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lunes, 15 de diciembre de 2025

CARTOGRAFÍA DE LA CIUDAD-CUERPO: FOTOLAB DE TEUSAQUILLO REVELA EN "ECOS EN TRÁNSITO" LAS DISONANCIAS DEL HABITAR CONTEMPORÁNEO


 

El Laboratorio Fotográfico de Teusaquillo (Fotolab), se convirtió recientemente en el punto de encuentro para una profunda reflexión visual. La Exposición "Tiempo y Ciudad: Ecos en Tránsito" sirvió como vibrante cierre de actividades del Semillero de Investigación de Fotografía, Tiempo y Ciudad de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) en 2025. 

Esta exposición colectiva es un poderoso manifiesto visual que cartografía la complejidad del habitar contemporáneo. 

El Semillero de Investigación es Coordinado por el maestro Guillermo Santos y contó con el apoyo de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte de Bogotá para el Fotolab de Teusaquillo, que convocó a treinta fotógrafos emergentes cuyas obras convergen en un diálogo urgente sobre la nación, entendida no solo como territorio geofísico de piel expandida, sino como un "complejo organismo" atravesado por la impronta del tiempo y las singulares experiencias de sus ciudadanos. 

La Imagen: Un Catalizador para la Praxis Crítica 

La muestra germina de un "proceso académico de análisis y praxis crítica" gestado en el Fotolab de Teusaquillo, donde la imagen se consagra como un auténtico "catalizador social". Estudiantes, docentes y profesionales han tejido, mediante el lente, un relato común sobre la densa narrativa de la nación. La curaduría enfatizó que la exposición "pone en evidencia un interés profundo por los ecos y resonancias que habitan el país", una tarea que interpela directamente a los espectadores. 

El montaje, diseño y proceso curatorial—fruto de un esfuerzo colaborativo— estuvo meticulosamente orquestado por Mónica Méndez, Ana María Cortés y Norman Danilo Giraldo. Su visión articuló treinta fotografías que, en su conjunto, dibujan las contrastes, disonancias, ambigüedades y potencias creativas de la ciudad, tejiendo una conversación sin fisuras. 

Ejes Temáticos: Una Cartografía Crítica de la Experiencia Urbana

La muestra propuso un cruce fascinante de temas que van desde lo arquitectónico y el espacio urbano, hasta el diálogo con lo rural y la reflexión sobre la identidad del cuerpo. El hilo conductor es la forma en que la presencia humana transforma su entorno, resistiendo los ritmos de la modernidad. Los cinco ejes temáticos de la exposición no solo organizan la sala, sino que proponen una cartografía crítica de la experiencia urbana. 

El primero de ellos fue el “Cuerpo Arquitectónico”, donde la ciudad se lee como un archivo vivo y un "cuerpo en transformación". Las estructuras, muros y grietas se vuelven "vestigios de una presencia que se mantiene en el tiempo", dialogando con la memoria y la metamorfosis. 

El “Contrastes de lo Natural” por su parte exploró el vínculo recíproco entre paisaje y transformación. Las fotografías observan los territorios naturales desde tres perspectivas: la del viajero, el paseante y la de quien regresa tras el desarraigo, donde "el paisaje también nos observa, nos nombra y nos transforma". 

De otro lado, “las corpografías” evidencian el tránsito entre percepción, memoria y experiencia sensible. Aquí, el cuerpo y la ciudad son territorios "habitados y recordados", explorando historias de vulnerabilidad en el espacio público y la intimidad. 

La “Nostalgia de la Sobreproducción” aborda la crítica a las lógicas del consumo y el capitalismo acelerado. Este grupo de imágenes presentó la resistencia de oficios y tradiciones, mostrando la "dureza del esfuerzo manual, la desigualdad y el peso de la rutina". 

Y el último eje temático dedicado a las “Geografías del Colapso”, nos platea una reflexión sobre las "distopías del presente: visibles, residuales e inadvertidas". Se revela cómo la presencia humana es una fuerza transformadora de la energía en dispersión, invitando a observar las derivas del paisaje y los rastros de nuestra propia condición en el desorden. 

Una Invitación a la Pausa y el Co-crear 

Al recorrer la obra de los treinta artistas —entre ellos Alejandro Dimate, Ana María Rincón Medina, Bielkin Teuta, Daniel Aguirre, Diego Fernando, Gabriel FM Díaz, Jhara Monteñez, Juan Diego Zamudio, Juan Sebastian Martínez, July Alvarado, Katherine Sarmiento Rojas, Kelly Bustos, Laura Aldana, León Cubides, Liant Vanegas, Luisa Borja, María Alejandra Rivera, Mónica Méndez Merchán, Natalia Laverde, Natalia Zuluaga, Nicolás Blanco, Nicolás Díaz, Nicole López, Norman Danilo Giraldo, Razé Torres y Camila Ruiz, Sofía Bernal, Tatiana Latorre, Valentina Castro, Verónica Aroca y Artistas Zona Oriente—, se activa una invitación a la pausa. Es un llamado a trascender la prisa cotidiana para detenerse en los gestos, los silencios y las texturas. 

"Tiempo y Ciudad" logra obligar al espectador a "resignificar la experiencia cotidiana de habitar una ciudad en continua transformación". Más allá del registro documental, es una profunda meditación sobre esa urbe que todos, de alguna manera, co-creamos. 

Fotografías: FotoLab Teusaquillo.

1. Pereza (De la Serie Pecados capitales), Verónica Aroca, 2025. 
2. Cuando me acuerde de ti. (De la Serie Paisajes implicados), Artistas Zona Oriente, 2024. 
3. Rodando en Tabogo. Gabriel FM Díaz, 2024.
4. Urbe convergente. Natalia Laverde, 2025. 
5. Si mañana despierto. Nicolás Blanco, 2023. 
6. Sin Título. Norman Danilo Giraldo. 2023.

jueves, 4 de diciembre de 2025

GUBAIDULINA Y LA MISA DEL ANTROPOCENO: CÓMO UN CONCIERTO EN BOGOTÁ TRANSFORMÓ EL HORROR DE HIROSHIMA EN RITO DE SANACIÓN


El pasado domingo 23 de noviembre de 2025, en el Auditorio León de Greiff de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), se realizó uno de los eventos culturales más profundos y significativos del 2025: la Conmemoración de los 80 años del lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima, cuando Japón estaba prácticamente rendido; sin embargo, el presidente Harry S. Truman y los Estados Unidos decidieron mostrarle al planeta hasta dónde podía llegar la barbarie del imperio y esta modernidad de la muerte que nos impusieron durante todo el siglo XX. 

El hecho adquiere relevancia en momentos en que estamos inmersos en las tensiones geopolítica y reaparece el fantasma nuclear en la escena global amenazando la supervivencia humana; al tiempo, que la estabilidad del Caribe sigue amenazada por cuenta de la invasión del ejército norteamericano a Venezuela y, posteriormente, a Colombia, quienes buscan afanosamente quedarse no solo con el petróleo venezolano sino con sus recursos minerales. 

Por eso, más que un concierto, fue una ceremonia de memoria viva y sanación la propuesta del programa Presencias-Sonidos & Ecos, que adelanta la Dirección de Patrimonio Cultural de la UNAL, bajo la batuta del Director de la Filarmónica de la Universidad Nacional, Guerassim Voronkov. 

El Horizonte Ético de la Vanguardia: Sofiya Gubaidulina

En el centro de esta ofrenda sonora, se erigió la figura de la recientemente fallecida (marzo de 2025) compositora ruso-tártara Sofiya Gubaidulina. La ejecución de su Proprium – Misa Instrumental fue la columna vertebral del evento, presentando por primera vez en Colombia el tríptico tal como fue concebido: una ceremonia sagrada sin palabras que trasciende la función de mero concierto. 

La obra, compuesta por tres piezas concertantes –el Introitus (1978) para piano, el Offertorium (1980) para violín y el Detto II (1972) para violonchelo–, invitó al público a un viaje místico donde, como ella misma afirmó, "la música conecta lo finito con lo infinito". La vanguardia de Gubaidulina, con su uso radical del silencio, las microtonalidades y la percusión, se reveló como el "único horizonte ético posible" para enfrentar las urgencias del presente. En un mundo que, según el programa, se inició geológicamente con la bomba (el Antropoceno), la música de Gubaidulina no solo recordó la catástrofe, sino que buscó la "resurrección" a través de la transfiguración sonora y la luz que emerge de la disonancia y el silencio. 

Un Encuentro de Fuerzas Vivas: Maestría y Compromiso 

La calidad interpretativa estuvo a la altura de la magnitud simbólica de la obra. En primer lugar, cabe destacar el Ensamble: Las Cuerdas de la Orquesta Filarmónica Juvenil y la Orquesta Filarmónica de Mujeres, bajo la batuta del maestro ruso Guerassim Voronkov, demostraron una solidez que le dio cuerpo a la compleja textura orquestal de Gubaidulina. 

Por otro lado están los solistas. El colombiano Mauricio Arias-Esguerra (piano), la ucraniana Ala Voronkova (violín) y el venezolano José David Márquez (violonchelo) unieron tres naciones y tres instrumentos en un diálogo de maestría. Voronkova ofreció un vibrante y lírico Offertorium, mientras que Arias-Esguerra y Márquez entregaron interpretaciones poderosas que navegaron con destreza entre el virtuosismo técnico y la profundidad mística que exige la compositora. Su presencia en el escenario es testimonio del carácter latinoamericano e internacional del proyecto PRESENCIAS. 


Cuerpo y Memoria: Teatro Danza Pies del Sol 

Un elemento distintivo y profundamente integrador fue la participación del colectivo Teatro Danza Pies del Sol, dirigido por Gerardo Rosero. Su intervención, integrando el lenguaje corporal y la danza al rito musical, reforzó la idea central del programa: que "la memoria no se archiva: vibra, interpela y se transforma en sonido, en gesto, en cuerpo colectivo". El movimiento se convirtió en una forma de reparación simbólica, haciendo del arte no solo un recuerdo sino una acción, transformando el dolor en luz. 

El clímax del sincretismo del concierto-ceremonia concluyó con la intervención de una sabedora ancestral del pueblo originario del Vichada, quien en un acto de sanación con sus voz elevó una oración por la vida. 

Un Acto Político y Cultural 

El programa PRESENCIAS-Sonidos & Ecos es, en esencia, un acto político y cultural. Al levantar su programación sobre hitos de memoria (que incluyen desde Hiroshima hasta el Genocidio palestino, pasando por la Masacre del Palacio de Justicia y el Magnicidio de Guillermo Cano Isaza), la UNAL y sus aliados (como la Orquesta Filarmónica de Bogotá) consolidan un espacio donde la diversidad cultural. 

Quizás, el concierto de Hiroshima fue una pausa ante lo irreparable y una poderosa declaración: la música, en su capacidad de sanar y unir, nos obliga a "no repetir"; finalmente, este concierto-ceremonia se erigió como un recordatorio indispensable del poder de la destrucción total, pero sobre todo, del poder de la resistencia y la esperanza que reside en la expresión artística.
 


Fotografía: ©ArtistasZona, noviembre 2025. Concierto Conmemoración de los 80 años del lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima, Auditorio León de Greiff de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).