sábado, 15 de febrero de 2025

EN BARRANCABERMEJA, “EPPUR SI MUOVE”, GRACIAS A ECOPETROL


Cuanto más se desvíe una sociedad de la verdad, más odiará a aquellos que la proclaman. 
Lo importante no es mantenerse vivo sino mantenerse humano. 
Georges Orwell 

“Eppur si muove” (“Y sin embargo, se mueve”) al parecer dijo de cara a la muerte ante la Inquisición romana al conocer su condena por herejía y momentos antes de su ejecución, luego de publicar sus diálogos sobre los dos máximos sistemas del mundo (Dialogo sopra i due massimi sistemi del mondo Tolemaico, e Coperniciano), el inventor del telescopio, astrónomo y físico Galileo Galilei, quien hasta su último aliento defendió la evidencia fáctica después de concluir que la Tierra giraba alrededor del Sol. Hoy el mundo celebra los 461 años del natalicio (15 de febrero de 1564, Pisa, Italia) de quien es considerado el padre de la astronomía moderna. 

Por otro lado, una fecha que al parecer pasó inadvertida en Barrancabermeja fue el Día Mundial de los Humedales, que se celebró el pasado 2 de febrero, con el propósito de promover la conciencia colectiva sobre su papel como ecosistemas estratégicos para la conservación, el mantenimiento de la vida y la biodiversidad, así como de los recursos naturales del planeta. Esta fecha conmemora la Convención sobre los Humedales de Importancia Internacional y la adopción del marco regulatorio mundial para su protección; evento que se llevó a cabo el 2 de febrero de 1971 en Ramsar, Irán. 

Importancia 

Estos espejos de agua son reservorios para resguardar la vida y mantener el perfecto equilibrio en los ecosistemas. Según los biólogos, su funcionamiento contribuye a que el 40% de la fauna y la flora del planeta sigan con vida; así mismo, en la actualidad, alrededor de mil millones de personas viven de los bienes y servicios ambientales que producen estos complejos híbridos. Por otra parte, las investigaciones demostraron que en las turberas (tipo de humedal) se condensa el 30% del carbono de la tierra y estos sistemas son los encargados de eliminar los agentes contaminantes de las fuentes de agua. 

De otro lado, los manglares y arrecifes de los humedales nos protegen contra las inundaciones y sequías, al tiempo que fijan la línea de costa y contienen la erosión; finalmente, estos reservorios posibilitan la recreación y el turismo. 

 ¿Ciudad de anfibios? 

A pesar de que en Barrancabermeja está rodeada de ciénagas, como la Miramar, San Silvestre, El Llanito, Brava, Zarzal, Zapatero, Salado, Guadalito, Tierradentro, Sábalo, El Tigre, El Castillo, La Cira, Chucurí y Del Guamo, las instituciones, como la ciudad, durante mucho tiempo han vivido de espaldas a sus complejos hídricos y solo son visibles para sus funcionarios cuando anuncian millonarias inversiones para “recuperarlas”, que nunca han dado los resultados esperados para las comunidades.

Son 50 años que los barranqueños llevamos escuchando lo mismo; en los años 70 y 80 nos bañábamos en las contaminadas aguas de la Ciénaga San Silvestre, sobre las que generalmente veíamos navegar las manchas del aceite derramado por la actividad de la petroquímica, y éramos testigos de muerte masiva de las especies de la ciénaga, hechos que se presentaban regularmente dos veces al año. Así, como nunca pudimos ver los colores de la ciénaga Miramar, la que Ecopetrol convirtió en su cloaca privada.

De otro lado, para nadie es un secreto que la presión antrópica sobre estos ecosistemas por parte de la industria extractiva del petróleo genera todo tipo de desastres ambientales, que hoy seguimos sufriendo en la ciudad. 

Para completar el oscuro panorama, hay que sumarle que durante la presidencia del imputado expresidente Álvaro Uribe Vélez, Ecopetrol quedó en manos de los piasas y a Barrancabermeja llegó una nueva casta de funcionarios públicos y con ellos los emprendedores empresarios que se posesionaron sobre la ciudad, convirtiéndola en una extensión de Medellín y en su “hueco” para los negocios ilegales, al tiempo que los ecosistemas estratégicos de la ciudad se deterioraban. 

Igualmente, el conflicto armado interno y la infinidad de derrames que produjo debido al robo sistemático de hidrocarburos por parte de los narcoparamilitares y de la delincuencia organizada, con la presunta complicidad de altos funcionarios de Ecopetrol, las autoridades locales y de algunas de las familias más poderosas del país, como lo señalan diferentes investigaciones periodísticas que conoce el país. 

Pero también, los emprendedores paisas, al estilo de lo que hizo el narcotraficante antioqueño Pablo Escobar Gaviria con los hipopótamos, trajeron sus grandes negocios, entre ellos la cría de búfalos, y convencieron a los barranqueños que su producto era mejor que la carne de res y promovieron su consumo; de esta forma, y literalmente, los porteños están acabando con ellos mismos, dado que esta especie no es endémica e impacta negativamente sobre los humedales de la ciudad y los está destruyendo; además, deteriora el recambio biótico del Parque Nacional Natural Serranía de los Yariguíes, debido a que somos parte de su zona de amortiguamiento.

A pesar de esto, las comunidades prefieren guardar silencio porque presuntamente el negocio es de la mafia, señalan algunos; mientras las autoridades, la institucionalidad como la universidad (la academia y sus doctores) miran para otro lado como parte de la profundidad de la estupidez estratégica de la ciudad, que ellos representan y de paso los convierte cómplices. 

Pero hablar de esto es una herejía en la ciudad donde, a pesar de todo, la vida se mueve, “eppur si muove”, como claramente aparece en la fotografía. 

Fotografía: @ArtistasZona. Febrero, 2025. Ciénaga Miramar.

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