Resistencias de la fe y la descolonización de dios
Por. Victor Hugo
Colores, imágenes, música, cuerpo y fuego forman parte de la fecunda y exuberante iconografía religiosa de la Santería, que a pesar de tener un profundo arraigo popular, no distingue entre los estratos sociales de sus seguidores. Por está razón, sus fervientes discípulos decidieron crear una isla del Caribe negro y afrodescendiente en pleno corazón de Bucaramanga.
Esta práctica religiosa surgió como un acto de resistencia de los esclavos africanos frente a la imposición del cristianismo por parte de los europeos, quienes los cazaban en sus tierras para llevarlos como fuerza de trabajo al recién conquistado "nuevo mundo".
En esa época, mientras se establecía el mercado de la esclavitud como uno de los renglones más poderosos de la economía colonial, los blancos anglosajones crearon verdaderas empresas de la muerte que enriquecían rápidamente sometiendo a los pueblos negros y acelerando la explotación de nuestros recursos minerales. Así mismo, esto ocurre en nuestros días, aunque hoy ya no estamos en los años 1500, los nobles piratas tienen otro nombre: las multinacionales mineras extranjeras.
La historia
Uno de los responsables de la esclavitud sería la doctrina esgrimida por Fray Bartolomé de Las Casas, quien señalará en su defensa teológica de los "salvajes indígenas, como seres humanos con alma susceptible de ser redimida" a través de la evangelización. Bajo esta postura, se abriría el camino para el tráfico de esclavos.
La famosa polémica sostenida en 1550 en la ciudad española de Valladolid, entre de las Casas y el filósofo Juan Ginés de Sepúlveda, ambos dominicos, finalmente se decidió quitarles el "alma" a los pueblos africanos.
Este hecho llevaría a que estos fueran considerados como "simples animales de trabajo" y bajo estos argumentos eurocentristas fueron esclavizados para enriquecer a los imperios de Inglaterra, España y Portugal.
Fue así como llegó la cultura Yoruba y su cosmogonía a las costas de Cuba, Brasil, Haití, Trinidad y Puerto Rico, la que posteriormente se extendería por todo el Caribe.
Actualmente, la santería es satanizada por católicos y protestantes al calificarla como máxima expresión de la superstición; sin embargo, sus seguidores la conciben como una experiencia que enciende la luz de los vacíos espirituales para exorcizar los fantasmas de las pérdidas como búsqueda del bienestar.
Sincretismos
Sus orígenes se encuentran en la comunidad africana de los Yoruba, quienes habitaban los territorios de lo que hoy es Nigeria, en las inmediaciones del Río Níger. Tenían una organizada y compleja estructura social, que alcanzó 12 siglos de esplendor en 1896.
Al desembarcar en las nuevas colonias europeas, los africanos fueron literalmente “domesticados” y occidentalizados bajo el yugo de los secuestradores europeos y después incorporados como fuerza productiva. No obstante, hay algo que no se puede doblegar con el látigo y la muerte: la cultura.
De hecho, el primer proceso independentista que se dio en América fue en Haití, el 1 de enero de 1804, aunque mucho antes ya se había presentado una rebelión de esclavos el 14 de agosto de 1791, fecha que es considerada como el inicio de la revolución haitiana, la cual logró su explosión definitiva el 22 de agosto de ese año.
Aunque los esclavos fueran bautizados bajo el rito cristiano, mantenían viva su cosmogonía de la que se desprende toda su religiosidad. Por eso, a pesar del empeño evangelizador de sacerdotes y misioneros, los africanos lograron identificar y mimetizar sus deidades (orishas) en la iconografía católica.
Y como no hay occidente sin el menosprecio por la cultura de los pueblos que están fuera de su concepción eurocentrista, los colonizadores del siglo XVI solo alcanzaron a vislumbrar las expresiones del fervor religioso de los africanos por los santos, de donde deviene su nombre: Santería.
Al mismo tiempo, ni la Santa Inquisición ni los criollos lograron leer la estrategia de sincretismo cultural que terminó por burlarse de Occidente para convertirse en una práctica religiosa que tiene origen en la fe católica que aún se mantiene viva.
Por eso hoy, en medio de la música que mezcla lo africano, el cuatro y la bella poética con la que los campesinos cubanos saludan sus jornadas y nos enseñan lo que significa el horizonte, la Santería se constituye en parte del legado de los afrodescendientes americanos y de nuestra cultura de la resistencia, porque aún "suenan los tambores".
Fotografías: ©ArtistasZona, 2012, “Mis santos dioses”.