismo año cuando me dirigía a mi residencia y me interceptaron dos desconocidos que me atravesaron una moto y en cuestión de minutos, en medio de insultos, me conminaron a abandonar Bosconia, porque de no hacerlo corría peligro mi integridad física.
Días más tarde, interpuse la denuncia respectiva ante los organismos locales competentes, y estos nunca se pronunciaron al respecto, a pesar de haber radicado un documento en la Fiscalía, la Personería Municipal y el Despacho del Alcalde, pero ninguna de las autoridades me brindaron las mínimas garantías para el ejercicio de mi labor como periodistas.
En momento en que interponía la querella tuve la oportunidad, de exponerles los hechos a los funcionarios de estas entidades, al tiempo que entregaba un documento escrito, les manifestaba mi disposición de colaborar con la ampliación, sin embargo, nunca fui llamado por la Fiscalía local.
Por eso, debido a las falta de garantías para el ejercicio periodísticos, el 16 de junio de 2014 me desplace a la ciudad de Bogotá con el fin de proteger mi vida.
Estos hechos son de conocimiento de la Fiscalía General de la Nación, la Defensoría del Pueblo y la Unidad Nacional de Protección, UNP; así mismo de la Fundación para la Libertad de Prensa, FLIP, el Programa Somos Defensores y el Cinep, quienes siguen de cerca el desarrollo de las investigaciones.
Ahora, mientras me encuentro en medio de una complicada situación de seguridad y devuelta en algún lugar del Caribe colombiano, sólo le pido al Alcalde de Bosconia, que la cancele la deuda que contrajo conmigo y que no ha sido posible que me pague porque Patiño Gómez, hace caso omiso a sus responsabilidades como Alcalde, a pesar de mi insistencia.
A finales del 2013, en medio del parque de Bosconia y frente a las instalaciones de la Alcaldía, Jorge Patiño Gómez, me dijo que en el cementerio de su municipio se encontraban enterrados 254 bosconenses que un día se la tiraron de valientes. Aún no sé si estas palabras fueron una advertencia o amenaza.
Finalmente, el pasado 12 de diciembre del 2014, interpuse un derecho de petición para conocer de manera precisa las decisiones del Alcalde de Bosconia. Pero, intempestivamente, este miércoles 7 de enero, recibí una llamada del burgomaestres en la que me reclamaba por un artículo publicado en El Informador de Santa Marta ese mismo día, que estaba circulando en el municipio y las redes sociales: Periodista de Bosconia exige pago al Alcalde; además, me aseguró que el próximo martes 13 nos encontraríamos para discutir lo de mis honorarios. Sin embargo, si me sucede algo ya conocen mi historia.
Fotografías: ©Artistas Zona, Bosconia, 2013-2014.
1. (De Izq. a Der.) Personero Municipal Carlos Eduardo Porto y Alcalde de Bosconia.
2. Alcalde de Bosconia, Cesar, Jorge Patiño Gómez.
3. Alcaldía de Bosconia.
Etiquetas:
Bosconia,
Colombia,
Derechos Humanos,
Jorge Patiño Gómez,
Libertad de Expresión,
Periodista
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