sábado, 30 de agosto de 2025

'PREMIOS MACONDO 2025: UN HOMENAJE AL CINE COLOMBIANO'


La Academia Colombiana de Cine anunció la lista de nominados a la XIII edición de los Premios Nacionales de Cine, conocidos como Premios Macondo, en una ceremonia celebrada el pasado jueves 28 de agosto en el Centro Nacional de las Artes - Delia Zapata de Bogotá. La gala de premiación se llevará a cabo el próximo 2 de noviembre en Medellín y será conducida por los reconocidos actores Carolina Gómez, Paola Turbay y Christian Tappan. La transmisión en vivo estará a cargo de TNT, HBO Max y los ocho canales regionales de Colombia. 

En esta edición se postularon 72 películas. Los nominados incluyen: 15 largometrajes de ficción; 7 largometrajes de documental; 12 cortometrajes (en las categorías de Ficción, Documental y Animación).

Las películas con mayor número de nominaciones son: Estimados señores (12), Malta (7), y Matrioshka, Uno, entre el oro y la muerte, La ciénaga entre el mar y la tierra y Mi Bestia (todas con 5). Por su parte, La salsa vive obtuvo 4 nominaciones. Los nominados y ganadores son elegidos de manera autónoma y democrática por los más de 800 miembros que componen la Academia

Cine en Cifras 

Son más de 20 años de crecimiento de la cinematográfica nacional y estreno de largometrajes colombianos, pasando de una o dos al año, a 71 largometrajes en 2023 y 79 en 2024. Estas cifras reflejan, sin contar con la de los cortometrajes, como la industria del séptimo arte ha logrado impactar a diferentes sectores sociales y económicos del país. 

Los géneros de los estrenos colombianos (de los 79) durante 2024 fueron 31 dramas, 28 documentales, 11 comedias, 5 de terror, 1 acción, 1 experimental, 1 fantasía y 1 suspenso. Del total de las películas que se estrenaron en el país, el 20% fueron colombianas. Además, 49,63 millones de espectadores asistieron a salas de cine en Colombia en 2024. 

Reacciones de la Academia 

Directora de la Academia Colombiana de Cine, Cristina Umaña

"Es un honor estar hoy celebrando las nominaciones junto a tantos amigos, colegas, profesionales y técnicos de nuestro cine. Hoy no solo anunciamos las más de 22 categorías que reconocen nuestro quehacer cinematográfico, también celebramos las alianzas que hacen posible los Premios Macondo 2025. Son ya 13 años rindiendo homenaje a nuestro cine", afirmó Cristina Umaña, la nueva presidenta de la Academia. 

Por su parte, Elkin Zair Manco, director ejecutivo de la Academia, destacó las alianzas estratégicas que han permitido el crecimiento de la gala. "Este año logramos vincular a Satena, la aerolínea colombiana, que permitirá conectar a Medellín con todos nuestros nominados y nominadores”, concluyó. 

Crecimiento de la Industria 

El cine colombiano ha tenido un notable crecimiento en los últimos 20 años, pasando de uno o dos estrenos anuales a 71 largometrajes en 2023 y 79 en 2024. Estas cifras reflejan el impacto de la industria en el país. 

De los 79 largometrajes estrenados en 2024, los géneros más populares fueron: 
• 31 dramas 
• 28 documentales 
• 11 comedias 
• 5 de terror 

En 2024, las películas colombianas representaron el 20% de los estrenos en el país, y un total de 49.63 millones de espectadores asistieron a las salas de cine en Colombia. 

Premios y Reconocimientos Internacionales 

En 2024, el cine colombiano tuvo una destacada presencia en festivales internacionales: 
Entre las sombras arden mundos ganó el premio a Mejor Cortometraje Queer en Clermont-Ferrand. 
Mi bestia participó en ACID Cannes y obtuvo el Premio Blood Window a Mejor Película Latinoamericana en Sitges. 
• En el Mifa Pitches de Annecy, las coproducción Mi papá el camión fueron premiadas con los reconocimientos Cíclicos y MIFA. 
Alma del desierto recibió el Queer Lion Award en Venecia. 
• La película colombo-panameña Querido trópico ganó el Premio del Público en Biarritz, donde también se reconoció al documental Una canción para mi tierra. 

Además, las películas La perra, Bogotá story y Un pájaro voló fueron seleccionadas como elegibles para la shortlist de los Premios Óscar 2025. 

De Izq a Der: Elkin Manco – Director Ejecutivo de la Academia Colombiana de Cine y Xiomara Suescun, directora del Centro Nacional de las Artes

Fotografías: Academia Colombiana de Cine, Bogotá, agosto, 2025.

viernes, 8 de agosto de 2025

EN BARRANCABERMEJA, IMAGINARIOS Y PATRIMONIO CULTURAL: PIPATÓN Y YARIMA



El Viento de 1977 y el Amor Perdido

El lunes 5 de septiembre de 1977, la antigua carrera 11 con calle 14 amaneció en alerta. Muchos habían trasnochado haciendo guardia detrás de las ventanas, y esa mañana nadie salió a barrer el frente de sus casas, siempre lleno de hojas y del polvo arrastrado por la ventisca de los primeros días del mes. Hasta la luz se tornó de un profundo color cobrizo, opaco, sin proyectar sombra alguna. 

Incluso el sol reflejaba el aterrador momento que vivieron los vecinos cuando, la noche anterior, al paso de una volqueta llena de soldados, los militares lanzaron un artefacto explosivo que provocó un estruendo ensordecedor. En ese instante, hasta la inamovible abuela Mercedes salió gritando que el mundo se iba a acabar, mientras nosotros corríamos por la calle a oscuras de la Central Integrada, intentando resguardarnos de la muerte que parecía inminente. 

A pesar de la tensión, como todos los lunes, antes de la jornada de la tarde en la escuela Central Integrada, me preparaba para el oficio que más disfrutaba: ir “abajo”, como decían los mayores, al sector comercial del puerto petrolero, para hacer las compras de la semana. Primero, entraba al Granero La Fe de Hernando Balcárcel Páez, y después, disfrutaba del paseo por la atiborrada Plaza Central. 

Eran las 9 de la mañana y salí a buscar el viejo bus de madera que parecía un cucarrón y pasaba frente al Comisariato. Allí, la “burguesía de overol” revendía la carne y otros productos que Ecopetrol les entregaba a los trabajadores petroleros. El resto de la ciudad los veía como unos privilegiados, una clase aparte. De esto no hablan los historiadores que los glorifican, porque nunca han sido capaces de asumir la autocrítica frente a Barrancabermeja. 

Aunque me quedaba más cerca ir a la esquina del desaparecido almacén El Murano de los Zapata, en la antigua calle 10, prefería caminar un poco más para pasar por la antigua tostadora de Café Colosal, que nos perfumaba con su aroma la mañana, y por el pequeño parque donde aún se encuentra la primera estatua en homenaje al inconmensurable amor de Pipatón y Yarima. Esa historia con la que crecimos orgullosos y que era parte de nuestras vidas. 

Hoy, aunque los eruditos e ilustres historiadores digan que es una mentira, hace parte de ese ingenuo romanticismos decimonónicos del ser barranqueño, una identidad que ahora intentan que olvidemos. Sin embargo, la poética de los pueblos está escrita en el alma colectiva de sus imaginarios. Fue allí donde encontré al “Indio”, sentado y observando la estatua. 

En Barrancabermeja, todos lo llamaban así por sus rasgos, que no se parecían a nadie en la ciudad. Era un hombre tostado por el sol, de unos 60 años, que cargaba canastos en la plaza de mercado para comprar sal, aceite, café y alguna otra cosa, pues vivía en otra orilla del río. El hecho me pareció tan extraño como la mañana misma, y me le acerqué. Sin mirarme, me preguntó si yo conocía la historia. Yo le respondí que me la habían contado en la escuela. 

Aun así, señalando a Pipatón, me hizo la misma pregunta. Me senté a su lado, porque, como todo buen disléxico y alejado de los demás por el síndrome de Asperger, me encantaba sumergirme en historias y otros mundos. 

—Mi padre me contó que sus ancestros decían que Bochica, después de haber creado el Salto del Tequendama, caminó por el río Funza (Bogotá) y llegó hasta las orillas del Yuma. Caminó lo más lejos que pudo hasta encontrar Latocca. La nación de los Yariguíes fue testigo, y Pipatón se arrodilló frente al gran Dios. Él regaló una vara que cortó de una ceiba milenaria, con la que tocó las tierras bermejas, y de ella brotó el chapapote, eso que llaman oro negro. 

—Por esos días —continuó—, los yariguíes se bañaban en ese aceite para aliviar el cansancio después de las largas caminatas que hacían desde la serranía hasta la orilla de este mar inmenso hecho río, que le llaman Magdalena. Por esta razón, dejaron viajar hasta los territorios de los Caribes, que defendían otras naciones y siempre los vieron como extraños, ya que nunca se aventuraron a andar entre las lejanas montañas de estas tierras, porque ellos tenían su propia gran montaña a la orilla de la playa.

—¿Vas para la plaza? —Me preguntó. 

—Sí —respondí. 

Comenzamos a caminar, y en el camino me dijo que no había amor más grande que el de Pipatón y Yarima. “Es el único que aún persiste, que ni siquiera la muerte podría borrar, cuando todo hombre honesto hace lo que debe hacer por una mujer, tal como lo hizo el Gran Cacique”. En ese momento, sin entender del todo lo que me decía, caminamos hasta el granero. Esa fue la última vez que lo vi, mientras desanudaba su canoa, que siempre la dejaba amarrada junto a la de Don Jesús un famoso pescador que era muy conocido en el sector de la Campana, porque él vivía solo en un playón frente al puerto de la ciudad. 

Hoy, no solo intentan que olvidemos las historias que nos pertenecen, sino que, por decisiones de algún genio local y de las administraciones municipales, se les ocurrió pintar la estatua, y hasta la placa se la robaron. Esto no solo constituye un deterioro del patrimonio material de los barranqueños, sino un delito de esos que nunca tienen responsables en la ciudad. Todo esto ocurre mientras parque continua abandonado. 

Luego de esta denuncia, es posible que el alcalde Jonathan Stivel Vásquez Gómez decida donar de manera presuntamente ilegal este bien de interés cultural, que por ley es intransferible. Este acto sería similar al que ya cometió con la primera iglesia del puerto petrolero, la cual entregó a la Diócesis de Barrancabermeja para evadir su responsabilidad de restaurarla y de elaborar su plan de manejo. Lo más preocupante es que, ante esta situación, ni el Estado ni ninguna de sus instituciones se pronuncian.


Fotografía: ©ArtistasZona, agosto de 2025. Serie: Barranca. Entre el Mito y la Furia.