El Censor, La Democracia No Tiene Remedio
Por. Víctor Hugo
Dice el refrán popular: “Los ojos son los espejos del alma”, porque a través de la mirada somos capaces de inspirar confianza, generar rechazo, censurar, perseguir y hasta decretar la muerte del otro.
Mientras hay miradas que enamoran, promueven la confianza y el respeto por la otredad, algunas son capaces de matar y de provocar un hondo desasosiego, como las que encontramos en esos ojos sanguinolentos y violentos, henchidos del más profundo odio.
Y son precisamente esas miradas las que asustan, porque no auguran esperanza ni promesa sino desvelo e intranquilidad frente al despiadado e implacable acecho de muerte, como efectivamente son los ojos depredadores del censor que se alimentan de los otros, para calmar sus ansiedades, insuflar los destierros y procrear ausencias.
Actualmente los asesores de imagen de la clase política, plutócratas o tecnócratas que se encuentran en el poder se esfuerzan por diseñar las miradas y hasta sus sonrisas, para decorar ese lenguaje cauto, presumiblemente mesurado y, en medio de la lentitud de las palabras aparentemente inteligentes y neutras, como es la tendencia de los discursos del poder, de intentar despolitizar y desideologizar nuestra realidad, en tiempos de paz y del posconflicto.
La misma estrategia se impone en el arte colombiano que promueve la institucionalidad y el Ministerio de Cultura, donde los artistas solo son los saltimbanquis del poder y los terapeutas de quienes siempre hemos estado desahuciados ó muertos.
Fotografía:La Mirada desde El Poder: El Censor, Guillermo Rivera Flórez, Viceministro del Interior, durante la Audiencia Pública sobre los Asesinatos de Líderes Sociales y Defensores de Derechos Humanos en la Comisión Segunda de la Cámara de Representantes de Colombia. Miércoles 7 de diciembre de 2016.
Publicado en: [ar] actualidad regional
jueves, 8 de diciembre de 2016
FOTOGRAFÍA: LA MIRADA DESDE EL PODER
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