Fotografía: ©ArtistasZona, Diciembre, 2024.
martes, 31 de diciembre de 2024
UN EXITOSO Y CREATIVO 2025
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sábado, 28 de diciembre de 2024
#ULTIMAHORA | PROPONEN CAMBIAR EL NOMBRE DE BARRANCABERMEJA
El hecho responde a una realidad innegable: la dinámica de poblamiento de los últimos 30 años, el cambio en la estructura de la economía local, el establecimiento de nuevos imaginarios colectivos impuestos por la oleada migratoria que llegó de Medellín a finales de 1990 y cuando el uribismo se tomó a Ecopetrol (ENTRE LOS HÉROES DE LA MITOLOGÍA PAISA Y NUEVA ESTÉTICA URBANA) y la estrategia de ocupación territorial que se trazó como política de Estado dentro de la Seguridad Democrática para el puerto petrolero desde el inicio del gobierno de Álvaro Uribe Vélez, decisiones que trajo consigo una burbuja inmobiliaria y el sostenimiento y la expansión del narcoparamilitarismo y a los negocios de los pujantes emprendedores paisas y la gente de bien que se han instalaron en la ciudad.
A esta hora, en los tradicionales mentideros políticos se debate con entusiasmo la primera propuesta de nombre: Barrancallin, que fue filtrada por los medios de información.
Para algunos expertos en toponimia, historiadores e investigadores, de esta forma se ratifica la nueva realidad de la ciudad y se expresa el agradecimiento de sus habitantes frente a los recientes mitos e imaginarios que se materializan por toda la ciudad y que se promueven desde la Alcaldía Distrital de Barrancabermeja, como por ejemplo: ¿PETRÓLEO Y AREPA PAISA? NUEVA ESTÉTICA URBANA.
Estas estéticas juegan un papel fundamental en la conformación de la nueva identidad cultural, tal como lo propuso el psicoanalista e investigador Carl Gustav Jung al señalar que los mitos y arquetipos no solo configuran una manera de ser sino que reflejan a sus sociedades, es decir, se transforman en patrones de comportamiento, imágenes y símbolos que terminan por expresarse culturalmente en conceptos y valores como el amor, el heroísmo, etc.
(Por eso, para algunos es inexplicable que los historiadores de Barrancabermeja indiquen ahora que el mito de "Pipatón y Yarima", que hacía parte fundante del imaginario, el inconsciente colectivo y de la identidad cultural de los barranqueños, ahora sostengan que es mentira, mientras que en Medellín se encuentra ubicado el Batallón No. 4 Cacique Yariguies, como se debería llamar el del puerto petrolero, en homenaje a su pueblo originario).
Por otro lado, también trascendió que un grupo de artistas del sector de las artes plásticas está encargado de la elaboración de la nueva bandera y el escudo; de la misma forma, músicos y reconocidos compositores de reguetón y vallenato trabajan desde hace varias semanas en las letras del himno.
Finalmente, la falta de reconocimiento que se le hace al ex gobernador Horacio Serpa Uribe ha generado intensa discusión. De alguna forma, él también es responsable de este hito histórico en el país, dado que durante su periodo de gobierno al frente del Palacio Amarillo de la capital de Santander, entregó el departamento a los paisas tras la privatización de la antigua Electrificadora de Santander (ESA) y la construcción de la Represa sobre el río Sogamoso.
Fotografía - Video: ©ArtistasZona. Diciembre, 2024.
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Barrancabermeja, Santander, Colombia
martes, 24 de diciembre de 2024
FELIZ NATIVIDAD 2024
Que esta no sea la última Navidad para la humanidad... Que esta Natividad le traiga nuevas bendiciones a Barrancabermeja y un alcalde sin escándalos de corrupción ni compra de votos... Y que el Cambio se imponga en Colombia y nosotros siempre defendamos la dignidad de la Patria Grande...
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Ubicación:
Barrancabermeja, Santander, Colombia
martes, 17 de diciembre de 2024
CUANDO EL RÍO SUENA, LAS CANTAORAS DE BARRANCABERMEJA II
Rosa Angélica Noguera Siderol, desde sus nueve (9) años, está dedicada a la música. Su familia llegó a Barrancabermeja huyendo de la violencia que, a mediados de los años ochenta, bajo la consigna del enemigo interno y tierra arrasada, fracturó el tejido social del país. Hoy, esta Trabajadora Social, junto con su agrupación Son del Río, lanzará su próximo trabajo discográfico.
A Barrancabermeja llegué con tres años y medio de edad luego de que a mi familia le tocara huir de Sitio Nuevo(Santander), pero nunca dejé mis raíces. Cuando tenía 9 años, mi profesor se dio cuenta de mi gusto por la música y empezó a impulsarme a participar en los eventos culturales de la escuela. Comencé a cantar en mi casa porque mi abuela cantaba, recuerda Rosa Angélica Noguera Siderol.
Por esos días, cuando mi mamá trabajaba, mi abuela siempre estaba con nosotros y mientras realizaba los quehaceres domésticos cantaba música tradicional. Así fue como aprendí. Ella también influyó en mi papá, que es compositor.
Gracias a esto, mi hermano y mis hermanas tenemos ese gusto por la música porque mi papá, mis abuelos y toda la familia son muy musicales. Además, cuando tenía nueve (9) años, empecé con el plan piloto el programa Batuta. Luego, cuando tenía 18 años, ya me fui a casa y formé mi hogar; por fortuna, mi compañero sentimental tocaba la guitarra y cantaba en la iglesia católica, y con él empecé a cantar en las iglesias y aprender todas esas cosas.
Los orígenes
Siempre que me preguntan de dónde soy, respondo que soy ribereña, porque nací en Vijagual, que pertenece a Puerto Wilches. Pero mi abuelo paterno, Escolástico Noguera, y mis tíos vienen del Cañito (Bolívar), y la mamá de mi papá, Elia Agustina Rada Gómez, es de Boca del Rosario. Por otra parte, los padres de mi mamá: mi abuela Zoila Rosa Torres es de Canaletal (Bolívar), y mi abuelo (QDEP) se llamaba Manuel Salvador Gil y era de Vijagual.
Otra influencia muy importante desde muy niña fue la de mi tío José Domingo Noguera Pinto, quien falleció en mayo de este año. Él era un artesano que tenía la pensión del Ministerio de Cultura por contribuir al rescate de las tradiciones y fue quien nos regaló la primera tambora; además, hacía instrumentos musicales como maracas y tamboras, por lo que era muy conocido en la región y le hicieron varios homenajes en Puerto Wilches por su labor.
Ha sido gracias a que mis padres y mi familia, desde niños, nos enseñaron el amor por nuestro territorio del que salimos por la violencia y que gracias a Dios pudimos retornar, no a vivir, puesto que las condiciones ya no son las mismas, pero sí poder ir a visitar a la familia. En ese sentido, no me victimizo frente al conflicto armado interno que vivió la región, porque a pesar de las difíciles condiciones que vivimos en algunos momentos, pude educarme, ser profesional y crecer musicalmente, no solamente yo sino también mis hermanos y mis hijos, independientemente de la guerra que sí fue muy triste y dolorosa, porque también perdimos familiares.
Son del Río
Con mi hermano formamos Son del Río, que es nuestra agrupación de tambora y con la que buscamos salvaguardar las tradiciones orales de nuestro territorio.
Antes solo me limitaba a cantar las composiciones de mi papá Arcelio Noguera, que desde niña cantaba, y de otros compositores de Barrancabermeja. En este 2024, nuestra agrupación ya cumplió 9 años y nunca se había grabado ningún tema hasta que junto con mi hermano Felipe Noguera y con Son del Río grabamos su primera canción. Ahora, tenemos un nuevo proyecto musical que acabamos de grabar y aún no hemos lanzado. De esta forma, estamos trabajando en la construcción de la memoria musical de la bioregión.
En cuanto a los temas que nosotros cantamos, tienen que ver con temas ecológicos sobre la fauna y flora de nuestro territorio, sus fuentes hídricas, la crítica social y sobre nuestra cotidianidad. Esos son los temas sobre los que se canta y se componen para la tambora, porque recordemos que la tambora no son canciones o música sofisticada, sino canciones del pueblo y para el pueblo. Son canciones hechas y creadas por campesinos que hacían llevaderas sus jornadas de trabajo.
Luego entonces, las composiciones son sobre lo que los campesinos veían o ven en nuestro entorno: sí, toda la magnificencia de la naturaleza, el poder del río, de eso es de lo que hablan nuestras canciones, como la de "El Tigre está parado", que habla del jaguar porque los campesinos a todo felino le llamaban tigre y que narra los trabajos que pasaban los campesinos cuando el jaguar se les comía el ganado. Hay otra canción que se llama "El Bagre engafao", una cumbia compuesta por mi papá, que fue la primera canción que grabamos o las que hablan de la ciénaga San Silvestre ciudad. También, tenemos otros temas de tambora compuestos al río Magdalena, como "No me dejen morir".
Para mí, la tambora es libertad. Es la música que nos hace libres y expresa nuestra dignidad y sentimientos. Es una música que emociona en todos los momentos de mi vida, es vida misma. Es historia porque con las tamboras aprendí aquello que me define como ser en el mundo, que no es otra cosa que nuestra cultura. Además de las cosas que hacían mis antepasados y de cómo se relacionaban con el mundo, gracias a las tamboras aprendí sobre el significado de las costumbres, cómo se vestían y qué comían. También era una forma de educar a los niños.
Política cultural y patrimonio
Lo primero que debemos entender es que Barrancabermeja es una ciudad multicultural porque aquí hay gente de todos lados. Entonces sería egoísta de mi parte pretender que todos la sintieran la tambora de la misma forma en la que yo la siento, pero si hace falta procesos de formación de públicos para que más gente conozca y aprecie el significado y todo lo que entraña la música tradicional del río y que hasta el momento no lo hay.
Por eso, con Son del Río tenemos una iniciativa que se llama "Armemos la rueda", que realizamos cada dos meses en la Pollera Colorá y en la que ya hemos realizado seis (6) eventos. Esta actividad la hacemos sin ningún tipo de apoyo, pero con la fraterna colaboración de amigos y para todo aquel que se quiera vincular. La propuesta pretende ser una herramienta pedagógica para que la ciudadanía aprenda sobre nuestros ritmos, la música del río, como qué es un chandé o una guachera, pero sobretodo compartir con los demás músicos y ofrecerle a la comunidad barranqueña un momento de encuentro con su cultura.
Entonces, la idea es poder compartir sin afanes y por fuera de la competencia nuestra música; de eso es que se trata "Armemos la rueda", donde hacemos una invitación abierta para que los músicos bailadores y barranqueños participen y aprendan un poco más sobre la tambora en el paseo de la cultura, para hablar sobre la tambora tradicional y a la que los estamos invitando para que el primer sábado de febrero del 2025 nos acompañen desde las 6 de la tarde y hasta las 11 de la noche.
De esta forma, buscamos que la tambora sea más visibilizada, más apreciada y divulgada, y que no solamente lo hagamos nosotros, sino también en todas las instituciones educativas de la ciudad y la bioregión. Una vez al mes, se debería hablarles a nuestras niñas, niños y jóvenes sobre los bailes cantados, ya que el 70% de la gente no conoce o dice "mi abuela es de tal pueblo", pero no tuvo esa incidencia en su desarrollo como ser cultural que implica esta cultura anfibia en la que nos encontramos inmersos. No obstante, hay otro sector de la población que se define y reconoce como sujeto cultural del río, escucha, le gusta y entiende su música.
Para muchos de nosotros, la tambora es la memoria misma de la región, entonces sería muy importante ir a las instituciones educativas para visibilizar la tambora; además, seguir haciendo eventos de tambora tradicional; también, que los directores de los grupos pudieran viajar a los pueblos donde se hacen festivales para aprender y replicar esos conocimientos en la ciudad, como lo ha venido haciendo mi hermano junto con otros músicos; en este sentido, podemos decir que gracias a "Armemos la rueda", estamos contribuyendo a visibilizarla.
Con esta misma metodología, otras agrupaciones en diferentes municipios como Tamalameque, Río Viejo, Atillo de Lobo y Arenal (Bolívar), y en la Depresión Momposina, han llevado a cabo este mismo proyecto "Armemos la rueda". Esta actividad solía realizarse al finalizar los festivales y se llevaba a cabo mucho antes que nosotros la promoviéramos, este es el origen de esta metodología.
Sin embargo, gracias a Son del Río, ha ganado popularidad y puedo decir esto porque desde que empecé a tocar la tambora, no se realizaban actividades como estas. A raíz de que nosotros comenzamos a hacer "Armemos la rueda", otros pueblos también han comenzado a hacerlo y están invitando a otras agrupaciones. Ahora, cuentan con el apoyo del Ministerio y algunas alcaldías. Aunque nosotros aún no hemos recibido ese apoyo, seguimos llevando a cabo la actividad.
Cultura, mujer y ciudad
Desafortunadamente, vivimos en una ciudad donde se ha normalizado la corrupción en todos los niveles de nuestra cotidianidad y, por supuesto, donde todo se materializa con el tráfico de influencias, el favoritismo político y el nepotismo.
Hoy, en medio de esta realidad, es fundamental que se visibilice el rol que tenemos las cantadoras de música tradicional. La mayoría de nosotras somos relegadas y muchas no tenemos una formación académica, sino que nos hemos formado empíricamente. Sin embargo, muchas sentimos que es importante formarnos como una estrategia de salvaguarda del patrimonio inmaterial e invitar al mundo a disfrutar y relacionarse con el mundo desde esta singularidad que nos define como cultura anfibia y no desde el exotismo.
Yo sé que no voy a cambiar el mundo, pero sí puedo contribuir con mi pequeño pedazo de mundo en el que estoy. En un futuro cercano, me visualizo con mi corporación junto a mi hermano y mis hermanas, enseñando tambora tradicional. De hecho, ya lo estamos haciendo, pero necesitamos una infraestructura para ello. Ya tenemos tambores, un tablero, sillas y un video beam, es decir, contamos con las herramientas necesarias para enseñar. Lo que necesitamos ahora es un espacio propio, ya que actualmente estoy trabajando con la comunidad en la casa de mis padres y en el parque con los niños y niñas los fines de semana.
Actualmente, me siento muy feliz porque soy profesional en Trabajo Social y cantadora tradicional y combino estos dos campos del saber perfectamente. Lo he venido haciendo hace años con los niños y niñas que llegan aquí todos los días, muchos de ellos sin conocimientos musicales y con dificultades familiares y emocionales. Nosotros trabajamos esas falencias con el arte y la música. De esta manera, los niños y niñas tienen otras posibilidades para expresar sus sentimientos y poner límites a lo que aprenden en el proceso con nosotros. Esta experiencia promueve la apropiación del territorio a partir de lo cultural.
Otro aspecto es darle valor y relevancia a los saberes ancestrales. Por ejemplo, la señora Evangelina Gómez es una cantadora tradicional de la que aprendí al verla sus presentaciones en los festivales. Además, escucharla es vital para la circulación de los saberes y la protección del patrimonio inmaterial, ya que aprendemos de las experiencias de estos mayores.
Por otro lado, como aún no existe una política pública para salvaguardar el patrimonio inmaterial en los bailes cantados, muchas de nosotras, que vivimos en función de la música y la cultura, todavía nos vemos obligadas a desempeñar otras actividades alternativas para sobrevivir. Por ejemplo, junto con mis hermanas trabajamos en un emprendimiento llamado "Trenzas y Extensiones Morena Mía", el cual está ubicado en el barrio San Silvestre. Sin embargo, deberíamos estar promoviendo la cultura en la región, aunque las trenzas también forman parte de nuestras expresiones culturales.
¿Música de moda?
Ahora parece ser que la tambora está de moda y para algunos la decisión sería:
–Hagamos todos tambora… No, no se trata de hacer por hacer porque muchas personas cantan y bailan y hacen cosas por hacer, no porque son parte de ellos sino por moda, por tendencia o ganar likes en redes sociales y ser popular. No, se trata de saber cuál es el sentido social de eso que hacemos, su valor histórico y la reflexión que me provoca, lo que le aporta no solo a la comunidad sino en la construcción de esa sociedad que soñamos o que entre todos quisiéramos construir para ser mejores como seres humanos.
Por ejemplo, poder ir al territorio a Sitio Nuevo y hablarles sobre la tambora tradicional que cantaban y bailaban nuestros abuelos en las noches decembrinas porque hoy no lo saben debido al desplazamiento forzado que se dio producto de la violencia y que fracturó el tejido social, lo que ocasionó la pérdida del patrimonio inmaterial, es decir, de la tradición, que no es otra cosa que la apropiación social de los saberes populares que mantienen unida a una sociedad.
Que aquí tambora no había escuché yo murmurar
y que ya estaba perdida nuestra herencia musical
las Palmas que no se oían de nuevo escuche nada
y aquel canto de mi abuela yo quise tributo brindar,
hay baila tambora y baila chande
ahí baila Guacherna
y derrocha también
y armemos la rueda hasta amanecer
y que vengan de todos los pueblos a goza también…
Rosa Angelica Noguera Siderol. "Yo rescataré" (Canción inédita).
Armemos la Rueda
El peligro de que desaparezca nuestro patrimonio inmaterial es latente porque no ha habido un relevo generacional por culpa del conflicto armado interno. Cientos de familias y comunidades enteras fueron desplazados del territorio y con ellos sus saberes. Por esta razón, algunas agrupaciones junto con nosotros estamos trabajando para que cuando se le pregunte a alguien o a un niño, por ejemplo: "¿Cuáles son los aires de la tambora tradicional, responda: la Tambora-Tambora, el Chandé, la Guacherna y berroche?", y no solo responda sino que los identifique, porque si no es así, la memoria se puede perder.
Y no es que a todo los barranqueños o él que vive aquí le tiene que gustar nuestros ritmos, aunque la mayoría debería saber qué significan, así como la mayoría se aprende un vallenato, debería cantar y conocer una de nuestras canciones tradicionales. Hoy en día, mucha gente canta música solo por cantar, hay canciones como "La perra" y "La candela viva" que son vallenatos que originalmente se compusieron para tamboras, al igual que otras que fueron popularizadas por este ritmo.
La idea es que la mayoría de la gente pudiera comprender lo que podríamos llamar la epistemología de la tambora, porque, como ya lo dije, no se trata de cantar ni bailar por hacerlo, porque todo tiene un sentido y una simbología de donde se expresa toda nuestra cultura, desde sus ritmos musicales y canciones que antes solo cantaban los hombres y muchas generaciones después se lo apropiaron las mujeres.
Fotografía: ©ArtistasZona, diciembre, 2024.
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martes, 10 de diciembre de 2024
CUANDO EL RÍO SUENA, LAS VOCES DE LAS CANTAORAS DE BARRANCABERMEJA
Las cantaoras con la cadencia de sus voces navegan al ritmo del río grande por el caudal de nuestra memoria. Ellas, con sus tamboras, son la declaración contemporánea de una historia de resistencia.
Fue durante la segunda oleada migratoria cuando llegaron a Barrancabermeja cientos de hombres y mujeres de los pueblos de las riberas del río, atraídos por la industria petrolera. Este hecho ocurrió después de que el gobierno conservador de José Vicente Concha protocolizara la venta de la Concesión de Mares a la empresa estadounidense Tropical Oil Company (Troco), el 15 de junio de 1916 en la jurisdicción del pozo 'Las Infantas', ubicado cerca de la intersección de los ríos La Colorada y Oponcito.Años antes, el poeta negro Candelario Obeso Hernández escribió: “Yo seré siempre er que soi”(Yo seré siempre el que soy), así como esta declaración de identidad que deambula entre los pueblos del río Magdalena, llegaron al puerto petrolero nuevas estéticas que se expresan en otras formas de narrar, de sentir, de relacionarse y de percibir el mundo.
Ahí viene la luna, ahí viene
Con su lumbre y claridad;
Ella viene y yo me voy
A pescar…
(Calendario Obeso H. Canción del pescador,
Y con ellos llegó el ritmo del bullerengue, que venía a contracorriente navegando río arriba desde las espesas selvas del Tapón del Darién donde ya habitaban los Mandingá, esclavizados en el África Occidental por los blancos europeos. Este pueblo subió por el Pacífico colombiano y se asentó en los palenques del Mamoní o Santiago del Príncipe en la Comarca de Kuna Yala, donde compartían el territorio con las naciones originarias de esta zona limítrofe entre Colombia y Panamá.
El Bullerengue significa "pollerón" o falda tradicional usada durante las fiestas, aunque algunos autores señalan que hace referencia a la conjunción de los vocablos "bulla" y "arenga". El ritmo que zarpó lentamente hacia el Caribe y llegó a Cartagena de Indias. Más tarde, de la mano de los cimarrones de San Basilio de Palenque, incursionó en el territorio nacional mientras surcaban el río grande hasta llegar a Honda (Tolima), de camino a la capital del país: "El turbio Magdalena y majestuoso al impulso impetuoso de rápido vapor subí afligido" (Candelario Obesos H.).
De los 1.274 km² de extensión territorial en Barrancabermeja, la zona urbana representa el 2.52 % de su área total, la cual se encuentra dividida en seis (6) corregimientos y siete (7) comunas; sin embargo, fue durante la presidencia del Centro Democrático en manos de Iván Duque Márquez cuando la codicia de la clase política logró aprobar el Acto Legislativo No. 269 de 2018 Cámara - 10 de 2018 del Senado, que le otorgó al ente territorial la categoría de Distrito Especial Portuario, Biodiverso, Industrial y Turístico en el Departamento de Santander”, sin contar con los requisitos exigidos por la ley para serlo; por eso, algunos vaticinan que así como se cayó el Acuerdo Municipal que aprobó el Concejo para actualizar el Plan de Ordenamiento Territorial (POT), también es posible que este sea revocado.
Llanitambó, Las Potes
Cuando éramos niñas, aprendimos que el agua lo era todo. Si para algunos pueblos ancestrales del Caribe, la Sierra Nevada es el corazón del mundo, para nosotros, el corazón del mundo es nuestra ciénaga, porque no puede haber vida sin agua.
Ahora bien, para esto hace falta una verdadera política cultural en Barrancabermeja, concertada con todos los actores del sector y no diseñada desde los escritorios de los funcionarios del Distrito, dirigida a crear las condiciones necesarias para que los artistas puedan desarrollar sus iniciativas en una ciudad en la que parece que lo único importante es el cemento y no su gente, porque si no fuera así, ya en el Llanito hace años tendría su propia Casa de la Cultura, con una oferta permanente para nuestros niños, niñas y jóvenes, donde los turistas pudieran visitar el museo del pescador o sobre la historia natural de la ciénaga, solo por poner algunos temas.
Por otro lado, la presencia del Fenómeno del Niño generó que el Distrito de Barrancabermeja viviera una de sus peores crisis ambientales durante los primeros meses de este 2024. A pesar de estar rodeada por las ciénagas de Chucurí, El Llanito, San Silvestre, Guadualito, Juan Esteban, Zarzal, Brava, Miramar, Guamo, La Cira, El Salado, Zapatero, Sábalo, El Tigre, Tierradentro y Opón, el fracasado ejercicio de planeación territorial no tenía el agua como eje central y sistema bioestratégico de desarrollo para la ciudad, sino que estaba pensado solo para viabilizar el proyecto de remodelación urbana del puerto emprendida por el anterior alcalde de Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS), Alfonso Eljach Manrique (Ver aquí texto link).
El fenómeno climático dejó secos los complejos cenagosos y afectó a la comunidad del Corregimiento del Llanito, ubicado a solo 16 km (40 minutos) del casco urbano; este tradicional pueblo de pescadores artesanales que pasó de tener 70 construcciones en(1) a contar en la actualidad con 4200 habitantes y cuya actividad fundamental es el ecoturismo.
Esta realidad contrasta con la del país, porque mientras la industria del turismo presenta un crecimiento del 10,2 % durante los dos primeros años de la presidencia de Gustavo Petro, en Barrancabermeja, la inseguridad, la ineficiencia administrativa en la planeación y ejecución de las obras de infraestructura, junto con la falta de credibilidad de la clase política debido a los escándalos por corrupción y la crisis climática, tienen sumido a este sector económico en una profunda crisis en la ciudad.
Para completar los recursos del Distrito, se invierten en Ferias y Fiestas, que es la estrategia utilizada por la actual administración del alcalde Jonathan Stivel Vásquez Gómez y su secretario de Cultura, Turismo y Patrimonio, Alexis Sánchez Guerrero, para atraer turistas a la ciudad. Tal como lo hicieron con el contrato de la conmemoración del cumpleaños de la ciudad, que se tercerizó con la Corporación Centro Cultural del Oriente de Bucaramanga, bajo la figura de convenio interadministrativo. El valor de este contrato ascendió a 4.690.805.358 millones de pesos, que no ingresaron a los circuitos económicos locales, sino que salieron de la ciudad. Mientras tanto, los Llaniteros siguen esperando verdaderos proyectos de reactivación. (Ver artículo aquí).
Otro factor que afectó a los Llaniteros ha sido los derrames de crudo por la rotura del oleoducto que transporta los hidrocarburos desde la Refinería de Barrancabermeja o por la cercanía de los pozos a los complejos hídricos del Corregimiento; aún hoy la comunidad recuerda los derrames de petróleo del 2015 y también el desastre ecológico que provocó el pozo Lisama 158, que dejó arruinadas a las familias de pescadores. Además, la construcción de la Represa del Sogamoso, momento en la que Horacio Serpa Uribe (Ver Artículo Aquí) decidió entregarle el departamento de Santander a los paisas; está infraestructura afectó la dinámica hídrica y por ende la producción del pescado en la Ciénaga del Llanito, tal como lo habían pronosticado sus pobladores.
Hay que señalar que también, durante el periodo de la violencia narcoparamilitar que vivió la ciudad desde mediados de la década de 1980, los grupos criminales de la ultraderecha colombiana constituyeron una red delincuencial para extraer hidrocarburos del tubo (oleoducto) y durante este robo continuado al país se presentaron otros derrames.
Asimismo, El Llanito fue considerado como corredor estratégico para el transporte de estupefacientes a finales de los años 90, es decir, el grupo que controlaba la ciénaga dominaba el negocio de las drogas en Barrancabermeja y según los datos del Centro Nacional de Memoria Histórica “en la región del Magdalena Medio se desmovilizaron cerca de 6.000 hombres de las AUC, muchos de los cuales se reincorporaron a esas nuevas organizaciones que fueron transformándose, mutando y/o exterminándose”.
De tal manera que el accionar de estos grupos armados al margen de la ley que hacen presencia en la bioregión aún se disputan el control del territorio; este hecho genera en la actualidad la profundización y internalización de las economías ilícitas en los circuitos económicos de la ciudad que la convirtieron en la lavandería de activos más grande del país; además, deja una comunidad fracturada y la normalización del uso de lo paraestatal en la resolución de los conflictos.
Mientras tanto, comunidades como las del Llanito resisten y sin olvidar a sus muertos, como al líder de la Asociación Pescadores y Acuicultores del Llanito (APALL), Luis Alberto Arango Crespo, asesinado por "Los Rastrojos" el 12 de febrero de 2009: "se convirtió en un caso emblemático del conflicto armado colombiano porque él era el representante de un sector, el de los pescadores artesanales, que ha sufrido calladamente los efectos del conflicto armado... El liderazgo de Lucho como defensor de la ecología de la ciénaga, su lucha en contra del uso del trasmallo (un arte ilegal de pesca) y su llamado a las autoridades para que vigilaran la ciénaga y sus caños puso en riesgo la impunidad con la que se movían Los Rastrojos" (Centro Nacional de Memoria Histórica, 2015).
¿Porque me ves la cutis
De la color de la tinta
Acaso crees que es negra
También mi alma?
Candelario Obeso H. Cantos populares de mi tierra.
Marizoleidis Potes Alvarado
Y esto lo aprendemos desde antes de nacer y de las lecciones de vida que recibimos de nuestros padres, madres, abuelas y abuelos, porque aquí nunca reina el silencio, sino que vibramos con la música que produce este paisaje biodiverso que ha conservado nuestro pueblo anfibio.
Agua y cultura
Tal vez por eso, nuestra sensibilidad y forma de ver el mundo es distinta y nace del lenguaje que produce el sonido del agua que nos trae el viento para conversar con el alma. Por eso, cantamos: es una forma de interpretar con nuestra voz el trasegar de la vida y de celebrar incluso los grises y lluviosos atardeceres que a veces entristecen el corazón, o cuando la memoria nos trae a los ausentes como pedagogía contra el olvido. Por eso, cantamos.
Los comienzos
Todo comenzó con los grupos juveniles. Fue cuando empezamos a cantar en las celebraciones eclesiásticas; luego en el colegio y hoy tenemos el grupo "Llanitambó", un proceso de construcción colectiva que se ha mantenido solo porque nos gusta la cultura y entendemos que es el único patrimonio que nos identifica y nos une a todos los Llaniteros, señala Marizodelis Potes Contreras, una de las cantaoras del grupo de Tamboras Llanitambó, quien además, estudió Guianza Turística en el SENA.
Fue en 1996 cuando organizamos el grupo de tamboras con 20 jóvenes y fuimos invitados a presentarnos en Ecuador. En la actualidad, ya contamos con nuevos integrantes y promovemos nuevos talentos para la música, siguiendo la tradición de los músicos llaneros como Marcial Noche y Roberto Benítez.
El Llanito fue privilegiado por la naturaleza: aquí realizamos avistamiento de aves; podemos encontrar manatíes, nutrias, todo tipo de reptiles, micos, monos y demás especies endémicas del bosque tropical. Por lo tanto, se les ofrece a los turistas un recorrido por la ciénaga. Pero también, no solo queremos que tengan ese contacto directo con la naturaleza para que se sensibilicen con ella y tomen conciencia de lo vital que es hoy protegerla por la emergencia climática que vive el planeta, sino que prueben los suculentos sabores del pescado sudado o frito.
Pero ahí no queda la cosa, también queremos que nos conozca como somos y nuestras historias; por eso, los domingos y festivos Llanitambó se presenta en varios restaurantes del corregimiento, porque se trata no solo de que te visiten sino de que realmente los turistas tengan una experiencia única de esparcimiento con la naturaleza, que además contribuya a formar valores ecológicos y sentirse orgullosos de lo que somos a través de la cultura.
Carolina Potes Alvarado
Desde muy joven participé en muchos concursos de canto y danza en Barrancabermeja, representando a mi colegio. En muchas ocasiones, ocupamos los primeros puestos en los eventos culturales que se organizaban en la ciudad. Durante mi niñez, mi abuelito fue el responsable de despertar en este amor inconfesable por la ciénaga y la cultura.
Él me enseñó muchas cosas, como pescar, los oficios del campo, los cuentos y numerosas historias de la Ciénega. Muchas de estas historias transitaban entre suspenso y terror, y en ocasiones lograban asustarnos, pero nos encantaba escucharlas y nunca dejamos de hacerlo. Me siento afortunado y agradezco haber podido disfrutar mucho tiempo con mi abuelito, así lo indica Carolina Potes Alvarado, cantaora de Llanitambó, ex edil y miembro de la Junta de Acción Comunal de El Llanito.
Me acuerdo de que mi abuelo una vez me contó una historia que narraba que en tiempos de Semana Santa, a las 12 de la noche, salía el diablo de la flor de la mata de sábila. Él decía que esa flor la cuidaba el diablo, entonces si uno se la robaba antes de que el diablo la cogiera, traía buena suerte. Aunque siempre fui curiosa, nunca tuve la oportunidad de ver esa flor.
Lo pedagógico
Por eso, parte de nuestra labor en Llanitambó es la recuperación de la tradición oral de nuestros ancestros, dado que en la actualidad tanto los medios de comunicación como las redes sociales parecieran estar construidos como plataformas tecnológicas que forman parte de la estrategia para imponernos el olvido, la desmemoria.
De tal forma que, paulatinamente, estamos recopilando esas historias que aún cuentan los mayores por ahí y por qué no componer algunas canciones para Llanitambó. También me dedico a componer, este es uno de mis sueños: poder tener un repertorio propio que refleje lo que somos. Además, me gusta escribir cuentos y, como fui profesora del ICBF durante ocho (8) años, me parece fundamental poder construir una propuesta pedagógica con enfoque diferencial afro para nuestros niños.
El grupo
Nosotros tenemos la voluntad, lo que pasa es que a veces no tenemos los recursos necesarios para mantener un ritmo de producción musical y una gestión cultural para desarrollar estas iniciativas que tenemos y hemos discutido como grupo. En la actualidad, no podemos estar todo el tiempo dedicados a la cultura como debería ser y nos vemos obligados a buscar otras alternativas para sobrevivir.
Selena Potes Martínez
A punto de comenzar su tercer semestre de Trabajo Social, Selena Potes Alvarado es parte del grupo de cantaoras del grupo Llanitambó, quien comenzó a presentarse en eventos desde muy niña en la Institución Educativa Técnica San Marcos de El Llanito.
Desde la primaria, empecé como cantaora en presentaciones culturales del colegio porque me decían que tenía una voz muy buena. Así fue como comencé, colaborando en todo lo que me llamaran en el colegio y tuve la oportunidad de tomar clases de educación vocal para mejorar mis interpretaciones.
Ahora, con Llanitambó somos tres cantaoras las que conformamos la agrupación y con la que nos encontramos no solo para cantar, sino para desarrollar un proyecto que nos permita fortalecer la identidad cultural de la comunidad del corregimiento como un espacio de construcción de paz, que contribuya a mejorar los niveles de calidad de vida, nuestra cohesión como grupo social y vislumbrar otro horizonte de futuro.
Sobre el futuro
Frente a las realidades que vive Barrancabermeja y la bioregión, es fundamental la recuperación de la memoria. No para quedarnos sumergidos dentro de la tristeza y la nostalgia contemplativa que a veces produce el pasado, sino para reivindicar el presente: de aquello que siempre nos ha pertenecido y nos define como sociedad. Esa es la clave de la cultura, para decirlo en términos musicales. Porque la cultura no es solo una terapia psicosocial para enfrentar los trastornos disfuncionales de la personalidad, como algunos la entienden hoy. Sino que es una perspectiva que nos abre otra posibilidad para entender nuestro papel en el mundo y ser consciente de ello en medio del distópico siglo XXI.
Y esta política no solo debe contemplar los estímulos a la creación, sino también a la investigación. Además, debería tener un componente dedicado a los laboratorios de creación y clínicas de artes, que contribuyan a la preparación y asesoría en la producción artística para los creadores, así como al apoyo a la circulación para poder participar en más festivales o residencias como la de ir al Petronio Álvarez, a Ovrjas, San Jacinto, entre otros. Por ejemplo, a nosotros como grupo nos gustaría tener más formación vocal, aprender a producir un demo, sobre cómo realizar montajes de espectáculos, manejar sistemas de sonido y participar en un taller de lutier, para que podamos reparar o hacer nuestros propios instrumentos.
Finalmente, en mi caso, cantar me ha ayudado a superar mis propios miedos y limitaciones más de lo que imaginaba, porque la verdad nunca pensé estar en un escenario delante de tanta gente, como me pasó hace unas pocas semanas en el corregimiento de El Centro, donde me presenté, puntualizó Selena Potes Martínez.
NOTA
(1) [On Line] MONCADA RODRÍGUEZ, Arturo. "Colonizaciones y conflicto social en el Medio Magdalena, Santandereano". https://cercanyas.blogspot.com/p/colonizacion-y-conflictos-sociales.html.
Fotografías: ©ArtistasZona, 2024.
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Barrancabermeja, Santander, Colombia
domingo, 1 de diciembre de 2024
VIDEOARTE: EN BARRANCABERMEJA, VI FESTIVAL DE TEATRO CRÓNICAS DE PAZ
Otras lecturas
De donde vengo voy para verte partir
en las señales ajenas de la piel
donde susurra el firmamento
A partir de la puesta en escena de la obra "Crecimos en Paz", reelaboramos nuestra historia porque nada está lejos de este fugaz aliento que nos mantiene despiertos y alucinando fachadas para decorar nuestras vidas.
El VI Festival de Teatro Crónicas de Paz, organizado de forma independiente por A Ver Teatro, bajo la producción general de Paula López, concluye hoy domingo 1 de diciembre con dos nuevas presentaciones a las 6:30 de la tarde en la Casa del Libro Total de Barrancabermeja.
Fotografía: ©ArtistasZona, Diciembre, 2024.
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Barrancabermeja, Santander, Colombia
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