La Inteligetzia Académica
Por. Victor Hugo
“Las funciones del arte y de la política son hacer que la gente sueñe, cumplir con sus anhelos, transformar el mundo, cambiar la vida y ofrecer un escenario sobre el cual el deseo pueda actuar su fantasmal teatro”. Jean Francois Lyotard
Sí en el país la crítica fuera la posibilidad de reconocimiento de la diferencia y fundamento consustancial que generará diversidad de diálogos, sería el reflejo que dibujaría el grado de civilización que ha alcanzado la sociedad y sus artistas.
Además, podría ser el reconocimiento del otro y de su otro, en la que dejará ser un ejercicio maniqueísta de los reduccionismos con el que los discursos del poder se refieren a ella como
“constructiva o destructiva” en la búsqueda de su autolegitimación, porque se reconocería como un punto de vista de quien focaliza el mundo y tiene su propia cosmovisión de la historia.
Entonces, la crítica no se trataría de simples defensas a ultranza ni descalificaciones melodramáticas sino de perspectivas de disenso que exploran otras visiones y, en este caso, residiría lejos del discurso del poder que imponen y cristaliza la sintaxis de las realidades que entrañan lecturas diferentes desde el lugar donde no se modelan las esferas públicas del centro; las mismas que cohabitan en la “inteligetzia académica” y las instituciones que representan; las mismas que dicta el homogeneizante abecedario fascista del lenguaje, como diría Roland Barthes, de lo que debe ser y desde donde se propician las definiciones, en un ambiguo deambular que fluctúa con la elasticidad de la demanda, de quien vive de los proyectos itinerantes y los recursos del Estado.
Para nosotros la crítica es un
okupa, de este edificio multidimensional, en el que la estructura se sostiene arrinconando al otro a la esclavitud para someterlo con el encanto de sus instrumentos técnicos de difusión ideológica, los mismos que nos alejan de nosotros mismos y nos distancian de los demás porque en esta sociedad se convirtió en un imperativo moral el triunfo del individualismo, donde se impone la derrota y esa mortecina esperanza que nos imputa la fe:
“algún día nos llegará el cuartico de hora de fama”.
Será por eso que los acólitos del poder señalan a los artistas cucuteños que se atrevieron a proponer otro punto de vista y a nosotros como resentidos sociales, así nos lo expresó una connotada artista santandereana en un correo electrónico.
Otro argumento, no menos preocupante, esgrime que en la zona oriente los artistas hemos sido incapaces, que si no fuese por la presencia de la “inteligetzia académica”, nuestros genios locales, los ungidos por la sabiduría y los sacrosantos mesías, nunca seriamos hoy lo que somos.
Respetuosamente, esta posición nos parece un despropósito, porque antes ser éramos, por lo menos así nos lo dicta la historia de nuestros antepasados, las naciones Guanes, Yariguíes, Agataes, Carares, Motilones y muchas más, aparte de la memoria viva del oriente colombiano, frente a los que cada día quieren parecerse a los demás, seguir con la fe palaciega los modelos y tendencias del arte contemporáneo sin las resignificaciones o relecturas locales que desterritorializan hasta nuestras conciencias y enriquecen a las universidades privadas.
Esfera tras esfera
En los últimos años el país quedó obnubilado y se acostumbró a la estrategia uribista, quien en complicidad de los medios comerciales de información y sus periodistas, divagó como el equilibrista que intentaba cerrar cualquier fisura sobre las bondades de la seguridad democrática, la confianza inversionista y sus demás “huevitos” ubérrimos de la develada corrupción que se presentó durante los ocho(8) años de su gobierno y que comenzó ha ser investigada por los organismos de control estatal.
En estos tiempos, la fórmula de Uribe frente a los Estados Unidos fue arrodillar al país, mientras propició una esquizofrenia colectiva ante la pandemia suramericana que reclamaba la independencia de los EEUU, de las directrices del Fondo Monetario Internacional, la imposición del TLC por parte de las corporaciones sionistas-norteamericanas.
Fue así como el expresidente prefirió las siete(7) bases del ejército norteamericano con las que esperaba intimidar el proceso de unidad de los países Suramericanos; sin embargo, el proceso siguió adelante y término siendo una contundente respuesta ante la expoliación de nuestros recursos naturales y el control ideológico ejercido por los EEUU; mientras que en las naciones del sur hoy cuestionan la recolonización imperialista, que busca esclavizar a los verdaderos dueños de estas tierras, la IV Flota de EEUU da vueltas por las costas de nuestro continente.
Hoy, frente a
Esferapublica, a su posición y las respuestas presentadas en su artículo, recuerdo las innumerables ocasiones en que Álvaro Uribe Vélez no respondió a las preguntas de los periodistas, cuando cometían el atrevimiento o la osadía de indagar sobre las realidades e intentaban conocer sus opiniones sobre los temas sensibles del país: las chuzadas del DAS, las ejecuciones extrajudiciales -falsos positivos-, el robo disfrazado de Agro Ingreso Seguro, los altruistas negocios de sus hijos que despojaron a los artesanos para enriquecerse con las famosas industrias culturales, así como el presunto tráfico de influencias que ejercieron para decretar la zona franca de la impunidad en el Municipio de Madrid, Cundinamarca, para no hablar sobre la Ley del reciclaje que sólo los favoreció a ellos.
En contrapocisión, el expresidente armó, al parecer, su estrategia desde el desaparecido organismo de inteligencia que dependía única y exclusivamente de la Presidencia de la Republica, el DAS, con el propósito de desacreditar a la Corte Suprema de Justicia, a la oposición política y algunos periodistas a los que los señaló de terroristas. Estos hechos, ya hacen parte de la desmemoria que propician los medios comerciales de información de Colombia, que están en las manos de los españoles del Grupo Prisa y los antioqueños del GEA, Caracol y RCN.
Estos
mass media cuando informaron sobre la muerte del comandante insurgente Guillermo León Sáenz, más conocido como “Alfonso Cano”, hacían énfasis sobre su formación profesional: antropólogo de la Universidad Nacional de Colombia. De esta forma, se trató de fabricar la deslegitimación e instaurar la duda y macartizar los cuestionamientos que los estudiantes de las universidades públicas del país le hicieron a la reforma educativa, Ley 30, que promovió el gobierno de Juan Manuel Santos en el Congreso de la República.
¿Por qué será que no hacen el mismo énfasis informativo y señalan la formación profesional y la procedencia universitaria de Miguel Nule, Ingeniero Civil de la Universidad de los Andes; Andrés Felipe Arias, Economista de la Universidad de los Andes; Guido Nule, Administrador de Empresas de la Universidad Javeriana; Samuel Moreno Rojas, Abogado de la Universidad del Rosario, quienes hacen parte de la plutocracia colombiana y son protagonistas de la corrupción sostenida y complacida por el Estado colombiano… Por qué será?
Desde otra esfera
En primer lugar, hace un mes recibí la sorpresiva llamada del reconocido administrador de la muy importante página web Esferapublica, Jaime Iregui, para que le enviará las firmas del documento publicado en este Blog:
“En Cúcuta: Artistas contra la curadora Nydia Gutiérrez”. Extraño y desafortunado hecho, por razones deontológicas, máxime si se trata de un medio a otro.
Posteriormente, me volvió a llamar el 23 de noviembre a la 1:03 de la tarde y se refirió al tema. En esta ocasión le conté un poco sobre el proceso de ese texto y que Artistas Zona Oriente no generaba vacilaciones frente al mismo, porque partíamos de la primera condición que se da para que exista la democracia: la confianza; además, que el documento se entregaría con sus respectivas firmas a las instancias pertinentes. En ese momento, el administrador de Esferapublica, me expresó que el documento publicado le generaba dudas.
10 minutos más tarde, me volvió a llamar Iregui, por tercera ocasión, y me preguntó sobre quien era el Sr. Walter Alonso Gómez Céspedes, aunque más extraño aún, porque sabía que lo conocía; entonces, le manifesté que era el Consejero Municipal de Cultura, por el sector de las artes plásticas y visuales de Bucaramanga; además, de coordinador de los Salones Regionales de Artistas, Zona Oriente.
En ese momento, el administrador de la web, me señaló que le había acabado de llegar la respuesta al artículo publicado en nuestro blog y que la iba a publicar. De esta forma, quedó claramente expresada la posición que tomó la Esferapublica frente a los cuestionamientos de un grupo de artistas de la ciudad de Cúcuta.
Por otro lado, el importante artículo de respuesta elaborada por el Sr. Walter Alonso Gómez Céspedes, que colgó Esferapublica el 23 de noviembre,
Sobre Artistas contra la curadora Nydia Gutiérrez, sólo nos hizo evocar la estrategia del expresidente Álvaro Uribe Vélez, porque de fondo nada. Que coincidencia.
Así mismo, lo hace el señor Luis Brahim, seleccionado por la asesora y museóloga del Ministerio de Cultura, Nydia Gutiérrez Moros, para los 14 Salones Regionales de Artistas, Zona Oriente, dentro del proyecto de investigación curatorial:
Caminos Reales. El nuevo curador cucuteño, nos propone dar un salto al vació, en su comentario de fe, a partir de unos pírricos y estrechos argumentos.
Ambas respuestas la de Gómez y Brahim nos hacen pensar lo que ocurría en el Medioevo donde todo se demostraba por la fe, sino para eso estaba la santa inquisición. Excelente argumento para los tiempos del escolastismo contemporáneo, no creen.
En conclusión, así es que operan los discursos del arte y el poder, porque nos quedó meridianamente claro que tener una opinión diferente a los espacios de inteligetzia académica, mueve cualquier tipo de maquinaria y más cuando se cuestiona al establishment; es decir, nada menos ni nada más se tocó una fibra sensible del Estado, el Ministerio de Cultura, lo que movilizó un ejército de artistas, ong, gestores y concejales, con el objetivo de defender esta gestión. Por otro lado, intentaron deslegitimar o desviar la atención tratando el tema "como un conflicto de carácter personal", como para generar dudas y el tema quedará en entredicho, estas son las lógicas: la deslegitimación, el macartismo, la satanización como técnica retórica e ideológica y negación del otro.
Da vergüenza este mundo: es capaz de mirarse entretenidamente ante el espectáculo de su propia muerte, mientras se deja destruir lentamente, así le pasa a algunos sectores artísticos del país. Finalmente, los creadores claudican y se arrodillan, menos quienes firmamos desde la Zona Oriente el documento publicado en este Blog, los que no somos anónimos y preferimos expresar lo que pensamos.
Imagen tomada de Esferapublica