domingo, 1 de diciembre de 2024
VIDEOARTE: EN BARRANCABERMEJA, VI FESTIVAL DE TEATRO CRÓNICAS DE PAZ
martes, 19 de noviembre de 2024
PRAEMIUM IMPERIALE 2024 PARA LA ESCULTORA COLOMBIANA DORIS SALCEDO
jueves, 29 de agosto de 2024
EN BARRANCABERMEJA, LAS RUINAS DE LO QUE SOMOS
martes, 27 de agosto de 2024
EN BARRANCABERMEJA, LA MIRADA DEL OTRO: SIMBIOGENÉSIS CULTURAL
jueves, 2 de mayo de 2024
EN BARRANCABERMEJA, PAISAJES CONSTRUIDOS Y SUJETOS IMPLICADOS
El paisaje no es solo el territorio continente habitado por un sistema de órganos ordenados y dispuestos como un patrón donde todo encaja (ese ordo o secuencia de colocación formal, armoniosa o sustentable que le llamamos ecosistema); ni una simple realidad extendida en continuo movimiento, que revela una función propia y tiene un inevitable ciclo; ese donde habita la estructura sociopolítica de la horda y es construido bajo la intensidad de su mirada.
También esa superficie es más que el inhóspito, profuso y desconocido mundo para la conservación; territorio que modelamos como el escenario del intercambio simbólico, de esos arquetipos que ancla y le da sentido a las formas y rituales que hemos creado como sociedad y con la que nos relacionamos con él, porque emerge del reconocimiento de la mirada al elegir hacia donde la dirigimos y qué delimitamos con en ella.
Ahora bien, desde el idealismo kantiano se propuso que el acto de conocer es el resultado de cierto vinculo entre el sujeto - el objeto y en esa relación unívoca se produce el conocimiento; recordemos que Kant también habló del terror estremecedor que se siente frente a la naturaleza. No obstante, el shan shui (agua-montaña), palabra que se idearon los chinos del siglo V durante la dinastía Liu Song, para describir la representación del paisaje en la muy popular pintura taoísta de ese momento, nos revela un sujeto absolutamente contemplativo como búsqueda del ser.
Por su parte, en occidente, se referían a los “bellos pedazos de país” como lo señaló el pintor y tratadista del Barroco de origen italiano Vicente Carducho (Florencia; 1576 - Madrid; 1638); mientras algunos lo percibían como eso que está lejos, un “ornamento y sin necesidad”, así lo describe el reconocido humanista español Alonso López “Pinciano” (1547-1627). Posteriormente, este concepto sería abordado plenamente en el renacimiento italiano.
Frente a la aparición de la palabra “paisaje” existen muchas versiones; en este punto algunos indican que es muy probable que surgiera en 1708 en la novela “La Gitanilla” del gran Miguel de Cervantes Saavedra, al describir sus impresiones de la ciudad italiana de Flandes, que luego bajo el pincel del pintor flamenco Joachim Patinir comenzaría a materializarse la representación sobre el paisaje, por nombrar uno y ni que decir de las obras del holandés Johannes Vermeer van Delft o el veneciano Giovanni Antonio Canal (Canelleto).
Hoy, bajo la mirada del eurocentrismo se señala como el origen etimológico al galicismo “paysage” y lo ubica en el s. XVIII; por su parte, los holandeses y los anglosajones asumen el vocablo “landscape”, pero para los alemanes surge el término “landschaft” y los italianos no se quedan atrás y apuntan al “paesaggio”.
Dentro de la contemporaneidad una destacadas tendencia que explora el paisaje es el land art o earth art, con sus esculturas site-specific, que emergió a finales del 1960; este llamado arte de la tierra o ambiental, escenifica intervenciones efímeras sobre el paisaje, muchas de ellas con elementos encontrados en su entorno. Robert Smithson, Nancy Holt, Christo y Jeanne-Claude, Andy Goldsworthy, Richard Long, Michael Heizer, Olafur Eliasson, Eberhard Bosslet, Walter De María, Nicolás García Uriburu, Michael Heizer y Agustín Ibarrola, son algunos de sus artistas.
Entre garzas y las iguanas, lo iconográfico
En Barrancabermeja que vive bajo las imposiciones de sus bubble filter, hay una profunda fascinación para las garzas, quizás su estilizada figura, su particular forma de caminar en la orilla del río y cómo se relacionan con los porteños ha generado en los barranqueños cierta atracción por ellas; por esta razón, se podría señalar que uno (1) de cada cinco hogares hay alguna imagen u objeto artesanal que las representa.
Igual ocurre con las iguanas, tanto así que frente al céntrico parque Uribe había un establecimiento comercial que llevaba su nombre y era muy visitado al caer la calurosa tarde barranqueña; en este popular lugar de encuentro donde solo se escuchaba la deliciosa salsa se podía divisar lo que era el Caño Cardales y observar como con el cadencioso andar de este reptil, endémico de Centro y Suramérica, se paseaban entre las ceibas.
Sin embargo, solo hasta después del 23 de julio de 2007, cuando el uribista ultraconservador, vinculado a los escandalosos hechos de corrupción que se presentaron durante el montaje de la Refinería de Cartagena (Reficar) donde se perdieron más de 8.000 mil millones de dólares, y quien era el presidente de Ecopetrol por esa época, Javier Genaro Gutiérrez Pemberthy, fue cuando se adoptó el icono de la iguana como imagen corporativa de la empresa y se popularizó rápidamente en el puerto petrolero.
Por lo que hoy, los artistas barranqueños se apropiaron de esta iguana y las pintan por doquier, sin que medie ningún tipo de investigación histórica, de las posibles lecturas interpretativas o connotaciones ni cuestionarse el por qué de su uso; mucho menos por resignificarlas, al tiempo que decidieron abandonar la búsqueda de nuevas representaciones o estrategias de presentación de la iguana como icono.
Ver artículo: ¿Street art en Barrancabermeja? |
En este contexto se advierte el hecho, que fue adoptado rápidamente por los barranqueños, después de la amplia inversión publicitaria desplegada por Ecopetrol, empresa que nos pertenecía a todos y fue arrancada del alma de los colombianos por Álvaro Uribe Vélez para privatizarla; ella buscó valorar su nueva marca, al tiempo que escondía una historia espeluznante, pero que le sirvió para lavar su imagen y adoptar una postura ambientalista, igual como hizo con el abandonado “Cristo Petrolero”.
A pesar de ello, Ecopetrol se empeñó en que la gente olvidará las profundas huellas de los impactos ambientales generados durante el establecimiento de la exploración, producción y el refinamiento del crudo, cómo aún se observa en la céntrica Ciénaga Mirar y otros espejos de agua que rodean a la ciudad, que se deterioran rápidamente por las pésimas decisiones ambientales adoptadas por su clase política, muchas de ellas para ocultar y minimizar los desastres de la industria petrolera y las multinacionales que aún saquean nuestra tierra y que mantienen esa deuda con la ciudad.
Construimos sueños, negamos realidades
Si aceptamos lo que señala el psicólogo norteamericano James Jerome Gibson al abordar de manera crítica la teoría de la percepción y que concluyó que esta no se produce sin “una superficie continua de información básica”, lo que de cierta forma echa por tierra la visión aristotélica de que la razón no es fiable y donde son los sentidos los soportes del conocimiento: “Nada hay en la mente que no haya estado antes en los sentidos”. ¿Pero es posible percibir sin memoria?
En este sentido debemos reiterar el punto de partida y es que el paisaje no es solo el territorio continente habitado por un sistema de órganos ordenados y dispuestos como un patrón donde todo encaja; ni una simple realidad extendida en continuo movimiento, que revela una función propia y tiene un inevitable ciclo, todo ello edificado por la estructura sociopolítica de la horda, construida bajo la intensidad de nuestra mirada, pulsión que no lleva a ser sujetos implicados que narran sus historias.
Si entendemos como paisaje algo más que una porción de superficie, es decir, de territorio construido, percibido e imaginado, entonces sería más que volúmenes, luces o entrelazamientos dispuestos y en relación con un entorno, se podría señalar que también es memoria.
Desde esas perspectivas, lo contemporáneo quizás nos propone la aproximación a nuestra realidad como un sujeto implicado que narra aquello que lo punza excesivamente y de forma dolorosa le proporciona conocimiento o placer, donde la memoria, es decir, esa carga histórica que lleva dentro, le permite reflexionar y hacer lecturas de su presente, no desde la nostalgia contemplativa o la conmiseración judeocristiana occidental, sino de la que nos provoca el aquí y el ahora y es capaz de repensarnos en el futuro.
De tal manera, que en un recorrido aleatorio por diferentes barrios de Barrancabermeja encontré reiterativamente en las paredes de algunas viviendas, en los jardines interiores o patios elementos artesanales utilizadas para construir algún tipo de escenas que evoca un cierto paisaje idealizado pero que de alguna forma refleja nuestros fantasmas y realidades.
Mientras que desde la Secretaria de Cultura Distrital, a cargo de Alexis Guerrero Sánchez, su alcalde Jonathan Stivel Vásquez Gómez, intentan imponer una visión aséptica, plagiada, de un paisaje vacío: esa noción simplista y efectista del atardecer turístico. Quizás esta pretensión revela el profundo deseo de la clase política: ver a los barraqueños cómo turistas en su ciudad, no como ciudadanos que la interpelan.
En este sentido, las imágenes sintomatológicas revelan paisajes populares impuestos por la moda o tendencia que se extendió hace escasos años en la ciudad, con los que se identificaron los barranqueños; la idea era armar ciertas escenografías, compuestas por muy variados materiales y objetos artesanales e industriales, como las falsificaciones artificiosa de plástico; escenas que nos narran historias y funcionan como objetos escultóricos.
Así como esos paisajes construidos, algunos mutilados, ensombrecidos, sin tiempo, muy distópicos unos o redundantes otros, como jardines donde conviven flores artificiales y naturales, así es esta cálida ciudad que aún empieza a vivir en medio de sus propias tragedias, hipocresías, pariendo mentiras, pero con ganas de utopías.
Fotografía: ©ArtistasZona. Barrancabermeja, abril de 2024.
1. Ellos siguen ahí, entre los susurros del alma
2. “To Be or Not to Be”, Mi querida Daniela.
3. El atardecer es otro.
martes, 16 de abril de 2024
XXIV CONCURSO EXPOSICIÓN DE ARTE MANOLO VALDÉS 2024
viernes, 12 de abril de 2024
EN SEVILLA, CONCURSO INTERNACIONAL DE ESCULTURA URBANA CERÁMICA, “ARIANE”
El próximo 6 de mayo del presente año es la fecha límite para presentación de propuestas al Concurso Internacional de Escultura Urbana Cerámica, “Ariane”, en la que pueden participar creadores de cualquier nacionalidad o lugar de residencia.
martes, 9 de abril de 2024
HANNAH VILLIGER SOBRE EL AQUÍ Y EL AHORA
Con una mirada que se detiene a observar las tensiones de su cuerpo reflejado, sin intervenirlo ni agredirlo, pero tampoco sin poetizarlo, simplemente en una actitud contemplativa de quien intenta indagarse así misma por el aquí y el ahora, la artista helvética Hannah Villiger nos cuestiona sobre qué tan consientes somos sobre nosotros mismos.
viernes, 5 de abril de 2024
EN BARRANCABERMEJA, PUNTO DE VISTA O SOBRE LAS IMÁGENES QUE SE NIEGAN A OBSERVAR LA REALIDAD
Por. Víctor Hugo
lunes, 1 de abril de 2024
EXPOSICIÓN: COSIMA VON BONIN Y LA ALEGRÍA DEL FRACASO
martes, 26 de marzo de 2024
¿STREET ART EN BARRANCABERMEJA?
A pesar de ello, el hecho más relevante, la substancia, de este espacio cultural, es precisamente lo que subyace como el fantasma y recorre las calles de la ciudad: sus procesos de construcción social. Esta acción de enunciación revela no solo la apropiación de lo público y cómo desde lo comunitario se resignifican, sino el indiscutible liderazgo de un grupo de jóvenes que intentan desde su perspectiva subvertir la deriva y permitirse a sí mismos repensar su cotidianidad y darles salidas a su propia realidad, lo que por sí mismo se constituye en un poderoso contenido cultural, que desafortunadamente no se hace presente en la pared.
El arte urbano tiene dos características intrínsecas en su puesta en escena: en primer lugar, se mantiene desde sus inicios el acto creativo como una producción ilegal y efímera, con el propósito de subvertir la supuesta asepsia de una normalidad controlada por la autoridad. En segundo lugar, propiciado desde la institucionalidad, se legaliza como una resolución que responde a la toma de la pared que interpela al poder y activa, de cierta forma, el valor de la crítica política y social al exponer sus discursos desde la capacidad de la representación. Estos discursos mantienen el coma cerebral de la sociedad sumergida en la extensa propaganda que le da soporte, posibilitando la gobernanza y que se difunde a través de los medios privados de información.
Por otro lado, y para ponernos en contexto, algunos historiadores del arte señalan que este aparece en los albores mismos de la civilización e indican cómo desde la antigüedad ya hay vestigios de sus antecedentes, como en la ciudad de Pompeya en el año 79 a.C.
Este mismo fenómeno también se hizo presente en Norteamérica cuando los jóvenes comenzaron a organizar sus protestas contra la guerra de Vietnam y se configuraron las primeras comunas hippies y los movimientos sociales contra la segregación racial, como The Black Panther.
En este sentido, hay quienes proponen que la génesis del arte urbano se dio como evolución del movimiento Bombing de Filadelfia, con el que los artistas bombardearon las blancas y ofensivas paredes que mostraban una aparente normalidad y limpieza, no solo formal sino también en la conciencia de la sociedad, y que luego fue apropiado por los jóvenes del Bronx en Nueva York, quienes firmaban los vagones del metro para marcar territorio contra la exclusión social, de la que aún siguen siendo víctimas, y donde finalmente aparecieron las imágenes
Sin embargo, intencionalmente o no, estos artistas le dieron la espalda a la historia reciente de la ciudad y el desgarrador suceso no les dijo nada; esta declaración se materializa en lo que expresaron los creadores y para algunos se constituye en un gesto de desideologización del espacio mismo, de desmemoria, como lo diría Eduardo Galeano; al mismo tiempo, este desafortunado olvido podría estar al mismo nivel de la estrategia empleada por la derecha colombiana, que es secundada por los medios de información, quienes reiteradamente se han opuesto a los resultados de la Comisión de la Verdad y de la Justicia Especial para la Paz, JEP.
También, vemos algunas firmas sobre el espacio; este gesto se usó a finales de los años 80 y 90 en Nueva York y se impuso en todo Occidente, quizás por el momento histórico dominado por la globalización (estrategia de homogeneización y cristalización de la conciencia social), que en cierta medida dio sus frutos porque las relaciones sociales que hoy planteamos son un reflejo de ello; todo esto impuesto desde los Estados Unidos por los Bush y Reagan, y de la espeluznante líder conservadora Margaret Thatcher; pero hoy esas letras góticas ya no funcionan ni nos dicen nada.
(De izq. a Der). Secretario Distrital de Cultura Alexis Guerrero Sánchez: Alcalde Distrital, Jonathan Stivel Vásquez Gómez y el artistas Juan Carlos Ardila Beleño. |
En este punto, es importante problematizar: ¿Cuál es el concepto de cultura que define el quehacer de los artistas de Barrancabermeja? ¿Cómo se llevan a cabo los procesos de gestión y cuáles son sus alcances? ¿Cómo se realizan las convocatorias y bajo qué determinantes? ¿En qué medida interviene la curaduría?
Preguntas que esperan sus respuestas y a las que necesariamente deben ser planteadas en la discusión permanente sobre lo que está haciendo el movimiento artístico, los alcances de los procesos y el quehacer de los trabajadores de la cultura de la ciudad; eso sí, muy aparte de los cuestionados mecanismos de tercerización de la contratación pública y con los que parte de los recursos destinados terminan en manos de quienes ni siquiera son de la ciudad, como lo hace el Centro Cultural del Oriente, y con los que se pagan presuntamente favores políticos, se cumple con la clientela y se deja entrever el poder del fantasmagórico del operador.
Esa misma concepción que se propone multiplicar el sentido de los objetos que cotidianamente nos rodean y donde interviene la mirada del artista para dotarlos de nuevos valores significativos al atreverse a exponerlos por fuera de su contexto habitual; así como las prácticas y los hechos producidos por las comunidades.