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viernes, 24 de enero de 2025

EN EL 2024 EN BARRANCABERMEJA: ESA GUERRA, NOVELA DE ARTURO MONCADA


"En todo acto la primera intención de quien lo realiza es revelar su propia imagen" 
Dante 

“La única moral de la novela es el conocimiento; es inmoral aquella novela que no descubre parcela alguna de la existencia hasta entonces desconocida”
Hermann Broch 

El pasado 13 de noviembre de 2024 se llevó a cabo el evento de lanzamiento de la novela “Esa guerra”, del historiador y escritor Arturo Moncada Rodríguez, en la biblioteca de la Institución Educativa Diego Hernández de Gallego de Barrancabermeja. 

Moncada Rodríguez es un bogotano que arribó a Barrancabermeja a mediados de los 60, donde desarrolló su carrera como director de teatro, productor cultural e investigador, y hoy se ha convertido en un referente nacional consultado por diferentes entidades e investigadores cuando se trata de hablar de la historia de la ciudad, por su rigor historiográfico y la meticulosidad de su trabajo, que se puede consultar en su plataforma digital Cercanyas. Al mismo tiempo, su pasión por contar historias lo llevó a la literatura, campo en el que tiene una robusta obra poética y narrativa. 

Sobre la novela 

“Todas las novelas de todos los tiempos se orientan hacia el enigma del yo”, indicó el escritor Milan Kundera en “El arte de la Novela”. En su tesis plantea que este género literario no es otra cosa que la exploración de la condición humana: “Las novelas ya no prolongan la conquista del ser. No ponen al descubierto ninguna nueva parcela de la existencia; únicamente confirman lo que ya se ha dicho; más aún: en la confirmación de lo ya dicho (de lo que hay que decir) consisten su razón de ser, su gloria, su utilidad en la sociedad a la que pertenecen”. 

Así mismo, Kundera nos presenta un recorrido histórico por la evolución de la narrativa de la mano de los escritores mismos: “Uno tras otro, la novela ha descubierto por sus propios medios, por su propia lógica, los diferentes aspectos de la existencia: con los contemporáneos de Cervantes se pregunta qué es la aventura; con Samuel Richardson comienza a examinar "lo que sucede en el interior", a desvelar la vida secreta de los sentimientos; con Balzac descubre el arraigo del hombre en la Historia; con Flaubert explora la terra hasta entonces incógnita de lo cotidiano; con Tolstoi se acerca a la intervención de lo irracional en las decisiones y comportamiento humanos. La novela sondea el tiempo: el inalcanzable momento pasado con Marcel Proust; el inalcanzable momento presente con James Joyce. Se interroga con Thomas Mann sobre el papel de 105 mitos que, llegados del fondo de los tiempos, teledirigen nuestros pasos. Et caetera, et caetera”. 

Por lo tanto, según el escritor checo: “En el mundo moderno abandonado por la filosofía, fraccionado por centenares de especializaciones científicas, la novela nos queda como el último observatorio desde donde podemos abarcar la vida humana como un todo”

“La generación del petróleo” 

Entrando el nuevo siglo, los medios corporativos de información tradicional del país hablaban de “la generación del petróleo” para referirse a un importante grupo de escritores que comenzaban a visibilizarse en la capital del país, y que tenían en común haber nacido en Barrancabermeja. 

Entre ellos estáAndrea Cote, de quien opinan algunos que su poesía es un acto de contrición y de catarsis, mientras que otros sostienen que su lírica le lava la cara de su familia, luego que su padre, el exalcalde Edgar Cote Gravino, fuera un mandatario impuesto por los narcoparamilitares y era investigado por corrupción al momento de su trágica muerte; así mismo, recuerdan otros que su tío fue el criminal narcoparamilitar Iván Roberto Duque Gaviria, alias Ernesto Báez; a pesar de ello, sin revelar el conflicto moral que plantea, su obra aborda temas del conflicto armado interno del que cierta forma ha sido protagonista su parentela. 

A Cote, le concedieron en el 2024 el XXVI Premio Casa de América de Poesía Iberoamericana. Enhorabuena para ella, y actualmente reside en EE.UU. 

Por otro lado, está el panhispanista Enrique Serrano, quien fuera el director de la Imprenta Nacional durante la presidencia del Centro Democrático en manos de Iván Duque, y se desempeña como profesor, por supuesto que en Medellín y con una obra que nada tiene que ver con el puerto petrolero; por otro lado, lo mismo sucede con Pablo Montoya, quien dice que nació por accidente en Barrancabermeja, o Naum Montt, cuya obra está muy lejos de nuestras realidades. 

Quizás estos reconocidos y exitosos escritores se encuentren actualmente en El Parnaso, no en el barrio de los obreros petroleros de Barrancabermeja, sino en el que los medios corporativos, sus editoriales y lectores crearon para ellos. 

Afortunadamente, hoy Barrancabermeja cuenta con una nueva generación de escritores jóvenes entre los que se destacan: Óscar Daniel Campo Becerra, Jessica Chiquillo y Gustavo Andrés Valdés Acero. 

Esa guerra 


 “Las redes, la boga el pasado de mis mayores me acercó al río a sus oficios, así que me sentí conocedor de los misterios y secretos del agua”. 

Moncada no huye de la realidad y fiel a la tozuda labor de historiador, su obra literaria está arraigada en las entrañas de la ciudad. “Yo no escribo ni intento «literaturizar» el conflicto armado interno porque eso es como vivir de nuestros muertos y muchos de ellos fueron mis amigos”, indica Moncada Rodríguez, y de paso nos plantea un imperativo moral frente a esa tendencia muy extendida entre los artistas a la hora de enfrentar la substantividad material de la existencia del otro. 

La novela “Esa guerra” surge de una profunda investigación que se ficciona a partir de los extensos diálogos que sostuvo con uno de los personajes más interesantes que la ciudad olvidó y a quien está dedicada, un obrero petrolero de la Troco y fundador del sindicato de la época, Juan Bautista Leyva. 

No se trata de una novela bélica en toda la extensión de la palabra, porque sobre ella se han escrito piezas literarias que transitan entre las tensiones de su tiempo, la muerte y el amor, como los poemas épicos de La Ilíada o La Odisea de Homero; La Eneida de Virgilio; la dramaturgia de William Shakespeare con su Ricardo III o Enrique V; el francés Henri Beyle (Stendhal) y su La cartuja de Parma; o Lev Nikoláievich Tolstói con Guerra y paz; Ernest Hemingway y su Por quién doblan las campanas; Louis-Ferdinand Céline, en Viaje al fin de la noche; Denis Johnson con su narración sobre Vietnam, Árbol de humo; o la visión del escritor sirio Aboud Saeed y su novela Yo, el más inteligente de Facebook, solo por nombrar autores que, desde distintas perspectivas, han explorado el tema. 

Aunque la narración de Moncada inicia con los episodios de la Guerra de los Mil Días, con que se asomó Santander al siglo XX, nos lleva de la mano por un mundo que comenzaba a pensar así mismo en medio de unos eventos que jamás logró disipar el tiempo: “Fue la insistencia del señor padre lo que hizo que mi papá cogiera el camino de los vientos, como decía mamá Toña, es que se van como atembados detrás de vientos, persiguen solo aire y no se apañan en entender que el aire no se puede coger”. 

En esa confluencia de personajes que por momentos parecen estar detenidos en un mundo inhóspito, mientras sus miradas las mantenían puestas en la aparente infinitud de un río que golpeaba las orillas de sus vidas, como los hechos que los llevaron a encontrarse en un puerto e iniciar la búsqueda de sí mismos, se convierten en ese reflejo de la incertidumbre producida por el espíritu de un nuevo siglo que arrancaba lentamente; así, la novela lleva a su lector a una experiencia estética significativa, donde la historia no termina con la narración, sino que nos deja esperando un después.

Moncada Rodríguez nos plantea algunas preguntas que podrían ser imperativos categóricos sobre una ciudad ocupada, humillada y silenciada por la imposición de los nuevos imaginarios de la cultura traqueta de los pujantes emprendedores paisas que se tomaron Barrancabermeja; mientras el Distrito promueve la cultura boutique y su reality show, el movimiento cultural se devora a sí mismo y apela a la memoria como espectáculo, como diría Zygmunt Bauman, y no como un acto de reflexión.

Fotografía: ©ArtistasZona, Archivo. Enero, 2025.

domingo, 27 de septiembre de 2009

NAHUM MONTT, ESCRITOR BARRANQUEÑO


De río y andares
Por. Victor Hugo

Hace muchos años recorríamos los pasillos del Seminario San Pedro Claver de Barrancabermeja, en medio de una disciplina tejida por el terror que producía el grito estertor que imponía nuestro rector, Pbro. Arturo Garzón, quien finalmente decidió echarme por revolucionario, como me decían mis compañeros de clase; Garzón, se abrogaba el derecho de clasificarnos, desde su precario mundillo de quien tenía la destreza perfecta para atornillarse en su trono medieval y sonreírle al mejor postor.

Mientras que, a unos nunca nos quedó bien el uniforme, la cara de prospecto de cura y se nos olvidaba ir a la hora de oración por estar hábilmente escondidos detrás de un gran libro en la biblioteca. Al tiempo, que nos divertíamos al salir por las tardes en la vía del ferrocarril, ensayábamos una obra del siempre Moliere en la casa de Montt, escuchábamos a los Beatles, Alí Primera, Mercedes Sossa, Silvio Rodríguez, Bod Dylan, Joe Cooker, Queen, Pink Floyd, Air Suplay y toda esa música que nos llegaba de los 60s, 70s y 80s, pero también estaba la salsa de Blades, el Gran Combo y las chupa cobres de la Fiesta de La Candelaria. Sin embargo, los domingos eran en la ciénaga San Silvestre o en el cine de las 4:00 de la tarde en el teatro Barrancabermeja.

A veces, salíamos apresuradamente del Seminario para encontrarnos con las del Femenino o las del Diego en las tardes, aunque después de estas largas caminatas en las que pasábamos en medio de nuestros Ángeles del Parque Infantil, la calle siempre nos conducía al río para ver naufragar el atardecer y todo lo que arrastraban sus espesas aguas, las misma que un día se olvidaron donde quedaba su orilla.

Al tiempo, que vivíamos bajo el mismo techo de una ciudad que se movía al ritmo del pito de la refinería, Barrancabermeja se construía así misma a punta de paros cívicos y toma de tierras, así mismo, la respuesta del gobierno de Misael Pastrana era la de alcaldes militares que intentaron arrancarle el alma al ser del barranqueño a punta de torturas, balas y desapariciones, siempre ha sido así. Sin embargo, persistentemente algo se conspiraba en la fila, donde todos los días y a todas hora la gente esperaba su turno para llenar su calambuco de agua, nosotros aprovechábamos para robarnos los mangos de la USO o entrar a la biblioteca de Ezequiel Romero.

Barrancabermeja siempre ha estado sitiada, de eso no nos cabe la menor duda, militarizada hasta la saciedad, pero cuando llegaron los políticos al poder y Horacio Serpa Uribe; lo único que ellos hicieron fue apoderarse de su apetitoso presupuesto municipal. Quizás eso no ha cambiado hoy, mientras la miseria pulula y la incertidumbre sigue carcomiéndose las entrañas de su gente. No obstante, nunca hemos dejado de ser lo que somos: simplemente barranqueños, los que siempre estuvimos lejos de Santander y más cerca de nuestro río.

Hoy, Nahum Montt, autor de "Midnight dreams", "El Eskimal y la Mariposa", "Miguel de Cervantes Saavedra, Versado en desdichas" y "Lara", hace parte de ese grupo de escritores barranqueños destacados en el ámbito nacional e internacional, que realmente vivió desde su perspectiva la ciudad y que tuve la oportunidad de conocer mientras crecíamos, como compañeros de clase en el Seminario San Pedro Claver. En su visita a Bucaramanga tuvimos la oportunidad de conversar un poco. Esto fue lo que me dijo.

La Generación del Petróleo

Ese es un calificativo que dieron para ubicar comercialmente a un grupo de escritores que tienen estilos y tendencias estéticas muy diversas, pero lo que hay detrás sí, es un fenómeno interesante que se ha generado en Barrancabermeja y es que al ser, como diría Enrique Serrano, una encrucijada de caminos, confluyen muchas culturas y, eses proceso extraño y misteriosos de mestizaje, aunado con la magia que tiene el río Magdalena, porque el río es la más grande fosa común de todo de todo el mundo, pero también, eserió no sólo lleva muerte, lleva también vida, danza, música, teatro e historias que circulan y lo contagian a uno cuando se nace allá.

Siento que Barrancabermeja tiene ese poder mágico que nos da a quienes crecimos allí.En mí caso, en la literatura para poder narrar este país de manera distinta de lo que se ha venido narrando hasta ahora y creo que viene de la fuerza del río magdalena y de esa encrucijada de caminos culturales.


Características de los escritores barranqueños

Lo que logro intuir, como un posible denominador común en Andrea Cote, Enrique Serrano y Pablo Montoya, es la relación que tenemos con el lenguaje. Nos caracteriza un rigor estético y una batalla feroz que libramos con las palabras para intentar comunicarnos de la manera más eficaz, eso es lo que logra Enrique Serrano, que para mí es el que tiene la prosa más limpia y musical de este país en estos momentos; es lo que logra un Pablo Montoya con una prosa poética, musicalidad e imágenes provocadoras y Andrea Cote, con su poesía; ella es una caso excepcional en el país, es una voz autentica que esta acudiendo a los temas universales de siempre y les está dando un nuevo toque.

En mi caso, yo estoy trabajando la historia reciente del país y a ficcionalizarla, pero mantengo con el lenguaje esa batalla, esa lucha feroz por intentar comunicarlo de la manera más eficaz y sobre todo más contundente, hablando de manera narrativa.


Literaturizar Barrancabermeja

Creo que Barrancabermeja en sí ya es un espacio literario y ficcional por naturaleza. Su esencia, y sin acudir a los lugares comunes de Macondo y el realismo mágico, su espacio real en sí mismo parece un espacio de ficción: su calor agobiante, las costumbres de las gentes, las tradiciones e historias orales que circulan por sus calles, el sentido del humor tan negro, algunos hablan del “Barranqueñol” que es más que un acento que identifica a nuestra ciudad. De ahí que, esa cantidad de matices y características hacen a Barrancabermeja como un espacio literario en sí mismo.

Sin embargo, que no se reconozca la gente de Barrancabermeja en esos espacios literarios, siento es que está fallando la divulgación y la promoción de esos mismos texto, los que se deberían leer y trabajar en los colegios de la ciudad para que los jóvenes y las nuevas generaciones que se están formando en la escuela, conozcan desde allí los textos que nos hablan de esa realidad.

Entonces, sí hay 500 libros que hablan de Barrancabermeja, el gran inconveniente es que se conocen poco, porque no circulan. De tal manera, que sería importante adelantar una estrategia de promoción de lectura de para que esos libros circulen para que nuestra gente haga un proceso de apropiación de su literatura, para que reconozca esos texto como propios de ese lugar mítico y literario que es Barrancabermeja.


Sobre su nueva novela “Lara”

La novela tuvo muy buena recepción, buena crítica, en este medio que ya es mucho decir. En estos momentos está siendo traducida en Francia y se lanza el próximo mes de enero del 2010 en Paris, Lyon y Marsella.

Este fue un proceso de investigación lento, se me fueron muchos años rastreando, entrevistando personajes, tratando de construir un primer borrador, unas posibles estructuras del texto, pero me deja un gran aprendizaje y es que ese tipo de personajes, como diría García Márquez, es casi de antemano condenados al fracaso y son los que en cierta forma reflejan ese lado oculto de un país que se va perdiendo y extraviando en los hechos vertiginosos y escabrosos de nuestra violencia cotidiana.

Por otro lado, este tipo de personajes nos reconcilia, inclusive, con la figura de un héroe, porque a veces nosotros necesitamos maestros, pero también, necesitamos héroes.


Intención de la novela sobre Lara

Recrear un personaje y el arquetipo de un personaje heroico, que es poco verisímil en una realidad como estas y demostrar que el personaje existió y, en cierta forma era jugar entre la realidad y la ficción. Además, usar las armas de la imaginación para contar una realidad que se ha ido dispersando o volviendo nebulosa con los años.

Esto fue lo que me movió, pero también, me movió una característica particular de Lara Bonilla, el ser humano, y es que este personaje término siendo condenado por las mismas virtudes que lo hicieron llegar tan lejos. Él era un personaje que no encajaba en una sociedad que iba camino abierta y descaradamente hacia la corrupción y era alguien que reivindicaba unos valores y unos ideales más allá de esa sociedad que danzaba, a ritmo frenético hacia su propia destrucción, y el personaje simplemente se convierte como en una especie de cordero que es sacrificado para lavar las culpas de esa colectividad que va rumbo al desastre.


Y después de “Lara” qué

Con Lara ya he tenido la oportunidad de tomar una pausa y he estado dirigiendo Renata, conociendo el país, él de verdad, conociendo lo que la gente está escribiendo y para mí ha sido una experiencia iniciática, ha sido como cruzar un umbral que me abre nuevas posibilidades.

Estoy trabajando en varios proyectos al mismo tiempo, ya por primera vez en muchos años decidí detenerme y decir bueno: Basta ya de escribir una novela cada cuatro años, que es lo que quiero hacer como escritor. Ahora, estoy sentando las bases de una obra mucho más amplia, compleja, heterogénea y hasta contradictoria.

De tal manera, que estoy trabajando desde libros de ensayos, cuentos, sagas de novela en los géneros metaficcionales y novela negra. Además, estoy entregado a esa voluptuosidad de la dispersión y el caos creativo y me la estoy gozando. Por ahora no tengo afán por publicar y estoy pensando más en esas bases de una obra que me va llevar muchos años escribir.


La Experiencia de dirigir la Red Nacional de Talleres de Escritura Creativa, Renata

El proyecto está trabajando de manera directa con el país de verdad y con los relatos de ficción, que pocas veces llagan a ser conocidos por los medios y llegan al ciudadano.

A mí como escritor me ha permitido beber de la fuente literaria de un país que ha cambiado muchísimo y que me ha iluminado en el camino, pero también, significa mostrar esos otros relatos del país que permanece allí oculto y descubrir la gran diversidad de temáticas, descubrir que la gente ya superó el rollo del realismo mágico hace mucho tiempo, que ya están cauterizando las heridas de esos relatos sangrientos y sicariales y que ya se exploran novelas y relatos de amor, históricos, góticos y de fantasía. En están momentos hay una gran diversidad de historias que se están escribiendo en el país y Renata ha sido como un puente que ha permitido mostrar esos relatos al resto del país.


Los nuevos escritores y la literatura colombiana

Es curioso, porque muchos de estos nuevos escritores han sido legitimados por fuera, desde España, México y Argentina, donde han sido reconocidos sus talentos y sus obras y ahora en el país, por primera vez en mucho tiempo.

Por otro lado, ceo que se ha ido consolidando una masa crítica de lectores, que van más haya de las reseña y apologíasque hacen los medios y ya tienen un criterio mucho más lucido para identificar a esos narradores que de verdad están haciendo obras muy importantes, sobresalen un Antonio García, Alonso Sánchez Baute que esta se ha atrevido a narrar la historia de los paramilitares, Ricardo Silva que salta del cine al futbol, hay una gran diversidad y perfiles de autores. Además, mujeres como Pilar Lozano, Margarita Posada, Pilar Quintana que acaba de lanzar una novela muy interesante que se llama “Conspiración Iguana”, esta la misma Patricia Lara que esta metiéndose con el género policíaco. Son diversidad de perfiles frente a estilos diversos, que nos están narrando este país, que están siendo reconocidos y premiados por fuera y que ya vienen hacer legitimados por esa masa crítica que se ha venido construyendo en el país de lectores.

A pesar de ello, en el país todavía nos hace falta mucho por narrarnos, en Colombia no puede existir un escritor bloqueado porque lo que hay son historias para ser contadas desde esos insólitos cotidianos que nos ocurren a diario, hasta historias metafísicas, fantásticas o esas de fantasía que se acercan a Tolkien o Harry Potter. Entonces, es mucha la gente que ya se ha acercado a la escritura, más que como un medio de comunicación, a encontrar una expresión estética para elaborar esos relatos que sean capaces de transcender la anécdota y contar, a través de la literatura muchas historias que van a permanecer en la gente y los lectores que se acerquen a ella.


Visión del país en el contexto Latinoamericano

Estamos quedando aislados, somos los niños raros de la región y hay mucha preocupación. Estoy participando en una tertulia universal con Radio Asturias, en España, donde semanalmente participo y la visión del colombiano siempre es tenida en cuenta, porque es una visión completamente distinta a lo que está ocurriendo de manera homogénea en el resto de Latinoamérica, con una tendencia natural hacia a izquierda y acá nos estamos aferrando a la derecha.

Como escritor me declaro como un escéptico frente a lo político, precisamente por venir de Barrancabermeja, de haber crecido y vivido mí adolescencia en mí ciudad y haber sido testigo del exterminio de la Unión Patriótica. Después, de haber entrado a la Universidad Nacional, donde en otros contextos intentaban legitimar unas protestas, que poco a poco se fueron quedando en un discurso vacío y retórico, que ya no le decía nada al país.

Entonces a mí ya me caracteriza el escepticismo del narrador, del creador que siempre intenta mostrar el lado humano de estas tragedias que nos han marcado.


Foto: Nahum Montt. Hugsh, 2009©