Mostrando entradas con la etiqueta Mujer. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Mujer. Mostrar todas las entradas

martes, 11 de febrero de 2025

CUANDO EL RÍO SUENA, LAS VOCES DE LAS CANTAORAS DE BARRANCABERMEJA: LA AMARIS


Cuando era niña, le insistía a mi abuelo Licinio Rafael Amaris que me llevara a la faena de pesca; no era nada fácil convencerlo. Al final, le decía que, si iba, le preparaba la aguadepanela. Así me iba toda la noche a pescar con ellos, recuerda la cantaora Angie Katherine Ortiz Amaris. 

Él había llegado de Guataca, un corregimiento de Mompox, y resultó conociendo a mi abuela Praxédes Monsalve. Finalmente, juntos llegaron al territorio y arribaron a la vereda La Felicidad, que se encuentra río abajo de camino a Wilches y pertenece a Barrancabermeja. Pero mi abuelo, aparte de ser un gran pescador, había nacido de una familia musical y siempre estaba componiendo algo; por eso, en honor a ellos, los que me criaron y de los que aprendí, mi nombre artístico es “La Amaris”, porque toda esta tradición cultural y el talento logró transmitirlo a las nuevas generaciones, primero a sus hijos y ahora a sus nietos. 

Sin embargo, hoy un grupo importante al interior del sector cultural de la ciudad decidió crear tendencias alrededor de los estereotipos y son quienes creen que si no estás dentro del movimiento no puedes cantar; tampoco puedes ser cantante de bullerengue o de tambora porque tú no naciste ahí o no naciste allá, indica Ortiz Amaris. 

Frente a estas realidades y discusiones que transitan entre las clásicas y rigurosas ortodoxias de los que a motu proprio definen quiénes son los herederos y protagonistas de la cultura desde sus escritorios o bibliotecas y que luego son legitimadas por la institucionalidad en sus eventos; es ahí cuando surge la pregunta: ¿Qué nos identifica en la juntanza para la preservación del folclor, con el fin de asegurarnos un horizonte futuro como sociedad y la protección de esa singularidad que nos fija y nos explica como grupo social desde el territorio?

En últimas, somos lo que queremos ser y en gran medida eso depende de nosotros, de la simbiogénesis cultural, de cómo nos dejemos permear por el intercambio simbólico-afectivo que se produce en el territorio, que son fruto de la construcción de sus imaginarios, pero también de sus historias, realidades y el ensombrecido presente tecnofeudalista en el que sobrevivimos dando saltos al vació de la hipermodernidad que nos ha tocado vivir.

Por eso, como señala tajantemente Ortiz Amaris: "lo que tú quieras, lo puedes hacer". Así es, somos más que los estereotipos del folclor, como observó el filósofo griego Heráclito de Éfeso: nadie se puede bañar dos veces en el mismo río, porque jamás se cristaliza, como tampoco lo hace la realidad. 

A pesar de que Barrancabermeja hoy, el gran ausente es el río y el Distrito nos prohíbe el puerto, que busca transformar dentro del Proyecto Diamante, el cual se propone realizar grandes inversiones para modernizar la infraestructura portuaria sobre el Magdalena y transformarla en turística. Por eso, ya algunos inversionistas compraron parte de los predios en el sector del puerto de Barrancabermeja.

Quizás la idea sea la misma de Barranquilla: privatizar el acceso al paisaje. Para eso, el Clan Char le colocó peajes a la ciudad, la más endeudada del país; pero por ahora todo se les vino abajo. Ni siquiera los actuales concejales fueron diligentes ni estudiosos durante el fracasado proceso de aprobación de la actualización del Plan de Ordenamiento Territorial, que fue derogado al interponérsele una demanda, porque solo fue pensado y aprobado para permitirle al alcalde adelantar sus proyectos y al mismo tiempo darles la espalda a los ecosistemas estratégicos de la ciudad. 

Parafraseando al poeta Khalil Gibran, que en El Profeta señaló que el trabajo es amor hecho visible, quizás podríamos decir lo mismo cuando el arte se da a la tarea de preservar el patrimonio inmaterial a través de las expresiones artísticas, lo que se constituye en la materialización del amor por el territorio y nuestra identidad; hecho que nos permite el reconocimiento de la otredad y apropiarnos de la dignidad como colectividad social. Que tanto nos hace falta como nación. 

El proceso 

Mi proceso como cantante profesional arrancó cuando entré a estudiar Licenciatura en Educación Artística en la Universidad y me enamoré de todo aquello que constituye la construcción de identidad y el fortalecimiento del patrimonio inmaterial de quienes vivimos en la ribera del río Yuma, como lo llamaron nuestros pueblos originarios. 

Aunque desde niña cantaba, cosa que aprendí escuchando a mi abuela, solo inicié un proceso consciente de que era lo que quería ser cuando ingresé a la educación superior y el aporte de la academia consiste en tener un grupo de pares para discutir y dialogar sobre nuestras experiencias vitales y lo que estas nos han enseñado dentro del campo cultural, porque los métodos y técnicas se aprenden como todo en la vida, pero a repensar lo que hacemos y crear, no; a eso solo llegamos cada uno a partir de esa relación sensible con nuestro entorno, con la permanente lectura sobre nuestra realidad y a partir de nuestras investigaciones, así que adelante una investigación sobre el folclor. Para eso me sirvió el aula universitaria. 

Primero empecé bailando como todas, luego llegué a los instrumentos y por último me dediqué a cantar y organizamos el grupo Bogas del Magdalena, que actualmente se llama Bogas de la Rivera y también a componer. 

Como ya lo había dicho, mi abuelo y mi tío fueron mis figuras paternas; mi mamá y mi papá trabajaban muchísimo desde que tengo uso de razón para mantenerme. En ese momento, todos eran muy jóvenes, de escasos recursos y, para completar, les tocó salir huyendo, dejar todo tirado de un momento a otro y desplazarse forzosamente de la vereda La Felicidad por el conflicto armado interno. 

Por esa época, mi tío, Yairciño Amaris, se recorría Barrancabermeja vendiendo chance y lotería, y con eso no nos acostábamos sin comer. Él fue la persona responsable de que pudiera ir a educarme a la universidad y también componía, así que cantaba sus canciones; ya hemos grabado por ahí algunas, pero ahora queremos grabar un álbum completo, aunque es un poco difícil por los recursos para hacerlo.

Por otro lado, hoy puedo decir que Sabana de Torres ha sido una tierra que me ha dado muchas alegrías, paz y tranquilidad. Aparte de un proceso que inicié y del que ya comienza a dar frutos, es la segunda ciudad donde vivi porque residí un tiempo en Bucaramanga en el 2021, pero no fue lo que esperaba. 

De tal manera, que este año la idea es montar la canción para Sabana de Torres, donde me desempeño como educadora del Instituto Municipal de Cultura, y hacerle un video. También, el año pasado hicimos la primera rueda de tamboras en Sabana y en este 2025 queremos hacer dos ruedas en el año, con el propósito de realizar talleres con diferentes percusionistas y cantadoras. De esta manera, trabajo en la construcción de identidad y la preservación de nuestro patrimonio inmaterial. 

Pero también producirla aquí, una para Barrancabermeja, ya que el año pasado grabamos en abril un videoclip dedicado al puerto petrolero, que fue un regalo para la ciudad en homenaje a su aniversario como ente territorial, y sorpresivamente la canción “El sol celebra” tuvo más de 21.000 visitas entre los barranqueños. 


De viaje 

Mi primer acercamiento con la tambora fue en el año 2017, cuando estuve en San Martín de Loba, donde fui a concursar e investigar; el proyecto se llamó “Entre los Árboles y lo Profano en la región del Matagalpa”, sobre el tema religioso y sus fiestas patronales que se realizan en esos pueblos. Ese año, concursamos como Pareja Bailadora Nacional en la categoría que se le llamaba Colombia le baila San Martín y, por decisión del jurado, nosotros quedamos en segundo lugar esa vez. 

En 2018, viajamos por toda la bioregión y el país, pero en 2019 fue mi mejor año como bailadora tradicional de tambora, junto con mi parejo Dani Alfonso Sayas. Con él me presento desde que comencé a bailar danza folclórica; prácticamente él ha estado conmigo y hasta hoy bailamos juntos tambora. 

Llegamos en el año 2019 a participar en el concurso de Cantagallo y obtuvimos nuestro primer puesto como pareja bailadora en la categoría de sub-veteranos. Después ganamos en San Martín, otro primer lugar; en Tamalameque (Cesar) nos ganamos otro primer lugar. Todo eso fue ese mismo año, prácticamente nos catapultamos como una pareja muy fuerte en esa categoría. Y siempre llevando el canto de la mano. 

Finalmente, me gradué en 2022 con un proyecto de investigación- creación sobre las cantadoras, el río y la tambora. Hoy, soy artista integral en todos los sentidos: soy buena para el dibujo, la danza, el canto, el teatro y la pintura; es decir, el arte es mi pasión, gracias a Dios que me dio el talento, a mis abuelos que me enseñaron lo que soy, a mi tío que siempre me apoyó y a mis padres que se sacrificaron por mí. 

Yo amo cantar, amo expresarme a través de lo que siento. Entonces, aparte de que es una herramienta que te ayuda a sacar todo eso que tenemos adentro a través del canto, honro a Dios con el talento que me encomendó. 

Festivales o encuentros

Luego de haber vivido y viajado por la bioregión a los diferentes festivales y viendo las inconformidades expresadas por algunos de los participantes, tanto por la organización, la logística, la premiación y otros casos frente al jurado de estos eventos, muchos de los artistas que somos invitados nos toca quedarnos en las escuelas o colegios de los pueblos. Todas no cuentan con las condiciones adecuadas para alojarlos: baños, privacidad, ventilación, agua, alimentación, etc. Este maltrato deja entrever que hay un proceso de dignificación, y no solo del actor social, sino del oficio mismo del artista, y es necesario que planteemos esto abierta y públicamente. 

Por otro lado, está el tema de los jurados; muchos sienten que les hace falta la preparación necesaria para hacerlo, y se presentan algunos hechos que generan controversia, y siempre se van inconformes para sus municipios. 

De ahí que estamos planteando mejor el encuentro que el festival, porque, a decir de muchos, el tema de un encuentro permite que el grupo o la cantadora y los que vayan a participar o sean invitados lo hagan porque les gusta hacerlo. Incluso la gente que va a festivales a concursar realmente también lo hace porque les gusta. No cualquiera se va y se aguanta una estadía en un colegio durmiendo mal, con el tema del agua en los pueblos; es decir, son diferentes factores los que se cruzan, y los artistas, como la gente, están cansados de eso. 

El tema de los encuentros podría ser algo muy interesante que serviría para fortalecer el proceso de preservación de nuestro patrimonio inmaterial. Se trata de que los creadores no vayan con esa expectativa de que tengo que ganar y no a la juntanza. En este sentido, a través de los encuentros, también podemos mantener la tradición. Desde mi perspectiva, el tema de las ruedas en Sabana de Torres es que se llegue a hacer un encuentro. 

Entonces, le ponemos rueda de tambora; es para que todo el que esté alrededor de la zona donde se realiza el evento llegue, pero al final se convierta en un encuentro, en algo más estructurado en donde se puedan invitar grupos completos y así construyamos con participación comunitaria la identidad. No solo para decir que en algo nos parecemos como grupo social que comparte un territorio y adquiere una genética que lo define, sino que estamos juntos diseñando un verdadero proyecto de futuro entre todos como una nación soberana que fortalece su identidad como parte de su riqueza, porque todos la llevamos en la sangre y el alma, puntualiza Angie Katherine Ortiz Amaris. 

Fotografía: ©ArtistasZona. Febrero, 2025.

martes, 17 de diciembre de 2024

CUANDO EL RÍO SUENA, LAS CANTAORAS DE BARRANCABERMEJA II

Rosa Angélica Noguera Siderol, desde sus nueve (9) años, está dedicada a la música. Su familia llegó a Barrancabermeja huyendo de la violencia que, a mediados de los años ochenta, bajo la consigna del enemigo interno y tierra arrasada, fracturó el tejido social del país. Hoy, esta Trabajadora Social, junto con su agrupación Son del Río, lanzará su próximo trabajo discográfico.


A Barrancabermeja llegué con tres años y medio de edad luego de que a mi familia le tocara huir de Sitio Nuevo(Santander), pero nunca dejé mis raíces. Cuando tenía 9 años, mi profesor se dio cuenta de mi gusto por la música y empezó a impulsarme a participar en los eventos culturales de la escuela. Comencé a cantar en mi casa porque mi abuela cantaba, recuerda Rosa Angélica Noguera Siderol. 

Por esos días, cuando mi mamá trabajaba, mi abuela siempre estaba con nosotros y mientras realizaba los quehaceres domésticos cantaba música tradicional. Así fue como aprendí. Ella también influyó en mi papá, que es compositor. 

Gracias a esto, mi hermano y mis hermanas tenemos ese gusto por la música porque mi papá, mis abuelos y toda la familia son muy musicales. Además, cuando tenía nueve (9) años, empecé con el plan piloto el programa Batuta. Luego, cuando tenía 18 años, ya me fui a casa y formé mi hogar; por fortuna, mi compañero sentimental tocaba la guitarra y cantaba en la iglesia católica, y con él empecé a cantar en las iglesias y aprender todas esas cosas. 

Los orígenes 

Siempre que me preguntan de dónde soy, respondo que soy ribereña, porque nací en Vijagual, que pertenece a Puerto Wilches. Pero mi abuelo paterno, Escolástico Noguera, y mis tíos vienen del Cañito (Bolívar), y la mamá de mi papá, Elia Agustina Rada Gómez, es de Boca del Rosario. Por otra parte, los padres de mi mamá: mi abuela Zoila Rosa Torres es de Canaletal (Bolívar), y mi abuelo (QDEP) se llamaba Manuel Salvador Gil y era de Vijagual. 

Otra influencia muy importante desde muy niña fue la de mi tío José Domingo Noguera Pinto, quien falleció en mayo de este año. Él era un artesano que tenía la pensión del Ministerio de Cultura por contribuir al rescate de las tradiciones y fue quien nos regaló la primera tambora; además, hacía instrumentos musicales como maracas y tamboras, por lo que era muy conocido en la región y le hicieron varios homenajes en Puerto Wilches por su labor. 

Ha sido gracias a que mis padres y mi familia, desde niños, nos enseñaron el amor por nuestro territorio del que salimos por la violencia y que gracias a Dios pudimos retornar, no a vivir, puesto que las condiciones ya no son las mismas, pero sí poder ir a visitar a la familia. En ese sentido, no me victimizo frente al conflicto armado interno que vivió la región, porque a pesar de las difíciles condiciones que vivimos en algunos momentos, pude educarme, ser profesional y crecer musicalmente, no solamente yo sino también mis hermanos y mis hijos, independientemente de la guerra que sí fue muy triste y dolorosa, porque también perdimos familiares. 

Son del Río 

Con mi hermano formamos Son del Río, que es nuestra agrupación de tambora y con la que buscamos salvaguardar las tradiciones orales de nuestro territorio. 

Antes solo me limitaba a cantar las composiciones de mi papá Arcelio Noguera, que desde niña cantaba, y de otros compositores de Barrancabermeja. En este 2024, nuestra agrupación ya cumplió 9 años y nunca se había grabado ningún tema hasta que junto con mi hermano Felipe Noguera y con Son del Río grabamos su primera canción. Ahora, tenemos un nuevo proyecto musical que acabamos de grabar y aún no hemos lanzado. De esta forma, estamos trabajando en la construcción de la memoria musical de la bioregión. 

En cuanto a los temas que nosotros cantamos, tienen que ver con temas ecológicos sobre la fauna y flora de nuestro territorio, sus fuentes hídricas, la crítica social y sobre nuestra cotidianidad. Esos son los temas sobre los que se canta y se componen para la tambora, porque recordemos que la tambora no son canciones o música sofisticada, sino canciones del pueblo y para el pueblo. Son canciones hechas y creadas por campesinos que hacían llevaderas sus jornadas de trabajo. 

Luego entonces, las composiciones son sobre lo que los campesinos veían o ven en nuestro entorno: sí, toda la magnificencia de la naturaleza, el poder del río, de eso es de lo que hablan nuestras canciones, como la de "El Tigre está parado", que habla del jaguar porque los campesinos a todo felino le llamaban tigre y que narra los trabajos que pasaban los campesinos cuando el jaguar se les comía el ganado. Hay otra canción que se llama "El Bagre engafao", una cumbia compuesta por mi papá, que fue la primera canción que grabamos o las que hablan de la ciénaga San Silvestre ciudad. También, tenemos otros temas de tambora compuestos al río Magdalena, como "No me dejen morir". 

Para mí, la tambora es libertad. Es la música que nos hace libres y expresa nuestra dignidad y sentimientos. Es una música que emociona en todos los momentos de mi vida, es vida misma. Es historia porque con las tamboras aprendí aquello que me define como ser en el mundo, que no es otra cosa que nuestra cultura. Además de las cosas que hacían mis antepasados y de cómo se relacionaban con el mundo, gracias a las tamboras aprendí sobre el significado de las costumbres, cómo se vestían y qué comían. También era una forma de educar a los niños. 

Política cultural y patrimonio 

Lo primero que debemos entender es que Barrancabermeja es una ciudad multicultural porque aquí hay gente de todos lados. Entonces sería egoísta de mi parte pretender que todos la sintieran la tambora de la misma forma en la que yo la siento, pero si hace falta procesos de formación de públicos para que más gente conozca y aprecie el significado y todo lo que entraña la música tradicional del río y que hasta el momento no lo hay. 

Por eso, con Son del Río tenemos una iniciativa que se llama "Armemos la rueda", que realizamos cada dos meses en la Pollera Colorá y en la que ya hemos realizado seis (6) eventos. Esta actividad la hacemos sin ningún tipo de apoyo, pero con la fraterna colaboración de amigos y para todo aquel que se quiera vincular. La propuesta pretende ser una herramienta pedagógica para que la ciudadanía aprenda sobre nuestros ritmos, la música del río, como qué es un chandé o una guachera, pero sobretodo compartir con los demás músicos y ofrecerle a la comunidad barranqueña un momento de encuentro con su cultura. 

Entonces, la idea es poder compartir sin afanes y por fuera de la competencia nuestra música; de eso es que se trata "Armemos la rueda", donde hacemos una invitación abierta para que los músicos bailadores y barranqueños participen y aprendan un poco más sobre la tambora en el paseo de la cultura, para hablar sobre la tambora tradicional y a la que los estamos invitando para que el primer sábado de febrero del 2025 nos acompañen desde las 6 de la tarde y hasta las 11 de la noche. 

De esta forma, buscamos que la tambora sea más visibilizada, más apreciada y divulgada, y que no solamente lo hagamos nosotros, sino también en todas las instituciones educativas de la ciudad y la bioregión. Una vez al mes, se debería hablarles a nuestras niñas, niños y jóvenes sobre los bailes cantados, ya que el 70% de la gente no conoce o dice "mi abuela es de tal pueblo", pero no tuvo esa incidencia en su desarrollo como ser cultural que implica esta cultura anfibia en la que nos encontramos inmersos. No obstante, hay otro sector de la población que se define y reconoce como sujeto cultural del río, escucha, le gusta y entiende su música. 

Para muchos de nosotros, la tambora es la memoria misma de la región, entonces sería muy importante ir a las instituciones educativas para visibilizar la tambora; además, seguir haciendo eventos de tambora tradicional; también, que los directores de los grupos pudieran viajar a los pueblos donde se hacen festivales para aprender y replicar esos conocimientos en la ciudad, como lo ha venido haciendo mi hermano junto con otros músicos; en este sentido, podemos decir que gracias a "Armemos la rueda", estamos contribuyendo a visibilizarla. 

Con esta misma metodología, otras agrupaciones en diferentes municipios como Tamalameque, Río Viejo, Atillo de Lobo y Arenal (Bolívar), y en la Depresión Momposina, han llevado a cabo este mismo proyecto "Armemos la rueda". Esta actividad solía realizarse al finalizar los festivales y se llevaba a cabo mucho antes que nosotros la promoviéramos, este es el origen de esta metodología. 

Sin embargo, gracias a Son del Río, ha ganado popularidad y puedo decir esto porque desde que empecé a tocar la tambora, no se realizaban actividades como estas. A raíz de que nosotros comenzamos a hacer "Armemos la rueda", otros pueblos también han comenzado a hacerlo y están invitando a otras agrupaciones. Ahora, cuentan con el apoyo del Ministerio y algunas alcaldías. Aunque nosotros aún no hemos recibido ese apoyo, seguimos llevando a cabo la actividad. 

Cultura, mujer y ciudad 

Desafortunadamente, vivimos en una ciudad donde se ha normalizado la corrupción en todos los niveles de nuestra cotidianidad y, por supuesto, donde todo se materializa con el tráfico de influencias, el favoritismo político y el nepotismo. 

Hoy, en medio de esta realidad, es fundamental que se visibilice el rol que tenemos las cantadoras de música tradicional. La mayoría de nosotras somos relegadas y muchas no tenemos una formación académica, sino que nos hemos formado empíricamente. Sin embargo, muchas sentimos que es importante formarnos como una estrategia de salvaguarda del patrimonio inmaterial e invitar al mundo a disfrutar y relacionarse con el mundo desde esta singularidad que nos define como cultura anfibia y no desde el exotismo. 

Yo sé que no voy a cambiar el mundo, pero sí puedo contribuir con mi pequeño pedazo de mundo en el que estoy. En un futuro cercano, me visualizo con mi corporación junto a mi hermano y mis hermanas, enseñando tambora tradicional. De hecho, ya lo estamos haciendo, pero necesitamos una infraestructura para ello. Ya tenemos tambores, un tablero, sillas y un video beam, es decir, contamos con las herramientas necesarias para enseñar. Lo que necesitamos ahora es un espacio propio, ya que actualmente estoy trabajando con la comunidad en la casa de mis padres y en el parque con los niños y niñas los fines de semana. 

Actualmente, me siento muy feliz porque soy profesional en Trabajo Social y cantadora tradicional y combino estos dos campos del saber perfectamente. Lo he venido haciendo hace años con los niños y niñas que llegan aquí todos los días, muchos de ellos sin conocimientos musicales y con dificultades familiares y emocionales. Nosotros trabajamos esas falencias con el arte y la música. De esta manera, los niños y niñas tienen otras posibilidades para expresar sus sentimientos y poner límites a lo que aprenden en el proceso con nosotros. Esta experiencia promueve la apropiación del territorio a partir de lo cultural. 

Otro aspecto es darle valor y relevancia a los saberes ancestrales. Por ejemplo, la señora Evangelina Gómez es una cantadora tradicional de la que aprendí al verla sus presentaciones en los festivales. Además, escucharla es vital para la circulación de los saberes y la protección del patrimonio inmaterial, ya que aprendemos de las experiencias de estos mayores. 

Por otro lado, como aún no existe una política pública para salvaguardar el patrimonio inmaterial en los bailes cantados, muchas de nosotras, que vivimos en función de la música y la cultura, todavía nos vemos obligadas a desempeñar otras actividades alternativas para sobrevivir. Por ejemplo, junto con mis hermanas trabajamos en un emprendimiento llamado "Trenzas y Extensiones Morena Mía", el cual está ubicado en el barrio San Silvestre. Sin embargo, deberíamos estar promoviendo la cultura en la región, aunque las trenzas también forman parte de nuestras expresiones culturales.


¿Música de moda? 

Ahora parece ser que la tambora está de moda y para algunos la decisión sería: –Hagamos todos tambora… No, no se trata de hacer por hacer porque muchas personas cantan y bailan y hacen cosas por hacer, no porque son parte de ellos sino por moda, por tendencia o ganar likes en redes sociales y ser popular. No, se trata de saber cuál es el sentido social de eso que hacemos, su valor histórico y la reflexión que me provoca, lo que le aporta no solo a la comunidad sino en la construcción de esa sociedad que soñamos o que entre todos quisiéramos construir para ser mejores como seres humanos.

Por ejemplo, poder ir al territorio a Sitio Nuevo y hablarles sobre la tambora tradicional que cantaban y bailaban nuestros abuelos en las noches decembrinas porque hoy no lo saben debido al desplazamiento forzado que se dio producto de la violencia y que fracturó el tejido social, lo que ocasionó la pérdida del patrimonio inmaterial, es decir, de la tradición, que no es otra cosa que la apropiación social de los saberes populares que mantienen unida a una sociedad. 


Que aquí tambora no había escuché yo murmurar 
y que ya estaba perdida nuestra herencia musical 
las Palmas que no se oían de nuevo escuche nada 
y aquel canto de mi abuela yo quise tributo brindar, 
hay baila tambora y baila chande ahí baila Guacherna 
y derrocha también y armemos la rueda hasta amanecer 
 y que vengan de todos los pueblos a goza también… 

Rosa Angelica Noguera Siderol. "Yo rescataré" (Canción inédita).

Armemos la Rueda 

El peligro de que desaparezca nuestro patrimonio inmaterial es latente porque no ha habido un relevo generacional por culpa del conflicto armado interno. Cientos de familias y comunidades enteras fueron desplazados del territorio y con ellos sus saberes. Por esta razón, algunas agrupaciones junto con nosotros estamos trabajando para que cuando se le pregunte a alguien o a un niño, por ejemplo: "¿Cuáles son los aires de la tambora tradicional, responda: la Tambora-Tambora, el Chandé, la Guacherna y berroche?", y no solo responda sino que los identifique, porque si no es así, la memoria se puede perder. 

Y no es que a todo los barranqueños o él que vive aquí le tiene que gustar nuestros ritmos, aunque la mayoría debería saber qué significan, así como la mayoría se aprende un vallenato, debería cantar y conocer una de nuestras canciones tradicionales. Hoy en día, mucha gente canta música solo por cantar, hay canciones como "La perra" y "La candela viva" que son vallenatos que originalmente se compusieron para tamboras, al igual que otras que fueron popularizadas por este ritmo. 

La idea es que la mayoría de la gente pudiera comprender lo que podríamos llamar la epistemología de la tambora, porque, como ya lo dije, no se trata de cantar ni bailar por hacerlo, porque todo tiene un sentido y una simbología de donde se expresa toda nuestra cultura, desde sus ritmos musicales y canciones que antes solo cantaban los hombres y muchas generaciones después se lo apropiaron las mujeres.


Fotografía: ©ArtistasZona, diciembre, 2024.

lunes, 9 de septiembre de 2024

EN BARRANCABERMEJA, LAS MUCHACHAS, LA PRIMERA PELUQUERA DE HOMBRES EN LA CIUDAD


En medio de una sociedad patriarcal y machista alimentada por la precaria estética del vallenato, Marlene Gómez emergió como una de las primeras peluqueras de la ciudad en momentos en que los Salones de Belleza eran exclusivamente para mujeres y las peluquerías solo para hombres, y ella fue una de las pioneras que cambió el concepto en la ciudad. 

Transcurría el complicado año de 1986 y por esos días continuaba la invariable historia del país que vivía al borde de un abismo fabricado por la clase política que decidió que la democracia en Colombia era solo su alternancia en el poder, tal como lo acordaron en el Pacto de Benidorm (España), firmado un fatídico martes 24 de julio de 1956 entre Alberto Lleras Camargo por el Partido Liberal y el conservador de ultraderecha Laureano Eleuterio Gómez Castro. 

Esta negociación poco le importaba detener la matanza y el desplazamiento forzado de los campesinos colombianos en manos de los paramilitares conservadores que conformaron Los Chulavitas, sino repartirse equitativamente el país y con ello los privilegios de una naciente burguesía industrial de origen liberal que se ubicaba en la zona andina y los esclavistas terratenientes conservadores del centrosur (Antioquia, Cauca, Huila, Quindío, Risaralda, Nariño y el Valle del Cauca) y del Caribe colombiano. Para ellos, esa era la paz. 

Por eso, la violencia nunca se detuvo en Colombia y luego fue el Estado el que perseguiría no solo a los trabajadores del agro sino también a los obreros, estudiantes, profesores, indígenas, artistas y a quienes se oponían al engaño de la supuesta "democracia más antigua del continente", como orgullosamente y con vibrato resonaban los discursos del Congreso de la República. 

A pesar de ello, la nación vivió subyugada de 1949 a 1991 por un brutal Estado de Sitio, con el cual se desapareció y asesinó a miles de colombianos bajo la doctrina del enemigo interno, la limpieza social y la tierra arrasada, que junto a las prácticas del genocidio diseñadas como política de seguridad se exterminó no solo a un partido completo como la Unión Patriótica sino que recientemente le costó la vida a 6.402 jóvenes colombianos durante la presidencia de Álvaro Uribe Vélez, sin que hasta hoy el fundador del Centro Democrático le haya dicho la verdad al país. 

Pero la jugadita arrancó el 9 de noviembre de 1949, cuando el entonces presidente Mariano Ospina Pérez se enteró de que el Congreso le adelantaría un juicio político; inmediatamente tomó el ejército recinto legislativo y cerró el Capitolio. "A partir de entonces gobernó mediante decretos de emergencia o de estado de sitio", afirma en su libro Historia mínima de Colombia el conservador Jorge Orlando Melo. 

Desde el puerto 

Sin aún despertar del horror que constituyó la masacre del Palacio de Justicia en manos del ejército y por decisión que supuestamente tomó en la Casa de Nariño el presidente Belisario Betancur para "defender la democracia maestro", como lo dijo el coronel Alfonso Plazas Vega ante los medios tradicionales que cubrieron el holocausto entre el miércoles 6 y el jueves 7 de noviembre en vivo y en directo, como si se tratara de un partido de fútbol. 

Este alto oficial sería juzgado y condenado por estos hechos. No obstante, exactamente una semana después se presentó la tragedia que acabó con Armero (Tolima) debido a la presunta negligencia del Estado al desatender las diferentes versiones y voces que clamaron desde este municipio por una eventual catástrofe que se presentaría frente a una posible erupción del volcán Nevado del Ruiz y que evidentemente ocurrió el miércoles 13 de noviembre de 1985, señalamientos que recayeron sobre el ministro de Minas y de Desarrollo Iván Duque Escobar, padre del expresidente Iván Duque Márquez. 

Por su parte, Barrancabermeja no salía del dolor que le produjo el asesinato de Ricardo Lara Parada el 14 de noviembre en una calle del barrio Rafael Uribe; el crimen fue perpetrado por sus excompañeros de armas, el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Lara Parada había llegado a la ciudad luego de acogerse a la amnistía en 1983 y fundó el Frente Amplio del Magdalena Medio (FAM), organización que contaba con un gran respaldo popular en la ciudad y llegó a ocupar cinco curules en el Concejo Municipal y por primera vez la hegemonía política de Horacio Serpa Uribe se sintió amenazada. 

Con estas pesadillas se levantó en 1986 Barrancabermeja y, apenas despertando, el 15 de febrero en altas horas de la noche, un grupo armado le arrancó la cabeza al busto de Camilo Torres Restrepo que se inauguraría al día siguiente. Luego, a pesar de que el Papa Juan Pablo II repartiera bendiciones por todo el país en su visita que duró los primeros siete (7) días de julio, el 13 de agosto, el ELN realizó un atentado en la vía que del puerto se conduce a Bucaramanga contra la caravana donde se desplazaba el comandante de la V Brigada del Ejército, coronel Elkin Bocaccio, donde resultaron muertos un cabo y seis soldados. 

Días después de la posesión del que resultó ser uno de los peores presidentes, como lo fue Virgilio Barco Vargas, agosto cerró con el doloroso asesinato del representante a la Cámara por la Unión Patriótica, Leonardo Posada Pedraza, en una calle céntrica de la ciudad y en manos de la tenebrosa Red de Inteligencia de la Armada, que semanalmente ejecutaba líderes de los movimientos sociales del puerto petrolero sin que el Gobierno Nacional dijera absolutamente nada ni interviniera ante el genocidio que ocurría tanto en la zona urbana como en la rural con su evidente beneplácito. 

Pero este mismo año, Colombia se convertiría nuevamente en exportador de crudo, tras los hallazgos del pozo Caño Limón. En medio de la esquizoide realidad que vivía el pueblo colombiano, 29 personas fueron asesinadas el 4 de diciembre por Campo Elías Delgado mientras cenaban en el Restaurante El Pozzetto de Bogotá. Así terminaría el fatídico 1986 en un país tomado completamente por el narcotráfico paisa, que luego de presenciar el aniquilamiento del subdirector del periódico Occidente de Cali, Raúl Echavarría Barrientos, sicarios del Cartel de Medellín asesinarían al director del periódico El Espectador Guillermo Cano Isaza el 17 de diciembre. 

Las Muchachas 


En medio de esta realidad y después de estudiar peluquería en la reconocida Academia Nacional de Capacitación ubicada en el Parque Uribe, Marlene decidió establecerse definitivamente en la ciudad. 

Ella vivió en el Bajo Simacota las presiones de la despiadada guerra que azotaba el Magdalena Medio. En esta región, el narcotráfico paisa, en complicidad con el Estado, despojaba a los campesinos de sus tierras para crear corredores viales y facilitar el transporte de drogas por mar. Santa Marta era la ciudad elegida para este propósito debido a su historia de corrupción y a la presencia de una red de narcotraficantes que habían disfrutado de la bonanza marimbera y sabían cómo operar. 

Un día, Marlene llegó al lugar donde actualmente se encuentra la peluquería Hergomez, que ha embellecido a los barranqueños durante los últimos 38 años. La peluquería está ubicada en la carrera 6 No. 47-32, diagonal al Hotel San Carlos, en el sector Comercial. Por esos días, el peluquero se había ido y ella vio la oportunidad perfecta para proponerle a su dueño que la dejara ofrecer sus servicios. Sin embargo, este le dijo: "acá no, los hombres no se dejan peluquear de las mujeres". 

A pesar de su negativa, Marlene le propuso que la dejara probar. Al finalizar, el sastre cedió y le dijo que le debía pagar $300 diarios por el uso del espacio y la silla. Al día siguiente, desde las 7:00 de la mañana, esta muchacha que había llegado de la zona rural y estudiado peluquería estaba organizando sus cosas para probar suerte a pesar de tener todo en contra. 

Las primeras horas de la mañana fueron duras; algunos llegaban a preguntar por el peluquero y ella inmediatamente les ofrecía sus servicios, pero solo encontraba la negativa de los hombres. Pasaba el tiempo y Marlene persistía en su intento. Alrededor de las 9:00 a.m., se le ocurrió una estrategia. 

Al siguiente cliente que entró le propuso dejarse peluquear y si no le gustaba, no le pagaría los 300 pesos que valía. Ella recuerda que al hombre le pareció justo y se sentó en esas viejas sillas hidráulicas de barbería que venían desde el año 1906, al estilo de las que llegaban al país diseñadas por Ernest Kokes. Esa era una de las diferencias entre el mobiliario de las peluquerías y los salones: las sillas frente a esos viejos y grandes secadores donde las mujeres podían estar hasta una hora bajo la inclemente una campana de calor. 

Los primeros minutos, con la perspicacia que tiene toda mujer para entablar una conversación, intentó sacarle alguna palabra, pero no lo logró. Parecía bravo, recuerda ella; su primer cliente venía de la ribera del río y seguía muy serio y atento al sonido que producen las tijeras sobre la cabeza, quizás por los nervios que le produjo ser peluqueado por una joven mujer y no saber a qué se exponía su vanidad, porque los peluqueros en la ciudad, en su gran mayoría, superaban los 50 años. 

Cuando Marlene terminó el corte clásico que le pidió su cliente, estaba tan sorprendido que no solo le pagó sino que a las 11:00 de la mañana le trajo otro cliente; “afortunadamente ese día no me fui en blanco y logré pagar el día de la silla y tener para los transportes”. Así empezó el mito de "Las muchachas", como popularmente se les conocen desde 1986 que se inició el un negocio familiar donde han trabajado sus cinco hermanas y de donde Marlene logró sacar adelante a sus tres hijos, dos profesionales y una tecnóloga. 

Además, mantuvieron junto a su hermano la sastrería, que por un tiempo la mayoría de campesinos que se bajaban en el puerto las conocían, dado que la mayor parte de sus clientes venían de la zona rural. Posteriormente, como la gente de esa época que nunca pensó en enriquecerse fácilmente y de un día para otro, logró pagarle al antiguo dueño del local la prima por su acreditación o derecho comercial y finalmente, ellas y sus hermanas consolidaron el negocio, que después se convirtió en un popular y reconocido punto de encuentro de quienes visitaban o transitaban por este sector que se conocía como el puerto de la Rampas. 

En la actualidad, a pesar de la competencia y de esas exclusivas peluquerías boutique, reflejo de una ciudad de arribistas, ellas siguen trabajando para una clientela que no las ha abandonado. 

Fotografía: ©ArtistasZona, septiembre, 2024.

domingo, 12 de mayo de 2024

EN EL DÍA DE LA MADRE, A LAS VÍCTIMAS DE LOS GENOCIDAS


Por. Víctor Hugo 

Un abrazo solidario, nuestra admiración por su valentía e indeclinable paso por la historia: a las valerosas madres palestinas; a las madres colombianas víctimas del genocidio de los 6.402 jóvenes asesinados por la seguridad democrática de Álvaro Uribe Vélez; igualmente, a las de los 80 jóvenes asesinados por Iván Duque en el estallido social, la del estudiante Dilán Santiago Cruz Medina masacrado en Bogotá por alzar su voz, la del grafitero Diego Felipe Becerra ultimado por la espalda mientras intentaba hacer poesía en las paredes de la capital del país; la de los niños bombardeados por el exministro de Defensa Diego Molano, quien los calificó como "Máquinas de guerra" y las 300 más víctimas de los desaparecidos durante los 60 años del conflicto armado interno y del terrorismo de Estado. 

También, a las madres mexicanas, a las de los 42 estudiantes normalistas de Ayotzinapa asesinados; a las de la Plaza de Mayo, a las ecuatorianas, peruanas, bolivianas, chilenas, venezolanas, cubanas, nicaragüenses y las del continente que han sido víctimas del apartheid y la exclusión social por esta derecha asesina y mafiosa que intenta legitimarse a como de lugar en el poder para seguir entregando los recursos naturales a las multinacionales extranjeras y continuar el saqueo de los recursos públicos de todos los pueblos suramericanos. 

Y las anónimas, que hoy no guardan silencio frente al secuestro de sus hijos por la codicia de la guerra. 

Y a las que siguen vivas gracias por estar a nuestro lado…

Fotografía: ©ArtistasZona, mayo de 2024.

martes, 12 de marzo de 2024

GANADORAS DEL V QUINTO PREMIO ANUAL DEL LEICA WOMEN FOTO PROJECT AWARD

El Quinto Premio Anual Leica Women Foto Project Award seleccionó cuatro propuestas de artistas visuales del Reino Unido, Canadá, México y EE. UU.




Por. Víctor Hugo 

El pasado 8 de marzo se conocieron las cuatro ganadoras del Quinto Premio Anual del Leica Women Foto Project, que tenía como eje temático: “La perspectiva es poder”, desde donde se exploran los conceptos de resiliencia y acto de re nacer bajo la mirada de la mujer. 

El Proyecto Leica Women Foto desde el 2019 tiene como propósito replantear cómo expresamos y consumimos narrativas visuales, con el fin de potenciar la perspectiva femenina y su impacto en la forma en que presenciamos, interpretamos e interactuamos con el mundo. En este sentido, a través del Women Photograph, Photoville, Las Fotos Project y el ConnectHer Film Festival, Leica Society International patrocina y subvenciona a los artistas visuales.


El Certamen 

Este año Adenike Sogbesan (más conocida como Dola Posh, Reino Unido), Stasia Schmidt (Canadá), Luvia Lazo (México) y Camille Farrah Lenain (Estados Unidos) resultaron seleccionados por el jurado, en el que participaron desde prestigiosas fotoperiodistas y artistas visuales de renombre internacional; así mismo, en esta oportunidad, cada una de las artistas ganadoras recibió una cámara Leica SL2-S, una Vario-Elmarit-SL 24-70 mm f/2.8 ASPH. Lentes y un premio en efectivo de $10,000 dólares. 

Dentro de la programación adicional del premio, este año incluye un festival de tres días que se llevará a cabo del 12 al 14 de abril de 2024 en Artspace PS109 en 215 E99th Street de New York, en colaboración con Women Street Photographers. 

“Para el Leica Women Foto Project de este año, animamos a las artistas a compartir historias visuales de recuperación, resiliencia o renacimiento", manifestó Karin Kaufmann, directora de arte de las galerías Leica. “A través de estos lentes, el Proyecto Leica Women Foto continúa empoderando y amplificando las voces que capturan esta diversidad de narrativas, agregando profundidad a nuestro tapiz visual colectivo y al mismo tiempo reflejando nuestro compromiso de celebrar su poder visual”, concluyó. 

Las Ganadoras 

Adenike Sogbesan es una fotógrafa nacida en Nigeria, pero radicada en el Reino Unido, más conocida como Dola Posh; ella profundiza en las complejidades de la autoidentidad y la depresión posparto, combinando perfección y vulnerabilidad a través de su lente. 

La fotógrafa realiza talleres en el sistema sanitario del Reino Unido (NHS) sobre salud mental y depresión posparto; así mismo, es profesora en la Ravensbourne University London y trabaja los temas de mujeres, fotografía y tecnología. 

Con un enfoque, Dola Posh continúa iluminando las narrativas de mujeres y madres negras, difundiendo en sus trabajos historias de maternidad que inspiran el cambio social. Su serie "OMO MI" (que significa “mi hijo”) explora ese profundo recorrido interior que le subyace a toda mujer al convertirse por primera vez en madre; ella captura una sensible imagen con la que nos define su experiencia frente a la maternidad. De esta forma, deja entrever esos rasgos de resiliencia y resistencia apelando a la memoria y su identidad. 



Por su parte, Stasia Schmidt, de Calgary, Alberta, Canadá, reconocida artista visual de la simplicidad y la forma, pero también del detalle, ese que nos expone al inesperado surrealismo que nos revela el sorprendente universo y que está ahí en nuestro entorno, no desde lo contemplativo sino a partir de esa actitud femenina que busca subvertir los cimientos mismos de la existencia humana y nos sumerge en la autoconciencia que vibra en la percepción. 

La artista es autodidacta, tiene como fuentes de sus procesos creativos la música, la danza, la ciencia ficción y ese espíritu de lo explorativo. De tal forma, que su proyecto “Ephemerality”(Efímero), es una declaración de su capacidad para confrontar esos estrechos sociales que muchas veces afloran como gritos altisonantes cuando lo femenino se atreve a emprender su propio viaje a tener mundo propio y deja de lado o pasa por encima de las consideraciones patriarcales que impone la sociedad machista.


Luvia Lazo, una fotógrafa indígena zapoteca nacida en Teotitlán del Valle, Oaxaca, México, ella no solo nos presenta, sino que nos narra su noción de identidad; los dolorosos cambios generacionales y esa relación simbiótica entre los seres humanos y los espacios llenos de la ritualidad cotidiana y cultural.

Lazo es una artista muy reconocida y referente en su país por los alcances de su obra, quien ganó el programa Jóvenes Creadores del FONCA (Fondo Nacional para la Cultura y las Artes) en México y obtuvo el prestigioso premio de Fotografía Indígena 2021; cuenta con exposiciones colectivas e individuales en Ciudad de México, Nueva York y Barcelona; el The New Yorker, Vogue EE. UU. y Vogue México han publicado sus trabajos visuales.

Su reveladora propuesta “Mujeres desde las nubes”, nos permite incursionar en el mosaico de las narrativas de las mujeres indígenas contemporáneas de diferentes edades; pero su proyecto, no solo se queda en lo declarativo, sino que es etnográfico y nos da una perspectiva más amplia y enriquecida sobre la feminidad en su conjunto.




Camille Ferrah Lenain, fotógrafa documental y retratista franco-argelina, poseedora de una destacada obra, quien fue instructora de fotografía en la Universidad de Tulane en Nueva Orleans, desafía los preconceptos sociales, explorando estereotipos, memoria colectiva e identidades plurales. 

Ferrah Lenain, también fue preseleccionada para el Premio Aperture Portafolio en 2023 y ha sido fotógrafa del The New York Times, Rolling Stone y ELLE Magazine; la artista cuenta con exposiciones en el Ogden Museum of Southern Art y el Arab World Institute. 

Su proyecto “Made of Smokeless Fire” (Hecho de fuego sin humo), arroja luz sobre la representación LGBTQIA+, al interior de la cultura musulmana en Francia, y captura la belleza y los desafíos que enfrentan, contribuyendo a una comprensión más matizada de sus experiencias como comunidad underground.




Fotografías: ©Quinto Premio Anual Leica Women Foto Project Award, 2024. 

1. 'Mother's Day Year 3' A self-portrait of Dola (age 31) and her daughter Monioluwa Sogbesan (age 3) photographed in our home in Hertfordshire, UK. A mother's embrace of her child on Mother's Day. March 19, 2023. 

2. Washing her feet' A self-portrait of Dola and her daughter Monioluwa (one year and six months) at home during bath time. This moment is her quiet time as a new mother and where the inspiration source for all the photo stories came from. February 10, 2022. 

3. 'Sleep' Dola is watching over her child Monioluwa (10 months old) at home holding a lantern. She wonders, When will I ever experience such a sleep again, free like a child? June 14, 2021. 

 4. ‘Adorn blue’ The first time Monioluwa fell ill, she would grow cold, her heart would skip a beat, and Dola’s anxiety increased. She continued to breastfeed and nurture Moni while forgetting to take care of herself and her mental health. Her soul became lost. This portrait was taken three weeks after Monioluwa recovered. May 20, 2021. 

5. Remnant. Stasia Schmidt. 

6. Floe. Stasia Schmidt. 

7. Dune Drift. Stasia Schmidt. 

8. Luvia by Fernando Velazquez. 

9. Mother and sisters. Luvia Lazo. 

10. Jewerly from Agua Fria. Luvia Lazo. 

11. Sin título. Camille Farrah Lenain. 

12. Sin título. Camille Farrah Lenain. 

13. Sin título. Camille Farrah Lenain.

martes, 27 de febrero de 2024

CONVOCATORIA 5o. EDICIÓN DE LA BIENAL DE MUJERES EN LAS ARTES VISUALES 2024


El 15 de marzo del presente año vence el plazo para la presentación de propuestas a la Convocatoria de la 5a edición de la BMAV 2024, que tiene como objeto apoyar proyectos que incorporen la perspectiva de género y que puedan ser difundidos en espacios de acceso público a nivel local, nacional o internacional. 

El certamen otorga especial consideración a aquellos proyectos que aborden temáticas relacionadas con el uso innovador de nuevas tecnologías, fomenten la diversidad cultural, promuevan la sostenibilidad, y/o contribuyan a la creación artística en entornos rurales. 

Cada proyecto será dotado con una ayuda de 1.300 euros (impuestos incluidos) y pasará a formar parte del programa de la Bienal de Mujeres en las Artes Visuales, BMAV 2024 y pueden aplicar creadoras de cualquier nacionalidad y lugar de residencia. 

Solo se podrá presentar una propuesta inédita que tenga como tema la visibilidad de las mujeres en el ámbito de las artes visuales desde una perspectiva feminista, comprometida con el retorno a la sociedad y las buenas prácticas. 

Las inscripciones de los proyectos se debe realizar a través de un formulario (Aquí) y un anexo (Aquí) en PDF con toda la información de contacto, el título, quién(es) participan, objetivos, metodología, cronograma y presupuesto; además, de la documentación que acredite la capacidad de realización de las propuestas seleccionadas. 

Tiempos de la Convocatoria 
Recepción de propuestas: Desde el 29 de enero al 15 de marzo de 2024.
Resolución del jurado: durante el mes de abril 2024. 
Producción de las propuestas: del 1 de febrero y el 30 de junio de 2024. 
Presentación pública de las propuestas: hasta el 31 de diciembre de 2024. 

La Bienal BMAV 2024 es organizada por la asociación Mujeres en las Artes Visuales Contemporáneas MAV, y está subvencionada por el Ministerio de Cultura de España. 

Descarga las bases(Aquí). 

Mayores informes: Bienal de Mujeres en las Artes Visuales Web: www.bienalmav.org

martes, 12 de abril de 2016

PREMIO INTERNACIONAL DE FOTOGRAFÍA INGE MORATH


Fotografía Documental Femenina
Por. Victor Hugo

El 30 de abril cierra la convocatoria internacional del Premio Inge Morath, dirigido exclusivamente para jóvenes fotógrafas no mayores de 30 años, que tienen como propósito apoyar la realización de un proyecto documental.

Este importante premio internacional busca promover el trabajo que adelantan las mujeres comprometidas con la fotografía documental es administrado por la Foundation Magnum y tiene como objetivo estimular las nuevas generación de fotógrafas con conciencia social, en colaboración con la Fundación Inge Morath.

En el certamen puede participar las jóvenes fotógrafas de cualquier nacionalidad o lugar de residencia con una propuesta que debe incluir entre 40 y 60 imágenes, acompañadas de una sucinta descripción del proyecto, donde se debe plantear como el Inge Morath Award contribuirá con el desarrollo o la finalización de la propuesta. Así mismo, las interesadas deben presentar su currículum.

Puede consultar las bases (on line) y realizar la inscripción (on line).

Mayores informes: Premio Inge Morath. Correo: info@ingemorath.org. Web: ingemorath. ©Imagen suministrada por sus organizadores.

lunes, 19 de noviembre de 2012

EN BOGOTÁ, IV MUESTRA DE CINE FEMENINO





Por los Derechos de la Mujer
Por. Victor Hugo

Del 23 al 30 de noviembre se podrán ver más de 60 películas de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, España y México, durante la IV Muestra de Cine En Femenino de Bogotá.

El evento presentará una muestra especial de cine ibérico y se realizará un laboratorio de guión para largometraje, con la presencia de la realizadora española Lola Mayo, quien se desempeña como guionista y productora; actualmente es profesora de narrativa documental y guión de ficción en el Instituto del Cine de Madrid, en la ECAM, y en la Escuela de San Antonio de los Baños de Cuba.

La muestra, organizada por la Fundación Mujer Es Audiovisual, se llevará a cabo en 20 salas y escenarios culturales de Bogotá, con entrada libre y gratuita; además, se articula con diferentes actividades y entidades que trabajan en torno al derecho de las mujeres a una vida libre de violencias.

Durante la programación del certamen de Cine en Femenino, que se inaugura este 21 de noviembre, se presentará: una selección de películas sobre la violencia contra las mujeres, de cortometrajes nacionales e internacionales de ficción y documentales; también, de mujer y derechos.

Por otro lado, el laboratorio de guión para cortometraje, “que busca promover producciones audiovisuales que exploren el universo femenino o problemáticas contemporáneas de las mujeres y se hará énfasis en la creación de proyectos con sólida estructura de guión”, será coordinado por Dani Goggel, realizadora colombiana, ganadora del Gran Premio de la Competencia California Dreams, creada por Lomografía en conjunto con el Festival de Cine de Newport Beach.

De igual manera, y como parte de la Muestra, se hará la premiación del Concurso Colombia ÚNETE, programa que busca poner fin a la violencia contra las mujeres, organizado por el Grupo Interagencial de Género de las Naciones Unidas en Colombia, la Alta Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer, la Alcaldía Mayor de Bogotá; de tal forma, que el 25 de noviembre se articulará la muestra con la ciclovía de Bogotá desde las 10:00 a.m. a partir del Parque Nacional y hasta la Plaza de Bolívar de Bogotá.

Programación

Programación Cine en Femenino

Mayores informes: Fundación Mujer Es Audiovisual, Lizeth Yepes, Teléfonos: (571) 800-89-18 - (571) 312 341-83-12 - (571) 314-214-80-36. Correo: prensa@mujeresaudiovisual.org.co. Web: mujeresaudiovisual.org ©Fotografía suministradas por sus organizadores de películas seleccionadas.