jueves, 9 de octubre de 2025

¿VER EL PAÍS EN EL CAUCA? CAROLINA CHACÓN BERNAL Y EL SALÓN NACIONAL QUE CUESTIONA SUS PROPIAS FRONTERAS Y EL 'ARTE' OCCIDENTAL

El Salón como Fractal y Foco: ¿El País a Través del Cauca o el Cauca a Través del País? La Apuesta del 47 SNA 

El 47 Salón Nacional de Artistas (SNA), "Kauka, asamblea de mundos posibles", liderado por el Ministerio de Cultura, se despliega en un acto de descentralización y profunda conexión territorial en 15 municipios del Departamento del Cauca. Bajo la dirección de un comité curatorial horizontal e inédito, conformado por Carolina Chacón Bernal (quien nos atendió), Catalina Vargas Tobar, el Consejo Ancestral Willka Yaku, Eblin Grueso y Laura Campaz, esta edición rompe esquemas y se extenderá  hasta diciembre, proponiendo una relectura radical del arte y su rol en el contexto nacional. A continuación, presentamos apartes de la entrevista con la curadora Carolina Chacón Bernal, sobre los desafíos, las apuestas éticas y las profundas transformaciones que impulsa esta versión del SNA.

Pregunta: ¿De qué se trata el 47 Salón Nacional de Artistas -SNA-? Carolina Chacón Bernal,;

Respuesta:;Esta versión, 'Kauka, asamblea de mundos posibles', responde a premisas íntimamente ligadas al territorio donde se realiza, el Cauca, y a la estructura de su equipo curatorial. La elección del Cauca por el Ministerio de Cultura es fundamental. Hablamos de un territorio históricamente olvidado y estigmatizado, que, en contraste, ha sido epicentro de resistencias territoriales y de una riqueza biocultural inmensa, habitado por pueblos afro, indígenas y campesinos con fuertes procesos comunitarios. 

Además, por primera vez en la historia reciente de los Salones, el Ministerio nos invitó a conformar un equipo curatorial sin una dirección artística única. Trabajamos de manera horizontal, sin liderazgos generales. Esta estructura sinodal es clave porque la idea de lo asambleario, que está en el subtítulo y en el corazón del Salón, nace precisamente de la necesidad de trabajar situadamente, entendiendo que nuestro modo de operar internamente —tomando decisiones consensuadas— es un eco de los procesos de organización propia, participativos y colectivos que ya existen en el Cauca. Buscamos visibilizar esos procesos vivos, diversos y asamblearios del territorio como coautoría, investigación y propuesta estética. Debía ser un Salón que abogara por propuestas colectivas, orgánicas y enraizadas en el territorio, buscando que estos procesos locales sirvan como fractales con eco nacional e internacional." 


Una Noción Ampliada de Arte y Creación 

P: Maestra, se supone que el Salón Nacional toma el pulso al estado del arte en el país. Este Salón es muy territorial, ¿no corre el riesgo de ser criticado como un "Salón para el Cauca" que no refleja el estado del arte nacional? 

R: Yo creo que esta versión está utilizando la premisa de ser puente y de ampliar la noción misma de arte. 

El Salón se permite visibilizar otras formas de entender lo que se ha entendido tradicionalmente por arte, y en esa medida, ampliar la participación a un territorio que ha sido históricamente excluido no solo a nivel político, sino también artístico. El ejercicio curatorial siempre implica poner un acento; en este caso, se enfoca en el Cauca, pero no es excluyente con procesos de artistas a nivel nacional e internacional. 

La ampliación de la noción de arte es crucial. Para muchas comunidades en el territorio, la palabra "arte" desde una perspectiva occidental o académica no resuena. Hablan más bien de procesos de creación profundamente vinculados con lo que llamamos naturaleza. El Salón funciona como un puente entre la concepción histórica del arte en el campo institucional y la manera en que se entienden estos procesos de creación en el Cauca. Buscamos una alternativa a las prácticas artísticas centralizadas, jerarquizadas y racializadas que han caracterizado históricamente el campo artístico nacional." 

 El Cauca como Espejo: País y Territorio 

P: En esas perspectivas, podrían surgir dos lecturas: ¿El 47 Salón Nacional es ver el país a través del territorio, o ver el territorio a través del país? 

R: ¡Qué interesante! Yo creo que hay un poco de las dos, ¿no? Ver el país a través del territorio obedece a la idea de fractal que estamos proponiendo. El Cauca, al tener todos los pisos térmicos —macizo, Amazonía, litoral Pacífico— y ser cuna de varios ríos principales, es un departamento que, en términos ecosistémicos y geográficos, puede leerse como un resumen o expansión del país. Así, la figura del fractal se cumple. 

Respecto a la operación inversa, ver el territorio en el marco del país, está vinculado a hacer foco en un territorio poco visto, estigmatizado y olvidado. No es descabellado usar esta lupa para entender la lógica y la historia del país. El Salón opera en ambas direcciones." 


La Apuesta Ética: Transformar el Mundo del Arte 

P: En ese orden de ideas, ¿cuál es la apuesta de cambio de mentalidad que se propone desde el arte?

R: "Esa es quizás la apuesta más grande. Empezando por el mundo del arte mismo, proponemos expandir lo que entendemos por arte más allá de la objetividad y la materialidad que se exhibe. Priorizamos prácticas que promuevan la colectividad, la justicia, el cuidado y la ética. 

Nos interesa menos el resultado final que el camino para llegar a él. El proceso debe ser cuidadoso y respetuoso, algo que sabemos le falta a nuestro campo en Colombia. Es un cambio que empieza desde lo micro: cómo hacemos lo que hacemos. 

En términos globales, la apuesta es hacer foco en procesos territoriales que ya funcionan. Las comunidades, los consejos comunitarios, los pueblos con sus sistemas políticos, de propiedad de la tierra y de toma de decisiones, son mundos posibles que han sido relegados por una estructura centralista y racializada. El llamado del Salón es: ¿Cómo aprender de esos procesos creativos y comunitarios que ya existen para transformar un sistema tan desequilibrado y violento? Por supuesto, se abordarán temas cruciales como el conflicto armado, el racismo, y las luchas globales (Palestina, Sudáfrica), pero también queremos mostrar lo que ya funciona como un camino de esperanza." 

La Toma de Decisiones Asamblearia 

P: Uno de los distintivos es la toma de decisiones asamblearia. ¿Cómo funciona en la práctica para el equipo curatorial? 

R: A diferencia de la democracia de la votación por mayoría, la estructura asamblearia implica llegar a acuerdos consensuales. En nuestro equipo, todas las propuestas para los componentes (exposiciones, recorridos, editorial) se discuten hasta lograr un acuerdo unánime. Si alguien no está de acuerdo, hay una argumentación y una conversación que nos lleva a una decisión consensuada. No hay votación por mayoría. Aunque esto es un proceso que requiere tiempo y es desafiante, es nuestra apuesta política y ética. Además, contamos con una asamblea de consulta externa compuesta por mayores y mayoras, maestros del territorio y representantes de comunidades indígenas y afro. Esta instancia nos orienta en los procesos territoriales. También, tendremos cuatro asambleas programadas a lo largo del Salón, que son espacios de conversación ampliada con el público, artistas y el territorio." 

Visibilizando las Tensiones y Resistencias Históricas 

P: En Colombia ha habido cinco proyectos de país distintos. El primero, el del Caribe y su dirigencia, a menudo ligada a los llamados 'turcos' o las figuras ideológicamente ambidiestras de color naranja de Santa Marta que hoy abogan por el federalismo y solo van detrás de los presupuestos públicos. El segundo, articulado desde la aristocracia industrial e ilustrada bogotana, de corte marcadamente centralista. Un tercer proyecto es el de los gamonales antioqueños, con una visión de 'Antioquia sin Colombia', que se manifiesta en espacios como el Centro de Altos Estudios de Quirama en Rionegro y que ha manejado las riendas del país en las últimas décadas. Un cuarto proyecto fue el de los liberales santandereanos, expresado en la Constitución del Gran Santander. Y el último, el proyecto del supremacismo blanco, esclavista, terrateniente y conservador que buscaba detener el tiempo en la Colonia, simbolizado en las paredes blancas de Popayán, como fue el caso del Cauca, y que se expresó en figuras como Guillermo León Valencia y, en la actualidad, en la senadora de ese departamento que ocupa una curul en el Congreso. Es evidente que en el Cauca se presentan tensiones históricas ligadas a la confrontación de estos proyectos nacionales. ¿Abordará el Salón estas complejas realidades?

R: Sí, claro. Abordamos los proyectos históricos de país desde dos frentes. Primero, la descentralización de las acciones. No todo está en Popayán. Tendremos exposiciones en el norte del Cauca, como Santander de Quilichao y Puerto Tejada, en reconocimiento de la premisa local: 'el Cauca no es Popayán', en alusión a la tradición política conservadora concentrada en la capital. Esta apuesta, aunque más compleja logísticamente, es un acto político. Segundo, los espacios en Popayán, como el Museo Guillermo León Valencia, no serán 'cubos blancos'. Los contenidos dialogarán con esa historia de élites. Se visibilizarán las resistencias de los distintos pueblos y colectividades frente a los proyectos de borramiento y blanqueamiento histórico. 

Respecto a las tensiones entre comunidades indígenas y afro, que usted menciona, el Salón busca trascender la estigmatización mediática. El problema no es solo cultural, sino estructural y económico, ligado a la propiedad de la tierra y a un sistema que precariza y pone en contra a los pueblos. Un proyecto invitado, 'Zapantera' (en referencia al encuentro entre Black Panthers y zapatistas), busca precisamente generar un espacio de conversación y colaboración gráfica entre artistas afro, como José Manuel Cuesta, y procesos indígenas del norte del Cauca, demostrando que la colaboración es posible pese a los intereses estructurales que intentan mantenerlos distantes. 


Legados y Transformación 

P: ¿Qué le va a quedar al país, a la región y a los artistas una vez concluido el 47 SNA? 

R: "Para el Cauca, esperamos dejar la continuidad de procesos; por ejemplo, se ha coordinado con las Escuelas Itinerantes de Artes Plásticas para que la investigación y las colaboraciones perduren más allá del Salón. 

A nivel nacional, la principal herencia es la apertura a flexibilizar y ampliar lo que se entiende por Salón Nacional, tanto conceptual como administrativamente. El nombre mismo, 'Salón Nacional', tiene una herencia del siglo XVIII ligada a la legitimación y la institucionalización, que hoy genera incomodidad y distancia, especialmente cuando se intenta incluir procesos comunitarios. Como nos dijo un líder de soberanía alimentaria en Cocunco: 'un salón es muy cerrado, nacional no cabemos todos, y de artistas, yo no quepo'. El 47 SNA, siguiendo la transformación iniciada con el Inaudito Magdalena, aporta a esa apertura, esa expansión de la noción de arte, de artista y de territorio. 

La invitación es a cuestionar la misma noción de lo nacional y a entender el rol que tienen las prácticas artísticas en un país con la complejidad y diversidad del nuestro, buscando que estos procesos contribuyan a la construcción de un mundo más justo. La clave es expandir y transformar el sistema, empezando por cómo hacemos las cosas.


Fotografías e Imágenes: Oficina de Prensa del 47 Salón Nacional de Artistas

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