viernes, 3 de julio de 2009

ARTE Y ALTERIDAD


BIO-LENCIA, Contra el eufemismo de la noción de actualidad
Por. José Ignacio Cáceres y Victor Hugo.

Proposiciones
Una gota no es una esfera
Una montaña no es una parábola
Un insecto no es un punto
Un rayo no es una línea.

El caos opera en todas las escalas
Simultáneamente
No confundas indefinido con infinito
Evita las simetrías
Dios no es geómetra
Jorge Cadavid


Desde el interrogante surgido en el seno del encuentro Nacional de Equipos de Investigación Curatorial, Bogotá 21 y 22 de mayo de 2009, surge varias reflexiones que implican un acercamiento al aporte que puede surgir desde los ejercicios curatoriales como una posibilidad a la construcción de nación, como mecanismo alterativo frente a la “Bio-Lencia”.

La bio-lencia, fenómeno y enfermedad desde el cual se urden complejas redes, que los estudiosos de la neurofisiología la ubican en la parte más primitiva del cerebro.

Algunos sostienen que este fenómeno se encuentra íntimamente relacionado con las condiciones socioeconómicas, axiológicas, genéticas, transmitidas en el primer período de niñez (5 años); además, otros consideran que es un acto de incivilización, quizás exclusivo de países tercermundistas o en vías de desarrollo, del que su población no cuenta con una amplia y balanceada dieta alimenticia, mientras que hay quienes señalan que es propio de seres humanos que nunca alcanzaron a cultivar su espíritu.

La realidad es que la bio-lencia, se encuentra durante los diferentes periodos de la historia y a lo largo y en todas las páginas de la literatura universal; por eso, la tierra se encuentra abonada con el oxido de hierro de sangre añejada.

Igualmente, sus expresiones, formas y maneras de aplicarla, se han venido sofisticando, con tal refinamiento y sutilidad, que muchos no alcanzamos a percibirlo. Mientras que, los medios masivos de información, que responden a los intereses económicos de las estructuras de poder de la clase social que los sostienen, se enriquecen con ella y hacen del dolor un show mediático.

De otro lado, las formas cómo se organiza el mundo y sus modelos políticos que expresan el desarrollo de la civilización, son el producto de 2.000 años de guerra, invasiones e imperios que subyugan, esos mismos son los que señalan que la “la guerra es fundamento para la paz”. A partir de esta proposición los gobiernos invierten cuantiosos recursos humanos y económicos, en su perfeccionamiento y el desarrollo de alta tecnología, que sólo benefician a quienes se enriquecen y esclavizan a continentes enteros. Por ejemplo, el mundo ha sido transformado por una paradoja, que apareció en medio de la guerra fría: internet, que es producto de una estrategia de centralización de información para la inteligencia militar.

El constante, permanente e inagotable sacrificio de seres humanos, de sus almas, tema difícil de referir por las implicaciones metafísicas que encierra, parece ser, que es la razón de la frustración, la tristeza y una amplia gama de sicopatologías que ciernen sobre nosotros.

Pero, la violencia, se vale de sí misma para existir, así lo registra la historia de la conformación de los Estado, las prácticas políticas, de imposición de los modelos económicos y, hasta concepciones religiosas, mientras que, algunos argumenta e insiste que son el producto de la conquista más elevada de la civilización occidental: la doctrina democrática, que posibilitan el bienestar social y redimen de todo mal y pecado.

Sin embargo, estas siempre ocultan deliberadamente su esencia, el trasfondo de su misión, la verdadera finalidad de sus consecuencias.

Pero siempre se han olvidado del hombre en todas sus dimensiones, al contrario lo que han hecho es establecer una duda razonable, que impone sus nefastos propósitos del orden global, la defensa del librecambio como expresión última de la libertad; sin embargo, esa nociones del modelo democrático, que apelan al simple juego de la participación, al tiempo que otro son los que siempre toman las decisiones sobre los 6500 millones de habitantes del planeta, mediante subyugación a políticas globales, en nombre de un “nuevo orden” y que produjo la peor de las crisis económicas que ha vivido la humanidad, provocada por el desmedido afán de enriquecimiento de la grandes corporaciones transnacionales, que continuamente han desmantelan al mundo desde el Wall Street, mediante la especulación y la compraventa de los recursos naturales de las naciones pobres. Hecho, que ha sobreexplotado los ecosistemas estratégicos y terminaron por depredar nuestro precario medio ambiente, al paso que estigmatizan las diferentes cosmovisiones de quienes no pertenecen al “primer mundo” occidentalizado del norte.

Este complot adelantado por las naciones del grupo de los siete (7), quienes además, son los que tienen el poder de veto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, son los pertenecen a las cofradías del saber: Harvard, Standford, Cambridge, Berkeley, Massachussets Institute of Technology, California Institute of Technology, Princeton, Oxford, Columbia, Chicago, Yales, Cornell, Pennsylvania, California (Los Ángeles), Wisconsin, Michigan y Washington (Seattle), entre otras; son en estos claustros que se forman los presidentes, ministros, directores de organismos multilaterales, etc., al tiempo, que construyeron un círculo que se ha perpetuado en el poder, quienes han dominando al mundo, a través de familias de estirpe medieval -que se auto-reconocen como los filántropos de la Responsabilidad Social Empresarial-, son los que pertenecen a un sólo mundo, el que ha llenado de desigualdad y odios, los mismos que siempre justifican sus golpes de Estado en nombre de la democracia y la recuperación del orden constitucional, las guerras como un camino hacia la libertad en contra del terrorismo y a favor de la estabilidad mundial.

De ahí que, no es aventurado señalar que todas las formas de gobiernos, sus ejércitos, sistemas económicos, modelos educativos y medios de información, fueron diseñados y programados para crear Estados-Colonias, que se ensañan con bio-lencia para mantener los súbditos en orden, a eso algunos llaman democracia.

En Colombia, desde el periodo de la primera colonización, la española, existen el esclavismo y nuevas monarquías, que se mantienen hace dos siglos, con las mismas familias en el poder, con las mismas ideas religiosas imperantes y los perpetuos partidos políticos; son ellos los que crearon este permanente clima de bio-lencia y exclusión, la del Frente Nacional, por ejemplo, que terminó por instaurar la profunda marginación del nuestra sociedad, con una clase política enajenada a los intereses del norte, es decir, de las grandes corporaciones financieras.

Es bajo este panorama que nos preguntamos: ¿Cómo aportar otras miradas desde los procesos creativos ó colectivos de los salones regionales, frente a la bio-lencia imperante del país?

¿Qué formulas académicas ó empíricas, desde que saberes podemos apelar e la intención de articular ideas, actos y hechos estéticos que realicen nuevas lecturas que generen verdaderos actos de reflexión ante la bio-lencia?

Desde esta perspectiva, una vieja y siempre nueva medicina, es el arte, que se constituye en un estado de reflexión, que promueve otras revelaciones, quizás expresivamente armónicas, en su ontología, que no se queden en el simple prologo sino en la realización de sus prácticas artísticas.

Además, hay que decirlo con vehemencia que al arte, se accede autoproclamándose creador: sea formándose en las aulas sacrosantas de los templos del saber o cultivándose en el trasegar de la persistencia consiente por la elección que nos plantea su opción, es decir, dejándose seducir por él; además, se les acepta en cualquier entorno social, se le reconoce desprevenidamente en todas los contextos, condiciones de vida y se le valora axiológicamente, a partir de la perspectiva del espectador.

Por lo tanto, el arte ha sido considerado como referente en todos los periodos de la historia, en las que sus expresiones se encuentran como catalizador de las sociedades, para sucumbir o liberar el espíritu y la conciencia, por eso, quizás sea una propuesta alterativa frente a la bio-lencia imperante.

Es aquí mismo, donde el proceso de los Salones Regionales, podría ser el anhelo de un propósito: diálogos, intercambios, debates y encuentros.

Para finalizar, queremos proponer que se adelanten contactos institucionales con la Universidad de la Paz, de Barrancabermeja, institución desde la cual se ha venido adelantando investigaciones y estudios sobre la bio-lencia, en esta convulsa e histórica región del país, con el propósito de dinamizar otros escenarios y opiniones.

Foto: Hugsh, Mi casa, 2007.

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