viernes, 5 de abril de 2024

EN BARRANCABERMEJA, PUNTO DE VISTA O SOBRE LAS IMÁGENES QUE SE NIEGAN A OBSERVAR LA REALIDAD



Por. Víctor Hugo

La primera Sala de Lectura que tuvo Barrancabermeja fue la "Ana Joaquina Bermúdez de Castellanos", nombre que nació de los Liberales que le hacían fila a quien enseñó cómo mantener la clientela y el poder, Horacio Serpa Uribe; era un homenaje para perpetuar la ideología de derecha de la primera mujer presidenta del Concejo Municipal; este sobrio espacio reemplazó a la olorosa biblioteca de la Escuela Santander. 

Quienes tuvimos la oportunidad de entrar a ella recordaremos con aprecio a la amable señora que atendía y nos alcanzaba viejos y pesados volúmenes de pasta dura; ella tenía que hacer un esfuerzo para bajar de las brillantes estanterías de madera esa pila de hojas animosas que nos hacían cola sin vacilar y nos acercaban a las primeras navegaciones por historias como las de "Dimensión Desconocida", muy diferentes a las que vivíamos diariamente, en una ciudad donde aún se podía caminar y la gente se conocía. 

A pesar de ello, hay que señalar que nuestro mundo no era tan pequeño, porque en la segunda oleada migratoria arribó el Caribe y sus historias de la mano de los obreros petroleros, así como los que bajaron de las montañas de Santander y algunos de los que decidieron no dejarse seducir por un empleo en la "Empresa", como le llamaban a Ecopetrol; pero también estaban los gringos, los chinos, los sirio-libaneses e italianos, y todos ellos nos habían asomado a la ventana desde donde exploramos el mundo sin salir de casa, con sus historias, extraños idiomas y su gastronomía, como el restaurante italiano, La Isla de Capri, lleno de acuarios, donde el mismo José Giuseppe Massa atendía. 

Esta sala era un pequeño, pero cómodo salón, para aquellos que buscaban dónde leer y abstraerse de la intemperancia de lo cotidiano; habitaba una escasa bibliografía, pero no por ello insignificante porque encontrábamos no solo los clásicos de Italo Calvino sino otras visiones como las de Arthur Coleman Danto, quien repetía la pregunta de todos, en una actitud cáusticamente crítica que hacía reverberar nuestra imaginación: ¿Qué es la filosofía? y Después del fin del Arte

Ahí, también leíamos los primeros libros sobre el arte del Renacimiento italiano y observábamos detenidamente las imágenes de las obras de los maestros europeos, así como las coloridas fotografías de lo que se suponía era la promesa de una civilización que nunca se cumplió. De ello no quedó absolutamente nada. 

Un buen día, la peligrosa clase política del puerto petrolero decidió cerrarla y parte de los libros, al parecer, se perdieron en el 2014. Este espacio estuvo clausurado por mucho tiempo, olvidado por la inquisición reunida en el Concejo Municipal y los pasillos de la alcaldía, que decidió maldecir la sala y perseguir a la imaginación, tal como en la actualidad lo hacen, porque muy posiblemente era ese lugar donde la creatividad conspiraba contra el poder. 

Después de hacer un punto del fracasado programa Vive Digital, aquel donde presuntamente Karen Abudinen se robaron 70 mil millones de pesos del internet rural a los niños colombianos con la complicidad de Iván Duque, Cambio Radical y el Clan Char; este hecho, nunca lo investigó la Procuradora Margarita Cabello, al igual que no lo hizo con los 12 billones perdidos por las EPS. 

Hoy en día, se supone que es un Centro de Desarrollo Juvenil, quizás también satanizado, porque solo hay unas cuantas sillas y una escasa mesa, ya que nada es más peligroso que la juventud, como lo demostró durante el estallido social; pero en la pared encontré un ejemplo más de lo que no es un mural, afortunadamente tapado por una pieza publicitaria del CMJ.

Por eso, decidimos aprovechar para realizar una crítica a la estrategia de normalización institucional del arte que se propone desde los espacios del poder a partir de la no mirada (1) que no dice nada, como la de Álvaro Uribe Vélez que siempre lo niega todo, y tu mirada me acaricia los dedos (2) con esos ojos pétreos que se niegan a ver la sospechosa realidad. Esa es nuestra respuesta, con la decidida participación colaborativa de la comunidad afrodescendiente de la ciudad. 

Fotografías: ©ArtistasZona, abril de 2024.

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