Mostrando entradas con la etiqueta cultura urbana. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta cultura urbana. Mostrar todas las entradas

viernes, 31 de octubre de 2014

CULTURA URBANA: LA CIUDAD SOÑADA


“En tus brazos, al despertar”
Por. Victor Hugo

Como te desprecio, macabra vividora que me abofetea el alma todos los días en las mañanas. Ni siquiera me dejas soñar mientras duermo. Intento pero no puedo escapar de tu espantosa silueta que entra por mi ventana.

Me has convertido en los desechos de tus intestinos y tu sigues siendo el mito que mata, que carcomes mi cerebro ulcerado y este sendero, desde donde disparas sobre mi nombre una de tus lápidas empeñadas, mientras asesinas las palabras que fantasean en mi garganta.

Ahora estoy infectada de laberintos y de pasajes secretos donde acecha el delito que devora mis entrañas y que guardo detrás de cada puerta que se cierra, que me ensombrece, que me enferma. Traidora, me trajiste envenenada, nada más que para copular con mis sueños y dejarme abandonada.

¿Quién no ha llegado a tu lado absorbida por el encanto de tus engaños, por esas lucecitas mortecinas que alumbran las calles de tu cuerpo? No… tenías que traerme para que deambulara solitaria en la cloaca de tu encierro.

Eres todas las mentiras que danzan en el carnaval de los sudores que juntas en tus camas; de las manos que maltratas sobre las aceras donde conjuran las ratas; de las vidas que ahorcas en medio de las escuelas y las plazas; de las esperanzas que matas; del derroche que acumulas en tus carnes pavimentadas; de los discursos que revienta el hambre disperso de tus armas. Sospechosa.

Mezquina, en tu lecho se revuelcan los harapos sucios que no se lavan en casa, que se pasean almidonados en medio del festín de tus hazañas.

Fotografía: ©Hugsh. “Proyecto Antiferia: Amoblamiento Urbano. 2008. Práctica artística y Fotografía Digital. Propuesta Seleccionada Convocatoria de Arte Público y Comunitario. 59o. Feria de Bucaramanga”.

lunes, 6 de agosto de 2012

CULTURA URBANA, LA REINTERPRETACIÓN DEL HEROÍSMO


Nuevos héroes contemporáneos 
Por. Victor Hugo

En otra nublada tarde de viernes, donde se disputa afanosamente la salida de las seis y se espera la tediosa tormenta del tráfico como presagio de nuestras propias desesperanzas, camino en medio de una ciudad a punto de reventar.

Mientras, observo a los que se dejan arrastrar fácilmente por las decisiones del previsible fin de semana y quienes conjugan la rutina embriagadora del programa ligero como pretexto para dejarse atrapar por una noche más.

No obstante, la ciudad como proyecto común pasa desapercibida para todos, porque nuestras urbes no son el espacio proclive para la vida sino un organismo de hormigón mecánico, que imposibilitan el desarrollo de sus propios ideales.

A pesar de ello, aún existen sus parques, los mismos que hoy deshabitan la ciudad, convirtiéndose en un extraño parche de la historia y relicto social en vía de extinción, por cuenta del auge de la “modernización”, como lo llaman desde la administración pública.

En este punto me detengo a pensar por los elementos que configuran e identifican la idea de ciudad y por el discurso que las sostienen y le dan vida.

Toda ciudad crea y recrea sus logos, conjuga saberes, reinventa sus sueños, enfrenta sus desafíos y disfruta de sus logros. Por eso, el discurso de cada ciudad, hace parte de su singularidad y es un catalizador de su proyecto como sociedad.

De ahí que, este sea repetido incesantemente como una muletilla por sus habitantes como eje articulador que arraiga y construye los imaginarios compartidos de una comunidad, en medio de la multiplicidad de historias y voces que la habitan.

¿Cuál es el discurso de esta ciudad? A parte de su presumible convicción de ser el mejor “vividero” del país como se define Bucaramanga, término un tanto despectivo para referirse al lugar donde se hace posible la vida.

El parque

En la actualidad, son escenario de las disputas sociales, donde nos damos cita para expresar la indignación o hacer actos de contrición; al mismo tiempo, en ellos se desacraliza una concepción de Estado, que considera las esculturas en los parques como discursos que posibilitan la identidad y apela a los heroísmos individuales -dejando de lado los colectivos-, como génesis de conformación de la nacionalidad.

Quizás por eso se volvieron peligrosos, porque permiten lo que niega la realidad: el encuentro ciudadano, sirviendo como nuevas ágoras de saberes, desventuras, frustraciones y refugio impenitente de la expresión de lo que hemos logrado como sociedades.

Además, los parques son un símbolo inequívoco de los estratos sociales y se dividen en cuatro: los que son, los apenas sin luz y bancas, los que se atreven a intentarlo pero nunca lo lograron y los privatizados; por eso, de cierta forma, son una verdad desnuda de la realidad; claro está, aparte cumplen sus funciones urbanísticas, ambientales, estéticas, económicas y políticas.

Nuevos Héroes Urbanos

El parque de “Las Palmas”, inaugurado en 1978 con el apoyo de la Embajada Argentina, está situado en un exclusivo sector residencial de Bucaramanga, que paulatinamente fue transformado por la aparición de oficinas, restaurantes y bares.

Este cruce de caminos, se convirtió hoy en el parqueadero exclusivo para los clientes de los establecimientos comerciales que lo sitiaron; además, es el lugar de trabajo de cuatro vendedores informales y un vigilante que se adueñó de sus calles; sin embargo, en la tarde del viernes que atravesé por el parque encontré un gesto de apropiación y reinterpretación de lo heroico.

Algún(os) ciudadano(s) pintó con determinación el rostro del prócer, como lo hacían los guerreros; los colores no se mezclan ni dudan, así mismo, dibujó un escudo con ocho estrellas para reafirmar una identidad perdida, sobre el icono que hiciera otro fanático de un equipo de fútbol de la ciudad. Este hecho se constituye en una clara disputa o reafirmación de la noción de lo heroico.

El nuevo rostro pasa desapercibido para los transeúntes del parque, pero la intervención sobre el busto del general argentino José de San Martín sacraliza los nuevos héroes contemporáneos, a partir de una relectura que busca definir la identidad, en torno a una ciudad que se señala a sí misma como “bonita”.

Hoy, en Bucaramanga, aún flotan demasiados interrogantes a la hora de aproximarse a sus imaginarios y esos escenarios que la redefinan como proyecto de sociedad y no como ghetto de las realizaciones o intentos de ser soñada como colectivo. De esta forma, manifiesta sus propias resistencias frente a quienes la están reconstruyendo urbanística y culturalmente desde sus intereses individuales.

¿Patrimonio?

El patrimonio no se impone ni se decreta como bien de interés cultural detrás del escritorio de los consejeros de turno ni de la clase política, sino que pasa primero por la legitimación y la apropiación social de una colectividad, cuando le significa y se constituye en la representación tangible de sus imaginarios y aspiraciones como sociedad.

Fotografía: ©Hugsh, 2012. “Nuevo héroe contemporáneo”.

miércoles, 28 de octubre de 2009

EN ROJO











Bucaramanga: desde su 27
Por. Victor Hugo
Los colores eran para nosotros cartuchos de dinamita.
André Derain


Sobresaturada e inerte, pero meditabunda y transeúnte sobre la orquestación de sus colores, en medio de una obsesión que fluctúan entre el martirio y su pretendida alegría de vividero, que se excusa frente a sus propios lamentos, esos que se ocultan como la pobreza de sus angustias; mientras, que en sus rincones se transpira la perturbación del insomnio que nunca se detiene, así es Bucaramanga.

Arribista por naturaleza, la tendencia, la que siempre se esconde tras la simulación y el desencanto, que produce su afán consumado por mantener la fachada de tranquilo parque solariego, donde puede transcurrir la vida y en la que se han jubilado el 80% de los trabajadores petroleros que vinieron de Barrancabermeja y otros del frente, los que se dejaron seducir por el encanto apacible de una economía que levita entre lo legal y lo ilegal, que hoy se sostiene subterráneamente a punta de ser la mejor lavandería abierta y prospera que desinfecta hasta el alma y en la que se puede ser el perfecto anónimo sin que nadie lo advierta. Ahí está la meseta y sus perpendiculares que delimitan con el cañón, el del Chicamocha, con portería y rejas, lejos del plebeyo mundo que hierve en sus estrechas calles: el suicidio del crecimiento.

Bucaramanga, su lugar de “Payacuá”, la de “La culebra pico de oro” y donde se escenificó la matanza de jóvenes liberales a manos de los conservadores durante la Guerra de los Mil Días, la que era de los andinos e inmigrantes extranjeros a comienzos del Siglo XX, donde se producía la música de la fría montaña, esa que recorría el torrente sanguíneo y deliraba a José Morales y Luis A. Calvo, pasó a ser la metrópolis del vallenato y la tecnocumbia por cuenta de los medios de información, los de la imposición de la estética mercantil; la ciudad del olor a tabaco que inundaba la Carrara 27, es hoy el escenario escandaloso donde las iglesias cristianas se disputan a sus seguidores, como los almacenes del centro, donde atalayan a los consumidores en la rapaz tarea de atrapar la conciencia y el diezmo de los demás, que sirve para construir la obra de dios y la de sus elegidos.

Esta ciudad que vive bajo el caos de su parque automotor y en espera de un fantasma que rediseño la ciudad, a partir de los intereses del capital privado, con el prurito de que llegó la hora del progreso en el Siglo XXI, con el sistema de trasporte masivo, pero que se convirtió en la frustración por dónde camina y se oxigenan sus sicopatologías sociales, las del acecho y donde se subasta la vida por un peso de más.

Bucaramanga, la invasión en rojo, esta ciudad que sólo cuenta con cuatro carreras para des-embotellar su tráfico, la 15, 21, 27 y la 33, en las que se debate la enfermedad del tiempo y la espera, donde se consume lo poco que queda de vida y el espejismo de su propia entelequia. La misma que se enamoró y se convenció que era La Ciudad Bonita, como la bautizara a finales de los años 80´s, el entonces director de la noticias de Caracol Radio, Don Yamit Amat; mientras, hoy su gente está empeñada por los que imponen el orden en los barrios, los que visten de negro, la paraestatal de la seguridad, esa misma que ha cobrado la vida a algunos de sus ciudadanos andariegos y habitantes de la calle, bajo la mano negra de la "limpieza social".

Esta es la ciudad de rojo, la de la carrera 27, no la del intenso color que definía al radicalismo liberal, de ese que ya ni la historia misma de la joven urbe se atreve a narrarlo ni reconocerlo en estos tiempos de la dictadura antioqueña.

Esta es mí Bucaramanga, a la que le apostamos a develar y desmantelar en imágenes, la misma que ya es otra, no la que conocí en la estación del tren en Café Madrid, la del parque Centenario repleta de vendedores y merqueros, la de nuestros económicos almuerzos con sabor de tierra en la antigua Plaza de Mercado Central que descubrimos con Mauricio García; la del Cine Club El Hormiguero los martes en la noche en el teatro Santander, la de las tardes de ensayo en el Teatro la Culona de Juancho Torres, y la de las primeras andanzas, queriendo ser artistas con Oscar, por allá en 1985, cuando la Ratona era ella y, ahora, la misma ciudad de Camila, Gabriela, Paula y Ana María, las que hoy no me esperan en casa, aunque yo no las olvido.

Fotografía: Hugsh, 2009©

lunes, 19 de octubre de 2009

EL GOBERNADOR SERPA Y LA PLAZA GALAN DE BUCARAMANGA






El Cabezón
Por. Victor Hugo

Todos nuestros gobernantes han brillado por sus debilidades. Una de ellas es dejar la marca indeleble de su paso por la administración pública durante su estancia en el poder.

Por eso, nunca falta la placa de bronce o de cualquier condición matéria, como testimonio indisoluble y definitivo del gobernante de turno; pero el toque del "Yo Supremo" lo constituye el ritual de inauguración de sus obras, identificándolos con una especie de populismo hierático y pintoresco acto de posesión de lo público. Estos son los gestos típicos que describen a nuestra singular clase política y caracterizan su patético comportamiento dandy.

Un ejemplo significativo lo podemos observar en la Plaza Cívica Luis Carlos Galán, ubicada en el centro público y administrativo de Bucaramanga, creada a finales de la década del 1980 y que surgió como una renovadora idea de la clase política local; además, de su necesidad de contar con una plazoleta para realizar sus concentraciones y medir fuerzas con sus adversarios.

La Plaza Cívica se encuentra frente al Palacio de Justicia, a un lado de la iglesia de San Laureano,  resguardada por el Edificio de la Alcaldía y la Gobernación, pero es la única en el mundo que termina en una pared; hecho que rompe con el espacio y el significado mismo de su propuesta arquitectónica original.

Como si no fuera ayer

El nombre de la Plaza Cívica es un homenaje que el Gobernador Serpa Uribe le hace a Luis Carlos Galán Sarmiento, político santandereano, liberal de la centro derecha del país y fundador del Nuevo Liberalismo.

El dirigente fue asesinado por orden del cartel de Medellín, en complicidad con un sector del partido liberal y altos funcionarios del Estado. Galán fue herido de muerte un 18 de agosto de 1989, mientras presidía una manifestación pública en el municipio de Soacha, al suroccidente de Bogotá, D.C.

El hecho, que causó conmoción en la tradicional clase política y en amplios sectores del país, ocurrió cuando era el candidato oficial del liberalismo a la presidencia de la república.

Por eso días también fue asesinado el candidato presidencial de izquierda perteneciente al partido Unión Patriótica, Jaime Pardo Leal (12 de octubre de 1987); luego de la muerte de Galán seguirían: Carlos Pizarro León-Gómez (26 de abril de 1990), Bernardo Jaramillo Ossa (22 de marzo de 1990), todos ellos candidatos a la presidencia.

En esta época el país presenció el genocidio de la izquierda colombiana a manos de los grupos narcoparamilitares, entrenados en el Magdalena Medio por el mercenario judío Jair Klein, contratado por el Cartel de Medellín. Todos estos hechos eran conocidos por altos funcionarios del Estado y los Generales de la República.

Al mismo tiempo, en Bucaramanga, otro destacado político santandereano de izquierda y ex-miembro del M-19, Carlos Toledo Plata, caía asesinado, mientras caminaba por una de las calles de esta ciudad, un 10 de agosto de 1984.

De vuelta a la Plaza

Años después de ser inaugurada la Plaza Cívica, el Alcalde Jaime Rodríguez Ballesteros decidió colocarle una escultura del Maestro Edgar Negret, como homenaje póstumo a Luis Carlos Galán Sarmiento.

Fue así como a nuestra clase política se le ocurrió construirle una pared a la Plaza, como soporte de la escultura de Negret, la misma que se convertiría en el orinal público del centro de la ciudad.

Este año, en el vigésimo aniversario del asesinato de Luis Carlos Galán Sarmiento, el también dirigente liberal y actual Gobernador de Santander, inauguró el pasado 18 de agosto, la escultura de la cabeza de Galán… perdón, del busto.

Días más tarde, le cambió el nombre a la Plaza, porque ahora la gente en Bucaramanga dice: -Nos encontramos cerca al cabezón. Así fue bautizado y redefinido este referente iconográfico, que hace gala de nuestra clase política.

Este gesto escultórico, se constituye hoy en la hipérbole de nuestra desvencijada realidad. Aunque, la noble intención del excelso Gobernador podría ser motivo de glorioso y verdadero orgullo para los santandereanos de siglos venideros.

No obstante, puede ocurrirle lo que les sucede a las esculturas de Bucaramanga, años después de ser inauguradas: se convierten transeúntes incómodos que deambulan incesantemente hasta terminar arrinconadas en cualquier esquina de la ciudad.

Flaco servicio le hizo el Gobernador al mobiliario urbano y a la plástica santandereana, con su acto de indeleble firma de su paso por el poder.

Quizás su afán sea tratar de esconder su pésimo gusto y la funesta asesoría en materia cultural para el departamento, porque el busto ni siquiera tiene la firma de su artista. Aún no sabemos, sí por vergüenza ante semejante cabezazo o por protocolo, porque sólo debería figurar el nombre del Gobernador de Santander, Horacio Serpa Uribe.

Coda

El Cabezón, además, sirve es para prodigar del inclemente sol a una vendedora de minutos. Si… Ya le encontraron un nuevo uso y apropiación social.

Fotografías: Hugsh, 2009©
1 y 2. El Cabezón.
3. Panorámica de la Plaza Luis Carlos Galán.
4. La Pared: Escultura-orinal.
5. Nuevos usos sociales: Cabeza es cabeza, una sombra bajo el sol.

sábado, 6 de diciembre de 2008

EN CALI, 41 SALÓN NACIONAL: ENTRE LA RISA Y EL DOLOR MANIFIESTO

 
Más que un performance  
 Por. Victor Hugo

Al salir de una exposición en una importante galería, que aprovecho el momento del 41 Salón "Nacional" de Artista, para inaugurar la exposición de una notable creadora colombiana, nos encontramos con este saltimbanqui argentino, de apellido Schneider, que vive en Cali y que realiza su acto en medio del fuego y sus antorchas.

Al terminar su presentación de 12 minutos, se nos acerco lo saludamos y nos mostró las marcas de cada una de las quemaduras de su cuerpo, que son un testimonio del dolor. Ese que causa sobrevivir en Latinoamérica.

Cabe señalar que esta fotografía no es una obra donde se simula el hambre de los demás, en medio de un precario performance que ni siquiera es capaz de hablarse así mismo. Al tiempo que, como ya lo había afirmado en el blog de Oscar Salamanca: “nosotros no hemos podido superar esta precaria atadura conceptual que se quedo en la postura de la pretensión alucinatoria del Performance como vía revolucionaria de transformación política” (1)

Este es un homenaje para nosotros, los que llevamos marcados el dolor de cada una de nuestras pobrezas y el hambre que nos sigue devorando en medio de la saña y la risa que encarna el neoliberalismo, el TLC y el robo permanente de nuestros recursos naturales por parte de las multinacionales europeas y norteamericanas; pero más grave aún, es la riqueza de nuestro banco genético, la biodiversidad, y los saberes ancestrales, que en la actualidad son expropiados por cuenta de las patentes.

Mientras que nuestros gobiernos son los primeros y directos cómplices de tanta iniquidad.  

Nota (1) [ON LINE] SALAZAR. Carlos. Hacia una noción poética cósmica de la política.

 Fotografía: ©Hugsh, 2008. “Improvisación”

viernes, 28 de noviembre de 2008

Me desatas y bailo contigo: La Rumba…





Lo que se derrumba entre mis ojos
Por. Victor Hugo

Hermosa… Te ataré a la cintura de mi vida, para dejarte detenida y simplemente a secas me detendré entre los pliegues que dibujan el resto de tu cuerpo, que a escondidas me sueña; al tiempo, que me dejare derrotar por tus labios y el calor de tus noches, esas de oleadas pacificas que presagian este encuentro de amor.

Si... De tu amor, “mi bella, bellita”, antes que agonice nuestra noche y me mortifique la mañana, esa en que tengo que salir a fantasear con eso que llaman arte en el 41 Salón Nacional de Artistas, el que esta puesto en los salones de tu ciudad, donde espero hacerte el amor entre mi mirada clandestina y la certeza que hoy te volveré a encontrar entre mis brazos, mi bella e inigualable Cali.

Fotos: Hugsh, 2008©

jueves, 27 de noviembre de 2008

Primeras Impresiones











A pesar de todo, Cali
Por. Victor Hugo
En medio de la confusión de una ciudad agitada y en plena transformación llegamos a la capital del Valle del Cauca un grupo de artistas de la zona oriente.

Pero de Cali nos acordamos mucho antes, de la mano de Andrés Caicedo, de Clarisolcita, “La Bella, bellita”, quien en sus andanzas por los rincones de su ciudad nos iba descubriendo y desnudando todos los caminos, secretos y recovecos, de los diferentes mundos y submundos de quienes transitaron su irreverente magia urbana.

Porque eso es Cali: la cómplice perfecta, sinuosa, esbelta y estrecha en sus calles del centro, como los cuerpos de sus mujeres; una ciudad de pieles a punta de luchas cotidianas e intensos tropeles con la vida; de rincones que vieron como era devorado el centro por las grandes moles de hormigón, frente a esas hermosas casa de comienzo de siglo, las que incluso hoy se siguen cayendo como se deshace la piel por la tristeza que nos imponen la inexorable dureza del tiempo; así creció inusitadamente nuestra cómplice, por la llegada y la irrupción de los dineros del narcotráfico.

Sin embargo, “ella, ellita”, la Cali denodadamente sensual y absolutamente embriagadora, también se resistió en su momento; así como lo hicieron los corteros de caña frente a la esclavitud feudal a la que los condenan hoy los terratenientes conservadores de Asocaña.

Cali, mi atrevida, trasnochadora que por algunos momento nos dejo dormir, pero eso sí, repletos de insomnios y maravillados con sus historias cotidianas que nos contaba en sus carteles y sus caminantes nocturnos, que se hacen en medio de la tentadora oscuridad. Pero al despertar, su asombroso ruido mañanero, se confunde con sus sagaces ladrones que se mimetizan camaleónicamente en medio de la multitud que llenos de artimañas y señales de humo disonantes, que poco se difieren de los de cuello blanco, esos que usan la plataforma tecnológica con que los provee las oficinas del centro, ocupadas por quienes tienen los mejores cargos, y tal vez, toman las mejores decisiones, pero que no se diferencian en nada de los que nos esperaban ansiosamente en sus aceras.

-Business es business, me dijo la señora donde compre un par de mentas, al tiempo que señalaba una de las ventanas de un edificio público; mientras me refugiaba temblando de miedo ante el perseguidor de mi cámara. En ese momento pensé en la nueva muda de mi perseguidor y el engaño al que nos somete el gobierno de Uribe Vélez frente a la neocolonización de Colombia: ¡Viva España, que soy esclavo de los monopolios de las empresas españolas en nuestro país y la manoseada información de los mass media del Grupo Prisa y Planeta!

Cali, la que escucha los lamentos de Trujillo y sus motosierras. Allí esta adolorida la soledad de sus mujeres, como las todo el país; que siguen sobreviviendo en medio de sus masacres y bajo la sombra de los capos que mantuvieron el negocio y propiciaron su caída por avaricia o sed de su poder: la de los Rodríguez Orejuela, los Urdinola, Grajales y la del narcoparamilitarismo. Esa misma ciudad, que esta bajo la dictadura del celaduriado, en medio de una sociedad cada vez más paramilitarizada como la nuestra.

La Cali de rojo y verde, aún me pregunto porque Cali y Medellín se parecen tanto en esos colores, bueno y en otras cosas, pero se odian igual; Cali, ciudad que ve llorar a los hinchas jóvenes y viejos porque su equipo juega, porque pierde, porque empata, por todo, pero lloran. Al tiempo, que en la salida de los Estadios se matan con las miradas que apuñalan hasta la muerte como sus navajas. Ciudad de la pasión.

Mi bella, “bellita” que se dejo usurpar su “lugar a la duda”, como si no hubiera tantas en los rostro de sus gentes anónimas que afanosamente cruzan sus calles y escuchan los lamentos de lo que fueron sus ríos. La que se da el lujo de amamantar la piel sudorosa por los vientos del pacifico matiné, cuando yace la tarde para prender sus interminables noches. Esas mismas en que los policías motorizados persiguen incansablemente a los transexuales que deambulan entre las calles de Comfandi y el Banco de la República. Pero, en el único lugar donde no hay dudas es “Lugar a Dudas”, donde una señora histérica, malgeniada y melancólica le hizo la vida imposible a quienes nos atrevimos a visitar, un espacio donde nunca saboreamos la polisemia infinita de las dudas.

Cali de Sofía, la de los “Territorios Ciertos-Territorios Inciertos”, recorridos afectivos y de apropiación que nos muestran y nos acercan a las múltiples miradas con las que sus transeúntes reconstruyen sus espacios y le dan sentido a la ciudad. En esta investigación curatorial realizada por Sofía Suárez, nos asoma a los abismos de los indecibles e indeseables. Mientras que siempre fue cierto, Donde la Negra Margarita, la que nos esperaba con el desayuno de calentao y sus villancicos afro del grupo Etnia y, al mediodía, en el Restaurante La Cabaña nos recibía Alexandra –la desconocida- con el menú del día.

Cali urgente, urgentemente Cali, la que acogió afectuosamente a las regiones, sin la grandilocuencia ni las pretensiones del Centro, sino con la de la ternura que aun cobijo en mi recuerdo, pero que nos probó que nada es necesariamente urgente sino premeditadamente cómplice. Con la misma complicidad que nos dejo deambular por sus calles y albergar las preguntas que sin dudas tenemos y nos hacemos diariamente como nación desde los cuatro puntos cardinales del país. Si, esas mismas que tú te haces cuando ves el espectáculo del Estado derrumbarse en medio del altisonante autoritarismo, que en la actualidad señala las entrañas de las pirámides de lo que están hechos quienes se encuentran en el poder.

Cali que nos dejo celebrar en el Aristi, con “ellas, ellitas”, en medio del bacanal afectuoso y alucinante de los artistas, en el que menos mal no participaron los terratenientes de la hegemonía conservadora, los propietarios de la ciudad, desde tiempos inmemoriales; esos mismo que desplazaron a los verdaderos dueños de la tierra, los que esclavizaron y que se disputan parte del Cauca; los mismos que ocupan algunas curules en el Congreso y son los Embajadores de Uribe; los mismos conservadores que cargan entre sus baúles títulos y linajes. Sí... Esos mismos, los culpables de la violencia del país, los que nunca faltan a la misa del domingo para poder espiar sus culpas y conspirar contra sus ciudadanos. Ellos, menos mal que no participaron en nuestra fiesta, sino los titulares del Occidente denigrarían de los artistas, por liberales o estúpidos idealistas.

Cali… Mi hermosa y sensual mujer. De lo único que me arrepiento en esta noche, es no poder dormir entre tus brazos, “mi bella bellita”.

Fotografías:
1. Bamba 45. Fabio Melecio Palacios. Núcleo Presentación y Representación. Colegio de la Sagrada Familia (Calle 3 Oeste No. 3-20) Cali.

2. Realidad en descomposición. Una mirada objetual. Hugsh, Cali, 2008.

3. Realidad en descomposición (Foto 2). Una mirada objetual. Hugsh, Cali, 2008.

4. Sonia Suarez, Curadora, Territorios Ciertos, territorios inciertos. Núcleo Participación poética. Instituto Departamental de Bellas Artes (Av. 2 Norte No. 7-28), Cali.

4. Realidad en des-composición (Foto 3). Una mirada objetual. Hugsh, Cali, 2008.

5. Realidad en descomposición (Foto 4). Una mirada objetual. Hugsh, Cali, 2008.

6. Discurso de la Ministra de Cultura, Dra. Paula Marcela Moreno Zapata. Museo La Tertulia, Cali, 2008.

7. Rueda de Prensa. Ministra de Cultura y Alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina Gómez. Apertura del 41 Salón de Artistas.

8 y 9. Realidad en des-composición (Foto 4 y 5). Una mirada objetual. Hugsh, Cali, 2008.