jueves, 30 de enero de 2025

EN BARRANCABERMEJA, COMO UN DÍA NORMAL DE NEGOCIOS


Había un mundo en que los abrazos no se cobraban. Hoy el amor es un artículo de lujo y el mejor de los negocios. Te envío mi abrazo; parece tan real como la alucinación de la mañana. 

There was a world where hugs were free. Today love is a luxury item and the best of business. I send you my hug; it seems as real as the morning hallucination.

viernes, 24 de enero de 2025

EN EL 2024 EN BARRANCABERMEJA: ESA GUERRA, NOVELA DE ARTURO MONCADA


"En todo acto la primera intención de quien lo realiza es revelar su propia imagen" 
Dante 

“La única moral de la novela es el conocimiento; es inmoral aquella novela que no descubre parcela alguna de la existencia hasta entonces desconocida”
Hermann Broch 

El pasado 13 de noviembre de 2024 se llevó a cabo el evento de lanzamiento de la novela “Esa guerra”, del historiador y escritor Arturo Moncada Rodríguez, en la biblioteca de la Institución Educativa Diego Hernández de Gallego de Barrancabermeja. 

Moncada Rodríguez es un bogotano que arribó a Barrancabermeja a mediados de los 60, donde desarrolló su carrera como director de teatro, productor cultural e investigador, y hoy se ha convertido en un referente nacional consultado por diferentes entidades e investigadores cuando se trata de hablar de la historia de la ciudad, por su rigor historiográfico y la meticulosidad de su trabajo, que se puede consultar en su plataforma digital Cercanyas. Al mismo tiempo, su pasión por contar historias lo llevó a la literatura, campo en el que tiene una robusta obra poética y narrativa. 

Sobre la novela 

“Todas las novelas de todos los tiempos se orientan hacia el enigma del yo”, indicó el escritor Milan Kundera en “El arte de la Novela”. En su tesis plantea que este género literario no es otra cosa que la exploración de la condición humana: “Las novelas ya no prolongan la conquista del ser. No ponen al descubierto ninguna nueva parcela de la existencia; únicamente confirman lo que ya se ha dicho; más aún: en la confirmación de lo ya dicho (de lo que hay que decir) consisten su razón de ser, su gloria, su utilidad en la sociedad a la que pertenecen”. 

Así mismo, Kundera nos presenta un recorrido histórico por la evolución de la narrativa de la mano de los escritores mismos: “Uno tras otro, la novela ha descubierto por sus propios medios, por su propia lógica, los diferentes aspectos de la existencia: con los contemporáneos de Cervantes se pregunta qué es la aventura; con Samuel Richardson comienza a examinar "lo que sucede en el interior", a desvelar la vida secreta de los sentimientos; con Balzac descubre el arraigo del hombre en la Historia; con Flaubert explora la terra hasta entonces incógnita de lo cotidiano; con Tolstoi se acerca a la intervención de lo irracional en las decisiones y comportamiento humanos. La novela sondea el tiempo: el inalcanzable momento pasado con Marcel Proust; el inalcanzable momento presente con James Joyce. Se interroga con Thomas Mann sobre el papel de 105 mitos que, llegados del fondo de los tiempos, teledirigen nuestros pasos. Et caetera, et caetera”. 

Por lo tanto, según el escritor checo: “En el mundo moderno abandonado por la filosofía, fraccionado por centenares de especializaciones científicas, la novela nos queda como el último observatorio desde donde podemos abarcar la vida humana como un todo”

“La generación del petróleo” 

Entrando el nuevo siglo, los medios corporativos de información tradicional del país hablaban de “la generación del petróleo” para referirse a un importante grupo de escritores que comenzaban a visibilizarse en la capital del país, y que tenían en común haber nacido en Barrancabermeja. 

Entre ellos estáAndrea Cote, de quien opinan algunos que su poesía es un acto de contrición y de catarsis, mientras que otros sostienen que su lírica le lava la cara de su familia, luego que su padre, el exalcalde Edgar Cote Gravino, fuera un mandatario impuesto por los narcoparamilitares y era investigado por corrupción al momento de su trágica muerte; así mismo, recuerdan otros que su tío fue el criminal narcoparamilitar Iván Roberto Duque Gaviria, alias Ernesto Báez; a pesar de ello, sin revelar el conflicto moral que plantea, su obra aborda temas del conflicto armado interno del que cierta forma ha sido protagonista su parentela. 

A Cote, le concedieron en el 2024 el XXVI Premio Casa de América de Poesía Iberoamericana. Enhorabuena para ella, y actualmente reside en EE.UU. 

Por otro lado, está el panhispanista Enrique Serrano, quien fuera el director de la Imprenta Nacional durante la presidencia del Centro Democrático en manos de Iván Duque, y se desempeña como profesor, por supuesto que en Medellín y con una obra que nada tiene que ver con el puerto petrolero; por otro lado, lo mismo sucede con Pablo Montoya, quien dice que nació por accidente en Barrancabermeja, o Naum Montt, cuya obra está muy lejos de nuestras realidades. 

Quizás estos reconocidos y exitosos escritores se encuentren actualmente en El Parnaso, no en el barrio de los obreros petroleros de Barrancabermeja, sino en el que los medios corporativos, sus editoriales y lectores crearon para ellos. 

Afortunadamente, hoy Barrancabermeja cuenta con una nueva generación de escritores jóvenes entre los que se destacan: Óscar Daniel Campo Becerra, Jessica Chiquillo y Gustavo Andrés Valdés Acero. 

Esa guerra 


 “Las redes, la boga el pasado de mis mayores me acercó al río a sus oficios, así que me sentí conocedor de los misterios y secretos del agua”. 

Moncada no huye de la realidad y fiel a la tozuda labor de historiador, su obra literaria está arraigada en las entrañas de la ciudad. “Yo no escribo ni intento «literaturizar» el conflicto armado interno porque eso es como vivir de nuestros muertos y muchos de ellos fueron mis amigos”, indica Moncada Rodríguez, y de paso nos plantea un imperativo moral frente a esa tendencia muy extendida entre los artistas a la hora de enfrentar la substantividad material de la existencia del otro. 

La novela “Esa guerra” surge de una profunda investigación que se ficciona a partir de los extensos diálogos que sostuvo con uno de los personajes más interesantes que la ciudad olvidó y a quien está dedicada, un obrero petrolero de la Troco y fundador del sindicato de la época, Juan Bautista Leyva. 

No se trata de una novela bélica en toda la extensión de la palabra, porque sobre ella se han escrito piezas literarias que transitan entre las tensiones de su tiempo, la muerte y el amor, como los poemas épicos de La Ilíada o La Odisea de Homero; La Eneida de Virgilio; la dramaturgia de William Shakespeare con su Ricardo III o Enrique V; el francés Henri Beyle (Stendhal) y su La cartuja de Parma; o Lev Nikoláievich Tolstói con Guerra y paz; Ernest Hemingway y su Por quién doblan las campanas; Louis-Ferdinand Céline, en Viaje al fin de la noche; Denis Johnson con su narración sobre Vietnam, Árbol de humo; o la visión del escritor sirio Aboud Saeed y su novela Yo, el más inteligente de Facebook, solo por nombrar autores que, desde distintas perspectivas, han explorado el tema. 

Aunque la narración de Moncada inicia con los episodios de la Guerra de los Mil Días, con que se asomó Santander al siglo XX, nos lleva de la mano por un mundo que comenzaba a pensar así mismo en medio de unos eventos que jamás logró disipar el tiempo: “Fue la insistencia del señor padre lo que hizo que mi papá cogiera el camino de los vientos, como decía mamá Toña, es que se van como atembados detrás de vientos, persiguen solo aire y no se apañan en entender que el aire no se puede coger”. 

En esa confluencia de personajes que por momentos parecen estar detenidos en un mundo inhóspito, mientras sus miradas las mantenían puestas en la aparente infinitud de un río que golpeaba las orillas de sus vidas, como los hechos que los llevaron a encontrarse en un puerto e iniciar la búsqueda de sí mismos, se convierten en ese reflejo de la incertidumbre producida por el espíritu de un nuevo siglo que arrancaba lentamente; así, la novela lleva a su lector a una experiencia estética significativa, donde la historia no termina con la narración, sino que nos deja esperando un después.

Moncada Rodríguez nos plantea algunas preguntas que podrían ser imperativos categóricos sobre una ciudad ocupada, humillada y silenciada por la imposición de los nuevos imaginarios de la cultura traqueta de los pujantes emprendedores paisas que se tomaron Barrancabermeja; mientras el Distrito promueve la cultura boutique y su reality show, el movimiento cultural se devora a sí mismo y apela a la memoria como espectáculo, como diría Zygmunt Bauman, y no como un acto de reflexión.

Fotografía: ©ArtistasZona, Archivo. Enero, 2025.

jueves, 9 de enero de 2025

CUANDO EL RÍO SUENA, LAS CANTAORAS DE BARRANCABERMEJA III

A pesar que Barrancabermeja siempre ha vivido de espaldas al río y a sus ecosistemas estratégicos, el río es nuestra sangre, la vida y la historia, señala Helen Noreen Meneses Cumplido, una cantaora enamorada de su tierra.

Inicié desde los cuatro (4) años de la mano de mi madre Lilian Esther Cumplido Mármol. Ella fue bailarina del grupo de danza Lumbalú y siempre quiso ser cantadora, pero nunca contó con apoyo. Hoy, puedo decir que las primeras lecciones las recibí de ella y de mi abuela, Graciela María Mármol Alfaro, que llegó a la ciudad de Bocas del Rosario. Ellas me enseñaron en casa este profundo amor por el territorio. 

Así comenzó esta pasión por lo que nos pertenece a nosotros, los que nacimos en la rivera de estas barrancas bermejas, donde adquirimos la genética del río que recorre no solo el cuerpo sino también el alma, y que se expresa en todo lo que hacemos y lo convertimos en cultura. Ese es el verdadero patrimonio de los barranqueños, eso que somos. 

Luego, en la escuela bailaba cumbia con mi hermano en los eventos o semanas culturales y ganamos en varias ocasiones concursos de danzas. Después, mi mamá perteneció a las organizaciones sociales de mujeres y comenzaron a realizar talleres de folklore, danzas y música; fue ahí donde encontré mi primer amor: la tambora, de la que aún sigo enamorada. 

Y todo comenzó un día en el que íbamos a participar en un evento y teníamos todos los instrumentos: el alegre, los llamadores, las maracas, el guache, etc., pero no teníamos a la cantaora y mi mamá dijo que yo cantaba. Inmediatamente, el director del grupo me hizo una prueba y desde ahí inicié, con el apoyo de mi mamá, después de haber aprendido lo básico de la tambora; luego, comenzamos a realizar presentaciones en las Comunas de Barrancabermeja y hasta el día de hoy sigo cantándole a mi tierra. 

Educar 

Cuando alguien quiere algo con amor, también quiere compartirlo con los demás para que no se pierda y se conserve; entonces, después de haber aprendido y de haber pertenecido a varios grupos, decidí organizar un taller de formación con los niños y jóvenes del barrio La Candelaria. En ese tiempo, un tamborero de San Pablo, Bolívar, Pablo Erley Camacho, nos vio con todos esos niños y niñas. 

“Venga y usted de dónde es y estos niños y quién era el director”, y le respondimos que no teníamos ningún director, que simplemente no gustaba. Entonces, él se quedó a ayudarnos y Camacho trajo otro tamborero. Fue ahí cuando llegó el maestro Rolando Daniel Fontalvo, que necesitaba una cantaora para ir a representar a Santander en un Festival en Popayán, y viajar con ellos. A partir de ese momento, pertenezco a Milloson. 

En todo este tiempo, a pesar de no contar con formación para educar mi voz, seguí ensayando y poco a poco fui aprendiendo técnica vocal modulando de manera empírica y con las presentaciones viene la experiencia, porque al terminar las exhibiciones públicas reflexionábamos sobre cómo nos había ido en el evento para seguir creciendo musicalmente; además, conté con la colaboración y el acompañamiento del maestro Fontalvo, con quien sigo bajo su dirección y, por supuesto, el apoyo de mi madre. Fíjese en este sueño que comenzó con mi madre, me llevó a presentarme en las escuelas y colegios de Barrancabermeja, pasé al grupo de la organización social de mujeres y terminé cantando en el Grupo Yoruba y Herencia Viva. 

Hoy en Barrancabermeja, en cada salón comunal debería haber una escuela. La ciudad cuenta con maestros y formadores para ello; ellos deberían apropiarse de la comuna donde viven y generar esos procesos de formación. Esto contribuiría no solo al desarrollo cultural de la ciudad, sino también a mejorar los niveles de convivencia entre nosotros y promover la paz. Sin embargo, se requiere apoyo para instrumentos, transporte y recursos pedagógicos.  En este aspecto, cada una de las cantaoras y grupos de la ciudad tienen su propio sueño por construir. 


Milloson 

El folclore no solo expresa alegría y amor, sino que es un proceso de construcción social que nos acerca al otro, al vecino. Es a través del folclore que nos unimos para compartir, contar y mostrar cómo somos y qué soñamos. No se trata simplemente de la hora loca como algunos parecen entenderlo, el folclore va más allá de la cultura y propone organizarnos como comunidad para expresarnos. 

En Milloson, somos un grupo escuela donde no solo trabajamos con niños, niñas y adultos nuestros ritmos ribereños, sino que también abordamos otras culturas y ritmos del Caribe. Pero lo primero que aprenden es la tambora. 

Esta familia llamada Milloson no solo es un espacio de formación en danza y música, sino también la posibilidad de ayudarnos mutuamente, de cuidarnos el uno al otro, de acompañarnos siempre, de ver crecer a los niños y convertirse en jóvenes y luego verlos partir. 

A veces puede ser duro, creo que ocurre lo mismo con las madres cuando sus hijos abandonan el hogar, pero a pesar de eso, después de dar a luz, comienza una relación indivisible que perdura en el tiempo y con la cual permanecerán unidos y se identificarán de por vida. 

En Milloson no solo se trata del instrumento o de la danza, ni del sonido de la tambora, la guacherna, el berroche y el chande; tampoco de la técnica para golpear su cuero o el paleteo, ni de cómo afinar, no; se trata de aprender para la vida y de atrevernos a ser mejores seres humanos, mejores ciudadanos que se arriesgan a pensar por sí mismos. 

Por otro lado, cuando se trata de la educación el reto es grande, pero siempre me pregunto: ¿Cómo hacer para que más niños, niñas y jóvenes se enamoren así como yo me enamoren y redescubran su patrimonio cultural y su folclor? Y todos los días nos reinventamos para hacerlo. En este punto es fundamental ser amorosos, tener como maestros la paciencia, la humildad, la dedicación y la disciplina de aprender nuevas pedagogías para hacerlo. 

Todo esto es lo que hacemos aquí, a pesar de que no contamos con los recursos ni el apoyo para hacer esto que hacemos en la Comuna 7, un sector popular como muchos otros de la ciudad y que representan el 70% de la ciudad. 

Somos nosotros, los artistas barranqueños, quienes nos hemos dado a la difícil, silenciosa y cotidiana tarea de preservar nuestro patrimonio, aunque para algunos que vienen de fuera de la ciudad o incluso los mismos barranqueños, tal vez sigan pensando que no valemos ni tenemos nada y que todo se puede destruir, tumbar o que se pierda en el olvido. No, aquí hay muchas historias para contar y mucho que decir al respecto de lo que pasa y ha pasado en la ciudad. 

Ahora bien, a Milloson llegan niños de toda la Comuna, que fue duramente golpeada por la violencia, a nosotros mismos aquí nos ha ocurrido y fue durante un ensayo que nos violentaron dentro de la escuela, hecho que fue presenciado por los niños y niñas; sin embargo, seguimos adelante. 



Fotografía: ©ArtistasZona. Enero 2025.

jueves, 2 de enero de 2025

PASÓ EN 2024, EL BLACAMAN DE SEBASTIÁN OSPINA EN BARRANCABERMEJA



Fruto de la gestión emprendida por Paula López, A Ver Teatro y la Casa del Libro Total, junto con la colaboración de un grupo de barranqueños amantes de la cultura, hicieron posible la presentación en la ciudad de uno de los actores más destacados e icónicos del país, Sebastian Ospina. 

Por esta razón, al caer la tarde del pasado sábado siete(7) de septiembre del 2024 se presentó uno de los mejores eventos culturales del 2024 que los barranqueños tuvimos la oportunidad de disfrutar, la obra “Blacaman”, adaptación del cuento de Gabriel García Márquez “Blacamán el bueno vendedor de milagros”, publicado en 1970. Posteriormente, se realizó el conversatorio con el artista el domingo 8. 

Sobre el oficio 

Si uno narrar historias para teatro hay que competir con los mejores, Shakespeare, Tennessee Williams (Thomas Lanier Williams III) o Arthur Miller y si no los conoces crees que produces maravillas y no lo es.

Ahora bien, como escritor cuando leo la historia y encuentro la de mi abuelo, que era primo hermano de Mariano Ospina Pérez, es de la línea de Pastor Ospina y Mariano Ospina Rodríguez, fundador del Partido Conservador colombiano y, además, quienes intentaron asesinar a Bolívar en Bogotá durante la noche septembrina (25 de septiembre de 1828), entonces quizás se podría pensar que lo hago para lavar la culpa familiar. 

En mi caso, mi obra como dramaturgo y actor ha estado ligada con Gabriel García Márquez; la primera pieza que escribí se llama “Un pobre gallo de pelea”, donde hacía un teniente militar en esa época y el director Bernardo Romero Pereiro fue a verla y posteriormente me llamaron a la audición para la producción de la seria “ La Mala hora” en 1976, así comenzó mi relación con las producciones de la televisión nacional. 


Arte y realidad 

En esta coyuntura, como artista, sabemos que algunos piensan en la guerra como algo natural; a pesar de ello, esta realidad que vivimos nos permite reflexionar sobre nuestra contemporaneidad. Por eso, invitó a los artistas a investigar sobre la historia, a conocer el pasado. 

En la historia de Barrancabermeja, hay muchas cosas: es un puerto muy importante del río Grande de la Magdalena, ha transitado toda la historia frente a él y entonces ahí hay un filón muy interesante en la medida que se investigue. Así surgen las historias fantásticas que después convertimos en arte a través de las representaciones y la función poética del lenguaje; esta propuesta busca crear esa inquietud para que la gente comience a explorar y hacerse preguntas, a producir rupturas y encontrarán el oro que ahí está en la historia de lo que son y tienen que decirle al país como sociedad los barranqueños, porque la ficción tiene la capacidad de contener lo real y algo más. 

Aunque al ser humano no lo podemos dilucidar en su totalidad porque no hay nunca una explicación concluyente, es otra cosa que hay que tener en cuenta a la hora de contar una historia, y a esto hay que sumarle que nosotros no somos el momento en que estamos, sino que somos un tejido genético que, si sufres, es porque estás vivo, pero si sientes el sufrimiento de otro, es porque eres humano. 

Finalmente, luego de cuatro horas de conversatorio entre Sebastián Ospina y los barranqueños, una de las conclusiones que arrojó el evento es que el arte nos permite otra forma de entender y aproximarnos al mundo, más allá de los egos que nos persiguen y cristalizan nuestra conciencia. 


Fotografía: ©ArtistasZona. Septiembre 2024.