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domingo, 30 de septiembre de 2012
EN BUCARAMANGA: CIUDAD, CULTURA, FERIA Y GOBERNANZA
La Fiesta del Silencio o la Estrategia de Gobernar
Por. Victor Hugo
Cuando la estrategia del silencio es el eje central de la gobernanza, el fascismo toca la puerta de los ciudadanos y este parece ser el estilo de gobierno impuesto desde la Administración Municipal de Bucaramanga, que preside el Alcalde Luis Francisco Bohórquez Pedraza.
Esta semana que acaba de culminar y la que hoy empieza, los bumangueses despertaron después de la exacerbada resaca de la 63 Feria, en medio de decisiones tomadas, inconsultas y de espaldas a los intereses de sus ciudadanos.
La indignación fue tal que en diferentes sectores del área metropolitana de Bucaramanga, se presentaron graves incidentes de orden público. De esta forma, se escenificaron intensos desordenes en la capital de Santander y no era para más porque esta en juego el encarecimiento del costo de vida y el detrimento del bienestar de amplias capas de la población que habitan la ciudad.
Sobre las realidades y la gobernanza
A parte de los graves problemas de movilidad y de orden público, nos enfrentamos a la burbuja inmobiliaria que dejó a Bucaramanga como la ciudad más costosa del país para la adquisición de vivienda, con un crecimiento del 18,71% según el DANE y la ignorada crisis ecológica que se avecina fruto de la minería a cielo abierto en la que sigue empeñada la antigua empresa canadiense GreyStar hoy Eco Oro Minerals Corp, Galway y la Aux Gold, mientras el director de la Corporación de Defensa de la Meseta de Bucaramanga, Ludwing Arley Anaya Méndez, desmiente los hallazgos que alertan a la autoridad ambiental al respecto; de esta forma, la entidad parece no escatimar esfuerzos en defender los cientos de millones de dólares del contrato de concesión, sin que le importe mucho su objetivo misional (1).
Pero, además la crisis propiciada por la creciente ocupación del espacio público por parte del comercio informal que hace metástasis en toda la ciudad; la proliferación del mototaxismos sin que las autoridades tomen medidas al respecto, la alta tasa de accidentalidad, el aumento de los índices de delincuencia, en la que siguen comprometidos un creciente número de menores de edad; el acelerado auge del tráfico de drogas, del incremento de las inversiones para el lavado de activos en lo que se especializó la capital de Santander, a parte claro esta de su falta de cultura ciudadana, son entre otras, realidades sociales del municipio.
La gestión cultural
Por eso, ante la actual coyuntura: ¿Qué importancia puede tener su Feria? Casi ninguna, porque rápidamente queda en el olvido ante su incuestionable crisis social y ambiental.
A pesar de ello, hay hechos que saltan a la vista por si solos y dan cuenta de la precaria gestión, sin que hasta el momento el Consejo Municipal de Cultura se pronuncie al respecto, porque hasta el momento el balance es negativo si se trata de tener la Feria como una vitrina donde se exhiban los procesos culturales de la ciudad.
No obstante, el director del Instituto Municipal de Cultura y Turismo, IMCT, Henry Armando Carrizales Céspedes, prefirió mirar hacia otro lado, lo que da cuenta de la falta de imaginación a la hora de producir, propiciar o concertar nuevos eventos artísticos, públicos o comunitarios, que sean fruto de los procesos de investigación de los creadores bumangueses y no solo considerar a los artistas como simples saltimbanquis contemporáneos, como parece ser se hace desde del estabilishment.
Este hecho quedó claramente expuesto en la programación diseñada para la Feria; sin embargo, se hizo una magistral y típica jugada de funcionario público, con el fin de mostrar indicadores de gestión y logros. De este modo, se programó o se alargaron eventos que siempre se han mantenido dentro del calendario cultural y otros se insertaron como lo presumiblemente nuevo.
En consecuencia, observamos una incoherente lectura de las dinámicas culturales, pero si un activismo sin planificación, por el afán de mostrar, sin horizontes prospectivos ni capaces de construir verdaderos procesos o de promover nuevas políticas en materia de fomento, investigación, creación, circulación, promoción y divulgación cultural.
En esa perspectiva, al final se presentan unos indicadores que no reflejan las realidades culturales, pero sirven para mostrarle al Consejo Municipal un balance positivo y tener de paso algo que presentarle a la prensa local.
Programación cultural
Hagamos un recuento, la Exposición del Fotógrafo Rubén Afanador, hacia 15 días estaba abierta en el Centro Cultural del Oriente y lo único que se hizo fue prolongarla durante los días de la Feria. El Festival “Internacional” de Teatro Callejero, su apertura consistió en el raquítico y deslucido desfile por el centro de la ciudad de algunos zanqueros con algo del predecible maquillaje de siempre y acompañados por una especie de lúgubre retreta y alguno que otro estudiante con poca convicción de los colegios públicos del área metropolitana, además, de las mismas caras de siempre porque al parecer no existe ningún proceso que lo sustente ni respalde y no existe nada nuevo que mostrar.
Para rematar el cuestionado 14 Salón Regional, Zona Oriente, de la curaduría “Caminos Reales”, inapelablemente se iba a inaugurar antes de que finalizará el año, así que no es el gran evento a mostrar que se produjo para la 63 Feria.
Entonces, ¿Qué hecho nuevo se produjo en términos de procesos culturales visibles para la ciudad? La conclusión es una sola: Ninguno. Por otro lado: ¿Dónde quedó la intención del IMCTB de promover la cultura ciudadana?
Sobre la Feria y la identidad cultural
Algunos sectores de la ciudad vienen cuestionando la Feria, que entre otras cosas se convirtió en un espacio de marketing y posicionamiento de imagen del poder, en el que el burgomaestre sale como en la edad media a darse un bañito de popularidad con sus áulicos, su familia y a demostrar entre sonrisas aprendidas, fotografías y entrevistas, quien ostenta el poder. Al parecer nada ha cambiado desde el medioevo y como un libreto se escenificó en la ciudad sus intervenciones.
Frente a estas realidades, no hay mucho que esconder, aunque un adorno floral a la entrada de la Alcaldía se empeñaba en ocultar lo que hacen los creadores en la ciudad, mientras se marchita la gestión cultural, los artistas que no hacen parte del show del “mejor día” entraron en cuidados intensivos; por eso será, que la Cruz Roja tomó su tiempo para atender estos casos porque las restauraciones y reparaciones son contratos de otro costal.
Pero lo más sintomático es que la Feria de Bucaramanga carece de identidad y ya hay quienes proponen a su manera “una feria temática”, como si esta “audaz” iniciativa fuera la solución a todos los problemas generados durante el evento y se deja de lado la discusión sobre la identidad de la ciudad, tema para abordar antes de que se nos imponga el “ranchenato” como la salida viable, porque la única preocupación que les asiste a los gremios es lo económico o el margen de ganancia que debería dejarles las próximas fiestas.
Nota
(1) “En Santurbán solo hay cinco empresas mineras explorando: Directora CAR de Bucaramanga” [On Line] Portal de Información Minera colombiana. 1 de marzo del 2012.
Fotografías: ©Hugsh, 2012.
1. La protesta ciudadanas.
2. El diálogo oficial desde la Alcaldía.
3. Una Feria en busca de autor.
4. La cultura en cuidados intensivos,
5. Reparaciones y restauraciones... culturales...
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